“En nuestra época te tocaba esperar en la casa una llamada, si salías no había forma de ubicarte!”
“Taxis? Ja! Uno iba en bicicleta a visitar a los amigos”
“La tele a color fue increíble, uno pensaba que las personas estaban adentro de esa caja”
“Ustedes no se divierten sin la tecnología, nosotros jugábamos en el jardín!”
“Esos celulares ya son mucho, yo solo quiero llamar y recibir llamadas”
“Los valores se van perdiendo, cada vez estas nuevas generaciones son más groseras!”
Y nosotros…
“Yo no me imagino mi vida sin mí celular, prefiero olvidarme las llaves de la casa que el celular”
“Si no se algo, Google; si quiero aprender algo: Google; si dudo: Google… nunca me quedo con la duda”
“Mami, dame la tablet para ver Patrulla Canina”. (no sabe escribir, pero ubica la “p” y la “a” para que le salga el playlist)
“Mi hija sabía escribir “hola” en el celular antes que en papel”
“Mi hijo es un as de la tecnología, sabe más que yo y solo tiene 7 años”
“¿Por qué me obligaron a memorizarme toda la historia del mundo con fechas? Nunca más las utilicé y si tengo una duda nadie me prohíbe usar el internet para averiguar!”
¿Suena conocido? Hemos pasado de generaciones que creían que lo más importante del trabajo era permanecer en él hasta el retiro; a generaciones que creen que lo más valioso es adquirir conocimiento y cambiar, migrar, crecer, experimentar, nunca quietos. Pasamos del sueño de carro, casa, hijos y el perro; a sueños de experiencias, viajes, diversión, familia, migración, dinámica.
Generaciones que pasaron de ver el mundo en blanco y negro, de tener que hacer una cosa a la vez, ir a su casa para recibir una llamada o no poder ubicar a un familiar si no estaba en el lugar indicado; a generaciones que en la punta de su dedo tienen georeferenciación de productos, personas, famosos, experiencias, eventos… nada se les pierde, nada se les pasa!
Los algoritmos nos permiten interactuar de una forma holística, tan interconectada que todo se ha hecho fluido, ya no hay límites claros, todo es gris y TODO ES POSIBLE.
Pero lo que no ha cambiado, extrañamente, es la educación! Nuestros abuelitos aprendieron matemáticas, historia, física, inglés y hacían deporte 2 veces a la semana. Algunos estudiaron algo de música o artes, otros estudiaron idiomas. Nosotros también estuvimos en clases donde cada 40 minutos entraba otro profesor y nos cambiaba de tema, mate, inglés, física, lengua, historia, arte, deportes, mate, inglés, ciencias sociales… y así vivimos 14 años de nuestra vida, nos graduamos y fuimos a la universidad: mate más difícil, más inglés, algo de deportes, casi nada de artes, también lógica, y todo lo previo pero con un “tinte” de la carrera que escogimos: matemática aplicada a las ciencias sociales, estadísticas para la psicología, neurociencias, blah… Tocaba ponerse y sacarse el chip para cada clase.
Y, ¿hoy en día? Nuestros hijos de 4, nuestros hijos de 12, de 16… se educan igual! Claro, me dirán que sí hay cambios, ya no se les pega, y ya no todo es la memoria, nuevas teorías pedagógicas aplicadas… Pero el concepto fundamental es el mismo, el mismo que hace 150 años, cuando el mundo en el que vivimos no es ni la sombra de lo que fue hace 50.
Las instituciones no son tan fluidas, no son tan rápidas como lo es la cultura y el comportamiento humano; son como un transatlántico: das la orden de giro y hasta que el buque cambie de dirección con su lento andar, puede pasar muuuucho tiempo… así es la institución educativa, se demora en girar, en adaptarse, en responder a lo que ahora es el mundo.
Por eso nosotros como padres no podemos dejar de girar rápido y apoyar a nuestros hijos en lo que los formatos educativos actuales no están manteniéndose al día. Las notas que sacamos solo reflejan -en la actualidad- la capacidad de cumplir normas y reglas. Pero debemos recordar que una norma está hecha para evitar diferencias, solo existe porque la mayoría logra caer dentro de ese comportamiento, pero no todos, nunca todos.
Yo quiero que mi hija esté completamente fuera de la norma, que sea excepcional en lo que ella quiera ser excepcional. Hoy, más que nunca, debemos hacerle frente a la rigidez y derrumbarla, educarnos como padres y como personas, apoyar a nuestros hijos en su camino y porvenir. Solo imaginen que mi hija ahora tiene 4 años, ella se jubilará en el año 2065! Tienen idea cómo va a ser el mundo en el 2065???? Y creemos que con mate, física e inglés les estamos preparando para ese futuro? No!
La única forma de prepararlos para ese futuro es darles herramientas, crear un ambiente propicio para su crecimiento: un jardinero no hace que la flor crezca, solo crea condiciones óptimas.
Siendo madre, psicóloga, investigadora y estando pendiente del mundo todos los días, creo que hay algunos fundamentos que como padres debemos enfocar en la educación que impartimos:
INFORMACIÓN EN TODAS PARTES, CUANDO QUEREMOS, CÓMO QUEREMOS
Pero no toda es veraz, no podemos tomar una fuente como única. La delicia de la información es construir un criterio, una idea, una teoría, entender a fondo algo a través de varias fuentes: personas con experiencia, redes sociales, fuentes académicas… Todo apoya en la formación de un criterio, así sea a temprana edad. Como padres debemos darles las distintas perspectivas y enseñarles a razonar, incluso a dudar, hasta de sus profesores! Nadie tiene la última palabra. Todo lo que es genial alguna vez pareció absurdo. Uno de mis lemas: contrasta y vencerás.
INTERCONEXIÓN
Todo tiene relación con todo. Mantenernos conectados es fácil, es posible. Pero también es peligroso. Las escuelas hacen simulacros de incendios, de temblores, pero, ¿cuántos hemos vivido? POCOS! ¿Por qué no hay simulacros para identificar acosadores cibernéticos? ¿Por qué no hay simulacros para defenderse de un intento de secuestro, o qué hacer en ese caso, cómo comportarse? Los chicos deben entender que con gran poder vienen grandes responsabilidades, el mundo digital es uno más, no es el único. Debemos adoptarlo, pero también debe tener límites y claridad, transparencia. No podemos esperar educar a nuestros hijos si no entendemos lo que están haciendo, mantenernos al día es fundamental.
CREATIVIDAD
No todos tenemos que ser buenos en matemáticas. No todos tenemos que ser buenos en baile. Un hombre genial que admiro, Sir Ken Robinson dijo: “We don´t grow into creativity, we grow out of it. Or rather, we get educated out of it”. (No crecemos y nos vamos haciendo creativos, crecemos y lo perdemos. O más bien, nos educan para dejar la creatividad de lado).
– ¿Cuántas veces les hemos dicho a nuestros hijos que con la comida no se juega?
– ¿Les dejamos bailar como quieren, o les enseñamos los pasos?
– ¿Les dejamos jugar con sus amigos imaginarios o nos preocupamos y los borramos de la existencia lo antes posible?
No esperemos que todos sean igual de buenos en todo, pero si no les dejamos probar, aunque sea un par de veces, no sabremos si son buenos en algo.
Mi único consejo es que no dejemos en manos del colegio solamente la educación. Ellos cambiarán cuando para nuestros pequeños ya sea tarde, no nos arriesguemos a no darles las herramientas adecuadas. Y olvidemos esa idea de que el colegio enseña y nosotros padres educamos, el conocimiento y los valores no están separados, nunca lo estuvieron ni lo estarán. Les dejo un link a una charla de un hombre que está tratando de girar el transatlántico de la educación, les invito a verlo y a irnos poniendo creativos en las formas de apoyar a las nuevas generaciones que hemos creado. Suerte a todas y todos, veremos nuestro trabajo reflejado en el futuro de nuestros hijos.
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