Esta frase a veces cuesta mucho de poner en práctica. Depende de muchos factores, de las vueltas que hemos dado en la vida… A veces nos endurecemos tanto que nos olvidamos que todos fuimos niños una vez.
"Todas las personas
mayores fueron
al principio niños,
aunque pocas de ellas
lo recuerden"
Antoine de Saint-Exupery
Personalmente aprendí mucho de mis hijos pequeños.
Si te fijas un poco en tus peques o en cualquier niño pequeño, verás cuánto tienes que aprender de ellos.
Por eso he creado este decálogo, para no olvidar que volver a ser niños es bueno para mi mente, para mi salud y para ser feliz.
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Toma nota:
Decálogo para volver a ser niño.
1/ Juega y diviértete.
Los niños quieren jugar a todas horas, pero se involucran de lleno en el juego,
lo viven como si fuera real.
Por lo que te digo, juega, diviértete.
Eso sí, hazlo con todo tu corazón y todo tu ser. Como si no hubiera un mañana.
2/ Recupera tu capacidad de sorpresa.
Me fascina cómo se sorprenden los niños cuando descubren algo nuevo.
Por eso, sorpréndete, se curiosa/o e ilusiónate de nuevo
por cualquier cosa por pequeña que sea.
3/Deja de lado tus prejuicios e ideas preconcebidas.
Sé sociable. Los niños siempre quieren jugar con alguien aunque no lo conozcan,
se acercan tranquilos a su lado y se ponen a jugar.
Así que deja de lado tus prejuicios e ideas preconcebidas y si se acerca alguien a tu lado a ver y a querer aprender de ti, déjalo y comparte.
4/ Llora si has de llorar.
Los niños a veces son de lágrima fácil y eso es muy bueno.
Descargan sus frustraciones y lo sacan todo llorando a moco tendido.
Luego eso sí, olvidan esas lágrimas en un pis pas y se quedan tan anchos.
Mi consejo, no te guardes las cosas,
llora si has de llorar ante algo que salió mal y no te lo guardes dentro que te envenena.
5/ Déjate mimar.
Los niños siempre buscan un abrazo, un mimo, una caricia y a medida que crecemos esa necesidad sigue estando latente, pero, a veces, la escondemos tanto que no la dejamos salir.
Si te han de mimar, déjate mimar que un mino no hace daño a nadie.
6/ No temas al ridículo, no tengas miedo al qué dirán.
A los niños poco les importa eso, se lanzan y lo hacen.
Si no saben se caen, se levantan y siguen adelante sin que les importe cuchicheos ni miradas de críticas. Por eso te digo que aprende cosas nuevas.
Que no te importe equivocarte y fallar
ni que te miren ni piensen que ya eres mayorcito para hacer esto.
7/ Pide ayuda.
Si no sabes, no puedes, no llegas. Pide ayuda,
ellos siempre la piden y siempre se les da.
¿Por qué crees que a ti no te la darán?
8/ Vuelve a ser inocente.
Inocencia. Realmente esto es lo que más nos puede costar.
Los niños son pura inocencia y los adultos ya somos perros viejos.
A todo le buscamos un doble sentido o simplemente lo cuestionamos con un
¿seguro? Lleno de retintín…
volver a ser inocentes es un reto y un desafío que vale la pena.
9/ Créete un súper héroe.
Qué tú vales y mucho. Créelo que es cierto.
Ellos no dudan en creerlo y se disfrazan de sus ídolos.
Píntate los morros, los ojos…
ponte esa ropa que te queda bien y te favorece
y deja que te miren, que te alaben que lo vales y puedes.
10/ Duerme y come.
A un niño nunca le dejas sin comer y necesita dormir todas sus horas.
Es muy importante para el buen funcionamiento físico y mental, ¿verdad?.
¿Por qué entonces tú no lo haces?
No dejes de lado tus horas de sueño, así te levantarás llena/o
de energía y con ganas de comerte el mundo.
Come fruta, la verdura, los cereales… igual que ellos, tú
sigues necesitándolo,
Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.
Ya sabes, estas navidades, vuelve a ser niño y no lo olvides para así aplicarlo todos los días de tu vida.