Es difícil imaginarse un mundo sin color, el color nos rodea por todas partes. Quizás nos hayamos acomodado a su presencia e intensidad y no le demos la importancia que tiene, pero lo cierto es que el color nos afecta, y tiene una función, al igual que en la naturaleza, donde cada color ha evolucionado gradualmente con el tiempo para satisfacer una finalidad precisa.
Algunas funciones las hemos establecido socialmente como el rojo-ámbar-verde de los semáforos, pero otras son más inconscientes.
No te has preguntado alguna vez: ¿por qué he elegido hoy el jersey rojo y no el azul? ¿Por qué he comprado la taza de color amarillo y no la blanca? ¿Por qué tradicionalmente vestimos a los niños de azul y a las niñas de rosa? ¿El amarillo que veo yo es el mismo que ves tú?…
Un dato muy curioso publicado en New York Times; Estadísticamente los coches de color rojo oscuro tienen más accidentes fatales que los coches de otros colores. ¿A que no sabes de qué color son los coches con menos accidentes? Azul claro.
Pero, ¿por qué?
Hace tiempo que estoy interesándome sobre el color y cómo afecta a los niños, en los juguetes, en los espacios de juego, en la ropa que les ponemos,… Los colores que como padres y madres elegimos cada día para ellos, ¿son adecuados? ¿En qué podemos basarnos para estar más seguros?
Comparto esta inquietud con Casiana de Joguines Grapat y aprovechando que teníamos la oportunidad de charlar con Didier Nuez, maestro Waldorf y artista terapeuta con muchos años de experiencia que trabaja con el color, hemos ido un paso más allá y ha contestado a muchas de nuestras dudas.
Nuestros grandes interrogantes de partida:
[Para ilustrar este artículo hemos utilizado algunas fotos de artículos, algunos de novedades, del catálogo de Joguines Grapat]
¿Cómo perciben los niños/as el color?
Lo primero que nos comentó Didier fue que sobre el color hay mucha literatura y teorías.
Algunos de los más grandes pensadores de la historia sentían verdadera pasión por el color, entre ellos el científico y filósofo griego Aristóteles, el científico inglés sir Isaac Newton, y el escritor y científico alemán Johann Goethe.
De hecho, Goethe consideraba que su inmenso estudio sobre la Teoría del color era su logro más importante, más aún que su obra maestra Fausto.
Pero para Didier el color hay que vivirlo y antes de tener teorías, hay que tener la experiencia del color. Y fue así como nos invitó a participar en dos experimentos sorprendentes que te invito a que hagas en casa.
¿Cómo nace el color rojo?
Con unos folios blancos y un foco de luz blanca nos mostró algo sorprendente, asistimos al nacimiento del color rojo.
El experimento consiste en proyectar la luz detrás de un folio. A medida que añadimos más folios delante del foco (uno a uno, hasta tener unos 5 o 6 folios), observarás cómo a la luz blanca le cuesta cada vez más ir penetrando en la materia, y poco a poco se va transformando en color rojo. ¡Es asombroso y sin embargo lo podemos observar en una puesta de sol!
(Hemos intentado fotografiar y filmar este experimento pero nos ha sido imposible captarlo para que se vea bien, así que te animo a que lo experimentes en casa, ¡te sorprenderá!)
Con este experimento podemos darnos cuenta de que el nacimiento de los colores viene a ser el encuentro entre la luz y la oscuridad.
El experimento de los complementarios
Después experimentamos observando diferentes formas de color, y comprobamos cómo en realidad vemos el color complementario, que es el que nos representamos. (Esto te lo expliqué con un ejemplo en este artículo).
Los colores tienen un mensaje, todos vemos el mismo color. Así observando el naranja, interiormente vemos violeta. Con el verde, vemos rosa. Con el violeta, vemos verde pastel.
Podríamos decir que el mundo de los colores habla entre sí aunque no seamos conscientes de esto.
Y no lo sabemos con rotundidad pero hay muchas teorías que dicen que los niños pequeños, y cuanto más pequeños mucho más, solo ven los colores complementarios (los que nos representamos). Por eso si a un niño le gusta mucho el rojo, en realidad está sintiendo, viendo su complementario, el verde… Pero también es cierto que los niños ven muchas más cosas que nosotros no vemos, vienen como conectados con el más allá.
¿Qué colores son más recomendables para los juguetes?
Cualquier juguete debe tener una gama de color, porque el niño está más en una unidad, de lo contrario solo ve trozos inconexos de color.
Por eso un juguete multicolor como podría ser un coche en el que los colores no tienen sentido entre sí, para un niño es una abstracción mental.
Es mejor ofrecerle conjuntos de color, gamas cromáticas donde haya una unidad, no trozos inconexos de color.
[Desde Joguines Grapat cuidan que las gamas de color tengan unidad y armonía, a la vez que hagan alusión a los diferentes elementos de la naturaleza, así como también a las estaciones del año.]
Hoy en día hay mucha tendencia de compartimentarlo todo y si un niño crece así, ¿cómo puede ir luego al encuentro con los otros?
También son muy importantes las formas, es mejor una curva como la del arcoíris, que una recta.
[En Joguines Grapat piensan que las formas redondeadas son más suaves y amables que las rectas y filosas, por eso casi todas sus propuestas son torneadas. ]
¿Y los juguetes de color blanco y negro?
Está de moda ofrecer a los niños colores extremos como el blanco y el negro. Son como la luz y la oscuridad, pero esto no es tomar en cuenta lo que el niño percibe.
Pero, ¿por qué es mejor ofrecer a los niños gamas de colores?
Para entenderlo hay que ver lo que nos hace sentir a nosotros mismos un arcoíris.
Al ver un arcoíris (como este que fotografiamos al lado de casa), el gesto que nos provoca suele ser un Ohhh, es raro que alguien no lo perciba así y haga otro gesto.
Nos podemos dar cuenta del impacto inmediato que tiene en nuestro espectro emocional.
En cambio los colores extremos como el blanco o el negro ¿qué nos provocan?
El blanco es como una luz muy fuerte que nos ciega, con la que no vemos nada. La luz tiene un lado positivo y es que te abre, pero si te abre demasiado, te pierdes.
El negro es como estar a oscuras, donde el gesto que se produce es el de meterse hacia adentro. La oscuridad cierra, por lo que su lado positivo es que puedes reposar, sin embargo, si te recoge demasiado te reprime y te puede llevar incluso a experimentar terror.
Hoy en día vivimos en extremismos, faltan gamas de intermedios. Los niños no necesitan cosas extremas.
Materiales vs. Color ¿qué es más importante?
El color es importante, pero también el material. Los niños deben tocar materiales verdaderos, que sean reales, de la vida.
El plástico es una abstracción y se separa del peso, no hace la experiencia de la materia, por eso cuando un niño juega con un gran camión de plástico y lo levanta, no está teniendo una experiencia real de la materia, es como una mentira.
Pero si el objeto es bonito y el color es bonito, ¿por qué no?
Eso sí el color debe ser con gamas, como degradado, como un color natural, como la madera sin teñir que nunca es uniforme.
Y si los materiales son naturales, ¿es mejor pintarlos o no pintarlos? Ambas opciones valen la pena, es interesante mostrar el material al niño/a tal cual es pero también con gamas de color translúcidos, que se perciba la materia.
[Desde Joguines Grapat buscan que el elemento madera, que es casi el único elemento que trabajan, quede siempre a la vista, a través de los tintes dejando ver la beta como dejando partes de los materiales sin tintar.]
¿Cómo pintar los espacios infantiles?
En la habitación para un niño/a todo tiene importancia.
Si hay muchos colores, le cansa mucho, visualmente y psíquicamente.
Pensemos en nosotros mismos. Emocionalmente cambia mucho cuando nos sumergimos en un ambiente azul o en un ambiente rojo. El movimiento de percepción es diferente en cada caso.
El rojo tiene la tendencia de venir hacia nosotros. Recordemos que el rojo nace porque la luz penetra en la oscuridad, en la materia.
El azul en cambio nos envuelve. El azul nos hace más asentarnos. Por eso no hay que pintar de azul una habitación para un niño pequeño y sí sería adecuado para un adolescente.
Hay que tener en cuenta que los colores impresionan, y a un bebé mucho más, pero en realidad sabemos pocas cosas de las percepciones de los bebés y además ellos no pueden expresarlo.
Sin embargo, si tuviera que decir algo…. Para un bebé, elegiría rosas o malvas muy rosaditos, pero nunca colores muy fuertes o un azul oscuro.
Y esto es algo que podríamos aplicar a la ropa también.
Muchísimas gracias a Didier Nuez por su tiempo y por sus atentas explicaciones y a Laura Pla, directora de S’escoleta Waldorf, por hacer de intérprete y facilitarnos el encuentro. Esto es algo muy bonito que me encuentro con todos los maestros/as Waldorf que conozco y es que todos se muestran siempre muy accesibles y dispuestos a compartir sus experiencias y conocimientos. ¡Es un placer!
Sobre Didier Nuez
Didier Nuez ha sido maestro durante muchos años en una escuela Waldorf en Francia, así como cofundador del “Institut de Formation pédagogique Rudolf Steiner” cerca de París. Como artista terapeuta en Noruega ha seguido a muchos niños y jóvenes con dificultades, tanto escolares como de comportamiento.
Imparte cursos y conferencias acerca de la pedagogía y de la sociedad en diversos países de Europa.
¡El color! Qué profundo y misterioso lenguaje, el lenguaje de los sueños. – Paul Gauguin
Aguamarina