Llevo mucho tiempo sin escribir. No pretendía tardar tanto, pero este verano ha resultado muy intenso personalmente hablando, y el otoño ha empezado igual de intenso. Y lo cierto es que me está costando volver a la rutina.
Y me está costando tanto porque en realidad no voy a volver a la rutina sino que me voy a crear una nueva. No he caído en la cuenta de esto hasta hoy mismo, antes de decidirme a escribir de nuevo. Ayer escribí un email a todas las suscritas al blog y allí explique que estoy en un momento de introspección. Pues bien, gracias a esta introspección estoy descubriendo muchas cosas sobre mi misma y estoy poniendo en orden mis prioridades personales. Me he dado cuenta que, de una vez por todas, quiero ponerme a mi misma como prioridad. Si me dedico cuidarme, a conocerme más, a aceptarme tal y como soy, a no mirarme diferente si un mes gano dinero y otro mes no lo gano, si me equivoco o acierto, si puedo ayudar más o puedo ayudar menos, si me siento mejor o peor. Necesito aprender a apreciarme por lo que soy y no por lo que hago. Si, justo como los niños necesitan ser queridos, tal y como son, y que lo expliqué muy bien en el artículo "Quiéreme hasta el infinito y más allá".
Así que para este año las cosas van a cambiar. Es posible que le dedique mucho menos tiempo a mi trabajo que antes, es posible que no avance mi proyecto demasiado rápido, o es posible que ocurra justo lo contrario y que el tiempo que le dedique dé más frutos que todas las horas empleadas durante el año pasado. No lo sé, pero sí sé que quiero hacerlo sí.
No tengo novedades que ofrecer en estos momentos, pero en mi cabeza empiezo a pensar en cursos y talleres que podría crear poco a poco para ayudarte a emprender el camino hacia la armonía en tu familia. Van viniendo como ráfagas de inspiración que todavía no he plasmado en un papel, pero sé que cuando menos me lo espere tendré que buscar corriendo una libreta y anotarlas para que no se me escapen.
Lo que sí tengo hoy para ti son recomendaciones de algunos libros; si me sigues en facebook ya habrás podido ver cuales son, porque fui recomendandolos a medida que los leía. Así que aquí os los dejo y espero que os decidáis a leerlos.
El cerebro del niño. De Daniel Siegel y Tina Payne.
Un libro imprescindible. En él podemos encontrar los conocimientos científicos sobre cómo está constituido el cerebro infantil y cómo se desarrolla. Al leerlo vemos porqué son tan útiles las herramientas de la disciplina positiva y por qué una educación basada en el respeto es la más útil para ayudar a madurar al niño y convivir con los niños de un modo armonioso.
Ni rabietas ni conflictos. De Rosa Jové.
Sentido común, aprecio genuino hacia la naturaleza de los niños y aceptación de la sociedad en la que vivimos. Este libro ayuda muchísimo a "aflojar" nuestras exigencias. Está dividido por etapas y es un libro muy realista. Hace que te plantees si realmente vale la pena entrar en conflicto con los niños por las cosas por las que solemos entrar en conflicto, y descubres que no, no vale la pena. En los últimos capítulos hay un llamamiento a dejar de justificar cualquier tipo de violencia hacia los niños, a dejar de minimizar los malos tratos. Es dura y tajante, pero tiene más razón que un santo. Ni collejas, ni burlas, ni un tirón de brazos.... los niños tienen los mismo derechos que los adultos, y sólo siendo respetados respetarán el día de mañana.
Hermanos, no rivales. Adele Faber y Elaine Mazlish.
Otro libro que a mi me ha gustado mucho. En el encontrarás todo tipo de ejemplo sobre como intervenir, y no intervenir, en las disputas entre hermanos. El libro es la narración de las clases que un grupo de padres llevan a cabo durante unas semanas, y en las que van aprendiendo a gestionar los conflictos con sus hijos. Es un libro para leer 2 y 3 veces, para subrayar y hacerte "chuletas". Con una sola lectura no sacas todo el jugo que puedes sacarle (yo tengo pendiente esas siguientes lecturas).