Si hay algo que queremos todos los padres es que nuestros hijos no sufran, o al menos que lo hagan lo menos posible. Una autoestima sana es la coraza que les protegerá en el día a día de todo lo que se van a ir encontrando por el camino.
Aunque nos encantaría protegerlos y meterlos en una burbuja, lo mejor que podemos ofrecerles serán las herramientas para que construyan una autoestima positiva.
Por desgracia nunca estaremos libres de problemas, pero la forma en la que los enfrentamos a ellos, es fundamental en la vida.
La autoestima es la opinión general, juicio y actitud que tienes de ti mismo.
Incluye:
• Creencias. Por ejemplo “valgo mucho” o “soy competente”
• Emociones: de orgullo, vergüenza, autorespeto, triunfo
Si nuestros hijos se sienten bien con ellos mismos reconocerán y apreciarán su propio valor, siendo menos vulnerables a los ataques de los demás y a los conflictos que se van a ir encontrando por la vida.
Una imagen positiva de uno mismo puede impulsarnos hacia nuestra mejor versión mientras que una imagen negativa puede acabar convirtiéndonos en la peor de sí mismo.
¿Porqué es tan importante trabajar la autoestima en niños?
Toda percepción y concepto que tienes sobre ti mismo, forma parte de tu proceso de desarrollo, comienza en la infancia y se va construyendo a lo largo de toda nuestra vida. El nivel de autoestima tiene consecuencias en todos los aspectos de nuestra vida: personal, escolar, social, familiar…
Una autoestima saludable, como sostiene Branden (1994), se relaciona con la racionalidad, el realismo, con la creatividad, la independencia, la flexibilidad y la capacidad para aceptar los cambios, con el deseo de admitir los errores y la disposición a cooperar. Mientras que una autoestima baja se correlaciona con la irracionalidad y la ceguera ante la realidad, con la rigidez, el miedo a lo nuevo, con la conformidad, con la sumisión o el comportamiento reprimido y la hostilidad a los demás: todas estas características tienen implicaciones para la realización personal y la adaptación social.
Cuanto más sólida es la autoestima, mejor preparado está el sujeto para hacer frente a los problemas que se presentan a nivel personal, familiar o laboral. Cuanto mayor sea el nivel de autoestima, la forma de comunicación será más abierta, honrada y apropiada porque creemos que nuestros pensamientos tienen valor al igual que los ajenos. Del mismo modo, nos inclinaremos a tratar a los demás con respeto, buena voluntad y justicia, y que no tendremos a considerarlos amenaza, pues el respeto a uno mismo es el fundamento del respeto a los demás.
Como fomentar la autoestima en niños
La familia es el lugar donde el niño es querido y valorado tal y cuál es. Desde que es un bebé, incluso dentro del vientre materno, el niño percibe sensaciones de valor pues estamos recibiendo continuamente estímulos (positivos o negativos).
Aquí es dónde los padres jugamos un papel fundamental para favorecer una autoestima sana en los niños. Como os he contado alguna vez trabajo como educadora en un Centro de menores y si hay algo que defina a la gran mayoría de los niños que pasan por el sistema de protección es la baja autoestima y el pobre autoconcepto con el que llegan. Es verdad que en el trabajo a veces todo es más sencillo de aplicar que en casa, el papel lo aguanta todo pero la practica es otra cosa… cometo los mismos errores que todas, cada día cuando me levanto intento hacerlo lo mejor que puedo. A veces el día es horrible y me acuesto con la sensación de no dar una y a veces genial.
Os dejo algunos consejos que os pueden ser útiles para fomentar la autoestima en los niños.
Necesitan contacto físico. Todo niño tiene la necesidad del tacto. El contacto físico es la primera forma de expresar amor a un niño. Es necesario para que un niño se sienta valorado y amado. Es fundamental coger al bebé en brazos, tocarlos, que nos sientan. Las cosas se demuestran con hechos y no con palabras.
Necesitan amor. Como es obvio, pero muchos adultos lo pasan por alto. Se puede expresar amor a un niño a través de la expresión verbal, cuidados, compartir tiempo y demostrar un placer por el simple hecho de su existencia. Un niño que se siente querido es un adulto feliz.
Necesitan aceptación. Esto significa aceptar los pensamientos y sentimientos del niño para que aprenda a aceptarse a sí mismo. No hace falta estar siempre de acuerdo con él pero sí respetar sus sentimientos. Si le decimos que no debe sentirse así o que no debe pensar eso le estamos enseñando realmente a negar sus emociones y sentimientos para complacer a otros.
Necesitan Respeto. Así aprenderá a respetarse a sí mismo. Debemos mostrar al niño la cortesía que normalmente tenemos con los adultos. Todo niño merece y necesita respeto. Antes de llamar torpe o malo a un niño, pregúntate si esa es la imagen que quieres que se forme de sí mismo. El niño necesita crecer en un ambiente donde las relaciones de respeto y cortesía se lleven de manera natural. Emplea frecuentemente las palabras “por favor” y “gracias” Eso le hará sentir que tiene valor y por tanto reforzará su autoestima.
Necesitan que los veas. Que le prestes atención, si hace algo, si quiere jugar, si quiere contarte algo y le prestas atención estarás reforzando su autoestima.
Necesitan un elogio adecuado. Un elogio apreciativo puede ayudar a mejorar la autoestima del niño y a reforzar la conducta deseada. La clave está en apreciar clara y específicamente lo que ha hecho bien, evitando calificar al niño o lo que ha hecho como algo bueno o bonito. Busca la parte positiva de lo que ha hecho no lo negativo. Por ejemplo: Nuestro hijo hace una actividad en la que tiene que aprender el numero 6, de diez hace uno perfecto, algunos regular y otros mal; es mucho más efectivo reforzarle el que ha hecho bien que resaltar (y con rojo de dolor) los que ha hecho mal, el mensaje es el mismo pero la motivación que provocamos en él es totalmente diferente ¿no os parece?
Necesitan equivocarse y poder aprender de sus errores. Normalmente un niño aprende de sus errores de una forma natural y espontánea cuando se le da la oportunidad. Cometer errores es la base esencial de todo aprendizaje. Por eso, no se debe castigar, ridiculizar, humillar o reprender a un niño por cometer un error. Si le dices a un niño “Quítate, déjame hacerlo yo”, NO se sentirá libre para luchar y aprender. Por eso, a veces es mejor estimular que ellos mismos busquen las respuestas a dárselas nosotros mismos.
Necesita estructura. Esto lo hace sentir seguro. La estructura son las reglas implícitas o explícitas, que funcionan en una familia, lo que es aceptable, permisible, lo que se espera, como se toman las decisiones, y el tipo de valores que se deben practicar. Esta estructura debe ser flexible y abierta a la discusión. Se establece mediante explicaciones y no con mandatos. Si se aplica correctamente, fomentan la confianza, la auto-expresión, la individualidad y la autonomía del niño. Las normas, rutinas y limites les ayudan a desenvolverse con confianza.
Necesita pasar tiempo con sus padres. Este punto creo que es taaaaan importante y que lo pasamos tanto por alto… Esto no se sustituye con NADA, ni con regalos, lujos, con nada. Si le preguntamos a cualquier niño lo único que quieren es estar con sus padres, si tienen un coche mejor o peor les da igual y no afectará a su vida el día de mañana pero no estar con sus padres sí. Los niños crecen una vez en la vida y el tiempo no vuelve atrás.
Asignar tareas concretas: Asígnale a tu hijo cada semana por ejemplo, una tarea específica. “Esta semana tienes que colocar la ropa planchada en tu cajonera”. Encargarle algo le transmite el mensaje de que tú crees en él, que puede hacerlo. De esta forma irá probando cosas nuevas y se sentirá capaz de llevar a cabo lo que se proponga.
Cada niño es un ser único e irrepetible, que aporta algo diferente, todos comentemos errores pero si los dejamos intentarlo y les enseñamos a interiorizar que ellos “pueden hacerlo” podrán.
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