Ya puedo ponerle nombre a lo que pasa. Se llama progesterona baja, y aunque en este mundo incierto no se me puede asegurar que los dos abortos hayan sido a causa de ello, después de todos los análisis es lo único que no está bien.
Me hice los primeros análisis el día 2 del ciclo, hormonas, coagulación, orina y lo que más me dolió de todo: LOS CARIOTIPOS. Nos los hicimos los dos, 120 cada uno, así sin anestesia, pero es una de las principales cosas para saber si genéticamente estamos bien y somos compatibles. Eso fueron 3 informes, y el 4º era el análisis que me tenía que hacer el día 22 del ciclo.
Empezaba a tener sentimientos encontrados, ya que tener unos análisis perfectos me daba tranquilidad, pero eso quería decir que nos encontraríamos en el punto de partida otra vez, y todo lo dejaríamos al azar de nuevo. Pero llegaron los análisis. Suelo mirarlos rápido, y solo pararme en los que puedan saltarse los valores de referencia del laboratorio, como mucho los comparo con los anteriores, pero como no entiendo no suelo darle más importancia. Hasta que los niveles de la progesterona en la fase lútea deberían estar entre 5,2 y 18,6 ng/ml (nanogramos por mililitro de sangre) y yo tenía 0,56 ng/ml. Me quedé muerta.
Inevitable e inmediatamente me metí en internet a bucear y esclarecer cuál era mi situación. Parece ser que es el diagnóstico más obvio a mis abortos, y otras mujeres han conseguido llevar a termino el embarazo suplementando la progesterona. Me alivia mucho y me cabrea a la vez. Si me hubieran hecho este análisis al principio no estaría así, pero mi médico sigue sin asegurarme que esto sea la causa y la solución, creo que no se quiere mojar.
De momento tengo que empezar con la progesterona en cuanto ovule, y dejarla si me llega la regla, y así hasta que me quede embarazada. Tengo las esperanzas por las nubes, pero de vez en cuando me aborda el pánico, verme embarazada de nuevo no se si me dará más alegría o miedo. Pero desde luego que no dejaré de intentarlo todo.
Pronto más noticias.
Señora S.