Porque hasta ahora veníamos zafando con una reunión en familia, muchas fotos, un pedazo de torta y cada uno a su casa.
Pero, cuando los niños empiezan a socializar con sus pares escolares, se nos abre un mundo desconocido a las madres primerizas: el viaje de ida de las fiestas infantiles.
Calculá que los primeros aparecen a los 4 años y se terminan a los ¿12? cuando te sacan a carpiendo del living porque no es ¿cool? (¿se sigue diciendo cool?) que mamá ande revoloteando con los chizitos en mano.
Pero no me quiero adelantar en el tiempo (sí, típico de madre dramática). Volvamos al primero de los cumples del jardín.
Para empezar, no es uno. Uno es el que te toca organizar a vos.
Después vienen todos a los que tenés que asistir. Porque ya no es como antes donde los chicos iban solos a los cumples, ahora la cosa viene de acompañamiento.
Y tenés que ir.
Tenés que ir porque tu nene sino se siente excluido si falta a todos los cumples. Tenés que ir porque hay que pensar en que el agasajado espera a sus amiguitos y si todas tienen la misma idea, la de dormir la siesta el sábado a las tres de la tarde (si, hermoso, divino pero no), el homenajeado se queda llorando porque le faltó una media docena…y a vos no te gustaría que te pase algo así con el tuyo ¿no? Así que tenés que ir también por la otra mamá.
La mamá anfitriona siempre transpira la camiseta. No importa si lo hace en el Alvear con una birthday planner o en el fondo de su casa. Que la torta, que los canapés, que los chicos, que no llueva, que no se aburran. Por eso queremos que no nos falte nadie. Ya vas a estar en su lugar, ya vas a estar.
Pero no perdamos el eje, aunque en este blog me preocupe por la madre y no por el crío, si no te acordás vos del tuyo…estás frita.
Y pasa.
Pasa que algunas mamás están tan metidas en que sea la mejor fiesta del año que se olvidan de preguntarle a la criatura que le gusta y que no. Y ahí tenés la fiesta donde el cumpleañero llora desconsoladamente delante de todos los invitados porque le tiene miedo a los títeres, quería la torta de spiderman y no una de la sheriff Callie.
Aunque también otros quedan llorando en sus casas, porque mamis sépanlo, a veces es mejor usar el viejo y conocido teléfono para invitar a los compañeritos elegidos y no mandar las invitaciones al cole. Los chicos no entienden de presupuestos acotados o la falta de espacio en el monoambiente de tu hermana – que gentilmente te dio una mano. Y lloran si no los invitan. Sobre todo si son chiquititos.
Y si tenés la suerte de poder hacerlo en algún lugar más grande e invitar a todos más un chaperón, entonces tenés la dicha de tener que dedicarte en medio del griterío y las pelotas del pelotero, que van y vienen al grito de "chicos más despacio", a todasss las mamis y papis que asisten a tan esperado evento (para vos, para muchos es el día que se olvidan de la jogguineta)
Ay pero que lindo era cuando éramos chicos y todo era más simple. Tres palitos, dos cocas, un disco de margarito Terere en repeat y listo. Felices los chicos, felices las madres.
¿Cuantas juegan al "Bailando por un cumpleaños" y a ver quién sale en la tapa de los personajes del año de Gente?. Y está bien si podés y no salís en el veraz después de 3 horas de saloncito. Y está bien si tenés la habilidad de hacer 200 cupcakes personalizados con tus habilidosas manos. Pero si no pódes no podés.
Y a veces con una play y un patio con dos o tres chiquitines tu hijo está más contento que nadie.
Preguntale, hablá y contale que se puede y que no para su cumple.
Charlá sobre los festejos de otros compañeros. No todos los papás están en las mismas condiciones, sea para más o para lo justo y todo debe respetarse.
No compitas, ajustate a tu billetera y no faltes a los festejos del otro si sacaste el ticket dorado de la invitación.
Y respirá hondo, te quedan unos 72 cumpleaños infantiles en los próximos 9 años.
La entrada El primer cumpleaños con amigos aparece primero en Madres hay muchas.