La decoración en casa y los niños no son incompatibles
¿Quién te dijo que no podías tener tu casa tan mona porque ibas a tener un bebé?
Cuando tuvimos a Héctor, escuchamos mil veces frases como “olvídate de dormir, ya verás lo que son las noches en vela”, “aprovecha a salir ahora porque cuando nazca el niño, se acabó eso de ir a cenar por ahí”, “no vas a tener tiempo ni de ducharte”, y mi preferida de todas: “Uf, ya verás, yo que tú recogía todas esas cosas tan monas de la mesa porque lo va a romper todo”.
Y yo me decía a mí misma: “Pero vamos a ver, ¿qué vamos a tener, un bebé o un San Bernardo?
Pues en el capítulo que inauguramos la semana pasada sobre diy’s facilitos y expres que den un buen resultado con poco esfuerzo, volvemos a la carga para enseñaros que podéis tener una bonita mesa de café adornada con los detalles que más os gusten sin miedo a daros la vuelta y tener que ir corriendo a recoger los trocitos del suelo. Hoy, “Un perrito plateado que parece caro” al que tener poco apego.
¿Cómo se hace?
1. Cogemos el perro
2. Lo metemos en una caja de cartón
3. Lo pintamos a discreción
Beneficios de la acción
1. Parece que lo hemos comprado en Bo Concept pero sólo tú sabes que en realidad te ha costado 6 euros
2. Proporciona serenidad: Si se rompe no te llevarás un disgusto
3. Tu hijo puede jugar con él
Y vosotros, ¿Sois de los que salen corriendo cada vez que el niño se acerca a ese objeto carísimo que te regalaron en la boda? ¿Sois de los que guardan la vajilla de filo plateado en la vitrina solo para ocasiones especiales? ¿Forráis el sofá de piel con sábanas para evitar que se roce?
o
Tenéis una casa en la que se disfruta cada estancia, vuestro hogar es un hogar, no el showroom de AD. Ordenáis la casa para que sea bonita y funcional, no para una sesión de fotos de la revista El Mueble.
Y tú ¿Qué clase de padre-madre eres?
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