Beneficios del dibujo
Además de ser una actividad entretenida, dibujar ofrece multitud de beneficios, especialmente en las primeras etapas de la vida. En primer lugar, tiene un papel importante en el desarrollo psicomotriz, ya que manejar con precisión determinados objetos para producir algo requiere de un nivel de desarrollo de la motricidad fina y la coordinación óculo-manual muy concreto. También, en el plano cognitivo, dibujar contribuye al desarrollo de la imaginación y de la creatividad, e implica el uso de funciones tales como la memoria o la inteligencia espacial.
Al tratarse de un lenguaje, y por tanto, de un medio de expresión, cumple también funciones de carácter emocional. En mi caso, se trata del medio con el que más me identifico y más cómoda me siento. Me resulta mucho más fácil expresarme con imágenes que con palabras. Quizá porque el lenguaje verbal es más concreto, y el visual, en cambio, ofrece más posibilidades.
Por regla general, los adultos utilizamos más el lenguaje verbal para comunicarnos. Sin embargo, los niños pequeños, cuya adquisición del vocabulario y del lenguaje está en pleno proceso de aprendizaje, utilizan el dibujo para expresar su mundo interior. Cada línea que hacen sobre el papel nos puede dar información sobre cómo representan sus vivencias y emociones. Más adelante, explicaremos la actividad “Los colores emocionan” para trabajar este aspecto con los niños.
Es más, según un estudio realizado por las investigadoras Jennifer Drake y Ellen Winner (2013), publicado en la revista Cognition & Emotion, el dibujo produce un efecto positivo en el estado de ánimo de los niños, siendo éste mayor cuando el dibujo no está ligado a la cuestión que les preocupa, es decir, cuando dibujan por entretenimiento y no para explicar lo que sienten.
Este hecho quizá se deba a la dificultad que implica esta tarea. Si nosotros mismos somos muchas veces incapaces de poner un nombre a lo que sentimos, ¿cómo van a hacerlo los niños? Nos han enseñado a leer, a escribir, a decidir, pero… ¿y a sentir?
Hay un libro de Anna Llenas que me fascina y que utiliza precisamente el arte como medio de expresión. Se llama El diario de las emociones y consta de una serie de ejercicios que nos ayudan a identificarlas y nos animan a dar rienda suelta a nuestra creatividad para expresarlas de una manera lúdica, práctica, divertida y creativa. No es necesario saber dibujar, simplemente debemos dejarnos llevar y utilizar aquello que tengamos más a mano para sacar todo lo que llevamos dentro. Ahora sí, veamos como llevar a cabo “Los colores emocionan“.
No se trata de dibujar lo que uno siente, sino de descubrirlo y canalizarlo a través del dibujo.
Los colores emocionan
Los colores emocionan es una actividad a realizar con los niños a partir de los 3-4 años, ya sea en el aula o en casa. Consiste en la realización de dibujos con los colores que representen lo que estamos sintiendo en ese momento.
Para introducir la actividad, os recomiendo ver este vídeo, un precioso cuento sobre las emociones y los colores en el que me he inspirado.
Siguiendo la línea de la historia, asignaremos a cada emoción un color o gama de colores, según cuál identifiquemos mejor con cada una. Es interesante que participemos todos e intentemos explicar el motivo por el cual hemos establecido esa relación: El rojo con el amor, porque los corazones son rojos; El azul con la tranquilidad, porque me recuerda al mar y es muy relajante, etc.
Cada vez hay más cuentos en el mercado con los que podemos trabajar esta temática. Aquí tienes unos cuantos.
Pincha en las imágenes para obtener más información acerca de ellos.
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Una vez hecho esto, escogeremos un rincón o habitación donde realizar la actividad, y guardaremos en ella folios y pinturas. Lo ideal sería que los colores estuvieran organizados en botes o en una caja con compartimentos, de manera que podamos poner a cada uno de ellos una etiqueta con el nombre o con el pictograma con la expresión facial de la emoción que representan.
Ahora, sólo nos queda dibujar. Podemos realizar la actividad en un momento concreto, ya sea después de una salida o experiencia que hayamos vivido, tras un conflicto… Cualquier excusa es buena para trabajar las emociones. También podemos presentarlo como un ejercicio a realizar a demanda. Cuando el niño lo vea necesario, acudirá a dicho lugar y realizará un dibujo. En cualquiera de los dos casos, existe la posibilidad de compartirlo, de manera que éste le sirva para explicar cómo ha vivido esa situación.
La única regla a la hora de dibujar es que no hay reglas, todo vale. No importa que no represente algo que conozcamos, recordemos que expresar lo que uno siente es complejo. El objetivo de es que el niño identifique la emoción, con la elección del color, y la canalice a través del dibujo, sea de la manera que sea.
Os animo a todos a ponerlo en práctica. ¡Feliz día!
Autora: Carolina Blázquez
Maestra de Educación Infantil (mención en música), especializada en Desarrollo Infantil y Atención Temprana. Persigue una educación individualizada, adaptada a las necesidades individuales de cada niño y basada en la necesidad y el gusto por aprender.
En su afán por hacer visible una manera diferente de ver, entender y hacer Educación, hace año y medio comenzó un nuevo proyecto: EducActívate. Se trata de un espacio que sirve de escaparate a una educación diferente, real y posible, donde destaca la importancia de la Educación Emocional, la Educación Artística y el juego.
Actualmente, trabaja como Educadora Infantil en el Centro de Atención Infantil Txiki-Garden, trabajo que compagina con su labor de entrenadora cognitiva en A Tu Lado.
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