Nunca antes había tratado en el blog el tema de TDAH, o Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. No soy psicopedagoga, ni psicóloga y, por tanto, no soy una experta en la materia, pero sí me preocupa como algunos profesores, que tampoco lo son, se empeñan en etiquetar con este síndrome conductual a niños que desde mi punto de vista no lo padecen.
Hace unas semanas, la mamá de uno de mis alumnos me vino, muy preocupada, a contarme como el rendimiento de su peque había caído en el cole. Un niño que siempre ha sido algo inquieto, al que le cuesta mantener la atención, pero que siempre había sacado buenas notas. En un principio, los profes le dijeron que había que trabajar más con él, que quizá había sido el cambio de curso, etc. Pero curiosamente, a las pocas semanas los profesores comienzan a decir que era posible que el peque tuviera un trastorno de atención, que habría que llevarle al neurólogo y posiblemente, medicarle. ¡¡¡¡¿¿¿¿Medicarle????!!!!! ¿¿Pero tú eres médico o profesor??
Parece que se nos olvida que cuando a un niño con TDAH se le “medica” le estamos drogando… Por supuesto que vamos a conseguir que esté tranquilo… ¡está drogado! Y algunos profesores que ni son psicólogos, ni médicos utilizan esta etiqueta a la ligera sin haber investigado sobre el entorno del peque o intentado trabajar sobre esa pérdida de atención.
No digo que este síndrome no exista, por supuesto que existen casos de niños con TDAH, pero también creo que muchos de los que se diagnostican, muchísimos… podrían tratarse de otras formas. Pero claro, estas son mucho más costosas… ¿Qué os parece más fácil? ¿Dar una pastillita a un niño? o ¿Investigar sobre qué le interesa, qué le motiva, para así intentar captar su atención? Por supuesto que la primera opción es mucho más sencilla cuando tenemos un aula con 30 alumnos, de los cuales más de la mitad no paran, no nos prestan atención y nos ignoran por completo durante toda la clase. Pero si no puedes con tu clase, ¡dilo! ¡Quejémonos! Si todos los profes tomamos el camino fácil, en lugar de reivindicar una educación mejor: con menos alumnos por aula para poder atender a la diversidad, con más horas para poder preparar las clases… Entonces nuestro sistema educativo seguirá empeorando y empeorando. Y nuestros alumnos cada vez estarán peor preparados, lo que nos llevará a una sociedad mediocre y que nunca saldrá adelante.
Volviendo al tema del TDAH, desde mi punto de vista, es un problema de atención que puede estar causado por diversos motivos, pero que en la mayoría de los casos no tenemos porque contraatacar con medicamentos.
1. Motivación.
Ya sabéis lo que opino sobre la importancia de la motivación para que los niños aprendan. Para mí es un pilar fundamental, sin el que no existe aprendizaje. Creo que en muchos de estos casos, estamos hablando de niños que están totalmente desmotivados ante lo que están aprendiendo. En algunos, incluso, hablamos de niños más inteligentes que el resto, que se aburren y deciden “enredar” para entretenerse en clase. El año pasado escribí este artículo sobre la motivación, que creo que nos puede dar algunas pistas para intentar captar la atención de los peques.
2. Factores sociales y familiares.
Considero que antes de llevar al peque al neurólogo y aventurarnos a medicarle. Debemos preocuparnos por conocer, en profundidad, la situación familiar del niño, y si en esta existe algún factor que haya podido desencadenar este cambio de actitud.
3. La alimentación.
Antes de escribir este post, he leído bastante como en algunos países están reduciendo el número de niños diagnosticados con TDAH gracias a un cambio en su alimentación. He dejado este punto para el final, porque, desde mi punto de vista, es el más importante cuando a este tipo de trastornos se refiere. En este artículo de 2012… ya se hablaba de cómo en Francia ha disminuido el número de niños diagnosticados con TDAH. Y es que estamos hablando de, ¡menos de un 5% de niños, respecto a más de un 9% en Estados Unidos! ¿No es sorprendente la diferencia?
Cuando a un psicólogo Francés le llega un posible caso de TDAH, este investiga en el contexto social y familiar del niño; mientras que, cuando un psicólogo Americano tiene un posible caso de Déficit de Atención, directamente lo achaca a un problema neurológico… y, por supuesto, lo trata con medicamentos. Además, los psicólogos franceses están viendo la posibilidad de que exista una relación directa entre lo que el niño come y su comportamiento.
Algo en lo que estoy bastante de acuerdo, y que estaría reforzado por una reciente investigación, es que la alimentación puede afectar muchísimo al comportamiento. Esta investigación está tratando de establecer una relación entre cómo las bacterias que se encuentran en el intestino, pueden afectar al cerebro.
Espero que, poco a poco, sigamos investigando y avanzando más en este tema, y así evitemos utilizar tratamientos, desde mi punto de vista, innecesarios…
¿Qué opinas tú sobre este tema? Me gustaría que compartieras tu opinión, ya sea en contra o a favor de lo que he planteado en este post.
Como siempre, gracias por estar ahí.
“Mientras vivas, sigue aprendiendo a vivir.”
Séneca
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