Hasta ahora, había customizado algunas camisetas para mis niñas, con lazos, piculinas o puntillas, pero este año me he lanzado de cabeza y sin red a hacerles estos vestidos, sin haber cosido prácticamente nada antes y sin más ayuda que la de sangúgel y los tutoriales de youtube y blogs. Y el resultado no está nada mal. ¿no?
Para hacer estos vestidos, más la ranita para bebé, necesitamos un metro de tela (la más adecuada es la villela o la micropana), y dos jerseys de punto. En mi caso, los jerseys son de Lefties (7,99 â?¬ cada uno), aunque podéis encontrar parecidos en Zara o en Primark.
En primer lugar, hay que medir el largo adecuado del jersey para cada niña. Normalmente, este tipo de suéters quedan a mitad de muslo, pero quizá sea demasiado largo para añadirle la faldita, pues lo normal sería que nos quedase a la altura de la cintura. Una vez marcada la altura de la cintura en el jersey, cortamos e hilvanamos el dobladillo.
Ahora, pasamos a confeccionar la falda. Mediremos la longitud desde la cintura hasta donde queramos que quede el vestido de largo. Como a mí me gustan cortitos, hice las faldas de 17 centímetros para mi hija de dos años y medio y de 21 centímetros para la de cuatro años. Normalmente la tela tendrá un ancho de 1,50 metros; este ancho no lo tocamos, pues nos servirá para hacer los pliegues. Cortamos el largo de la falda, dejando un margen de unos tres centímetros más de la medida deseada para los dobladillos.
Antes de hacer los pliegues, hemos de coger el dobladillo inferior. Yo lo hice doblándolo dos veces, para esconder la parte de corte de la tela y evitar que se deshilache. Primero lo hilvanamos y a continuación, lo pasamos por la máquina, pues una vez que la tela esté plisada será algo más difícil. Si vais a añadir alguna piculina como hice yo, también conviene que la hilvanéis ahora con el dobladillo, pues así evitáis hacer más de una costura a máquina (el resultado es más basto si se hacen dos costuras).
Una vez tenemos cosido el dobladillo, pasamos a hacer los pliegues. Ya hemos dicho que normalmente, la tela tendrá un ancho de 1,50 metros. Tenéis que medir la anchura del jersey por la cintura, pues la falda ha de quedar a la misma medida. Un poco a ojo, empezamos a doblar la tela como si fuera un abanico, sujetando con alfileres el pliegue. Mi consejo es que vayáis midiendo la tela conforme vais plegando para ver si el pliegue es adecuado, o si tenéis que hacerlo más grande o pequeño.
Una vez tengáis todos los pliegues hechos y la falda tenga la medida de la anchura necesaria (lógicamente, el doble, es decir, si medimos el bajo del jersey y mide 30 cm, la falda debe medir 60 cm de ancho, pues debe cubrir la parte delantera y trasera), hemos de hilvanar los pliegues. Para que no se deshagan, hemos de hilvanar con punto atrás, es decir, dar un punto y volver hasta el anterior para que nos quede una línea continua de hilo, de forma que toda la tela quede sujeta.
Ahora vamos a unir la falda al jersey. Para, de nuevo, evitar hacer más de una costura a máquina, vamos a hacer coincidir el hilván que hicimos en el dobladillo del suéter con el hilván en la cintura de la falda, de forma que la misma costura sujete ambas cosas, a la vez que une las dos piezas. Si nos ha sobrado mucha tela por encima del hilván de la cintura de la falda, cortadla antes de unir ambas piezas, de modo que quede como mucho medio centímetro por encima de ese hilván.
Una vez unidas a máquina ambas piezas, nos queda disimular la unión. Yo he elegido hacer una cinturilla de la misma tela, decorándola con piculina y una puntilla. Sólo tenemos que cortar la tela al ancho necesario, doblar los bordes hacia adentro y añadir los adornos que nos gusten.
Yo he hecho la cinturilla en dos piezas, es decir, he cortado la tela a la mitad (dos piezas de 30 cm, el ancho de la cintura) y las he unido por los extremos, de modo que he hecho coincidir las costuras de la cinturilla con las costuras del suéter. Una vez las tenemos unidas y tenemos de nuevo una pieza continua, la presentamos en la cintura, la hilvanamos y pasamos a la máquina.
Por último, nos queda decorar a gusto de cada una con lazos, puntillas, piculinas... ¡el mundo de la mercería puede ser infinito! Yo preferí hacerlos diferentes y este fue el resultado:
En cuanto a la ranita, hemos de partir de una prenda que ya tengamos para sacar el patrón o incluso de un pañal (habrá que estirar los elásticos para tomar la medida). La forma, más o menos es esta:
En esta ocasión, vamos a hacer la ranita forrada, para lo que vamos a utilizar un popelín (lo que se usa normalmente para tela de sábanas de carrito), aunque también podríamos hacerlo con una villela lisa.
Encaramos las dos partes exteriores de la tela (es decir, el dibujo de la tela, lo que se verá, debe ir ahora hacia dentro) ponemos alfileres sujetando el patrón y ambas telas, y cortamos, dejando un centímetro y medio de sobra para poder hacer la costura y que no se nos quede pequeño.
Una vez hemos cortado, sujetamos las dos telas con alfileres, quitamos el patrón e hilvanamos por todos lados excepto por uno, para poder dar la vuelta a la tela como a un calcetín una vez esté cosido a máquina.
Una vez lo tenemos cosido a máquina, damos la vuelta a la tela y planchamos, para que los bordes de las costuras nos queden bien rectos. La doblamos como en la foto y hacemos los pliegues, para que quede bombacha. Podemos añadir en los laterales un adorno antes de coserlos a máquina.
Por último, nos queda hacer la cinturilla igual que hemos hecho para los vestidos y... ¡listo!
En este caso, yo he preferido no poner gomas ni en las piernas, ni en la cinturilla. Pero en caso de querer ponerlas, sólo habría que dar más anchura a la hora de cortar a las piernas y la cintura y meter la goma para rizar a la medida adecuada.
Como veis, con apenas 30 euros, hemos sacado tres modelos exclusivos para nuestros niños. ¡Los míos los estrenaron el sábado y causaron sensación! Varias personas me preguntaron que de dónde eran los vestidos y cuando decía que "de las manos de mamá" alucinaban.
Si os animáis a hacerlos y necesitáis ayuda, dejad un comentario y estaré encantada de echar una mano. ¡Atreveos!