Actualmente, uno de cada diez niños en el mundo padecen asma. Se trata de la primera causa de ingreso infantil hospitalario, por lo que podemos determinar que se trata de una enfermedad grave que si no prevenimos a tiempo puede causar problemas respiratorios de por vida a nuestros hijos. Debemos saber que el asma es una enfermedad que viene predeterminada por factores genéticos, pero a pesar de ello, existen posibles desencadenantes que pueden alarmarnos sobre la necesidad médica de nuestro pequeño.
El asma infantil puede aparecer a cualquier edad, incluso durante el primer año de vida. El primer indicador que nos pone en alerta es la tos seca. Es cierto que puede aparecer por cualquier otro motivo, pero debemos observar a nuestro hijo para ver si dura más de lo que debería. Esta tos aparece sobre todo por las noches, cuando el niño se levanta para ir al baño o después de una pequeña carrera o cualquier otro tipo de ejercicio. Si le ocurre casi siempre, puede indicarnos que es asmático. Después aparece la disnea, que es la dificultad respiratoria, los leves pitidos que hacen los niños cuando hablan; y, por último, el dolor torácico.
Estos síntomas pueden aparecer a causa de una infección respiratoria, por una posible alergia o efectos estimulantes como pueden ser el tabaco, la risa o el llanto. Independientemente de la causa, lo cierto es que deben ser diagnosticados. así como aprovechar para hacerle pruebas de alergia a nuestro hijo.
El tratamiento puede ser muy distinto. Por un lado se puede recurrir a los métodos farmacológicos, como los inhaladores, que deben ser recomendados por el médico. Sin embargo, desde nuestra posición como padres, debemos inculcarles a nuestros hijos el valor que tiene el asma que sufren, para que tengan claro qué esfuerzos deben llevar a cabo y cuáles no y sobre todo la prevención que tienen que tener frente al asma.
¿Sufren tus hijos asma?
Imagen: SCA Svenska Cellulosa/flickr