Por un lado ha sido raro volver a una ciudad en la que vivimos unos meses hace unos años. Una ciudad de la que ninguno de los dos guardamos buenos recuerdos, pero que nos ha hecho crecer como personas, y sobre todo como pareja.
Y por otro lado, raro porque fuimos los dos solos, sin Leoncito. Él se quedó con los abuelos y no nos echó nada de nada de menos... Yo en cambio sí, necesitaba fotos cada rato (bendito whatsapp jajaja) y no me pude ir sin comprarle un regalito.
A parte de estas rarezas, nos lo pasamos muy bien. Además hizo un día de verano total, debió de ser para compensar la época que estuvimos allí en la que creo que no salió nunca el sol. Comimos muchíiiisimo (mi estómago aún se resiente) y hablamos, reímos, paseamos, en definitiva nos lo pasamos genial ¡se hizo corto!
Después de esto el domingo ha sido de lo más normalito. Comida con la familia, paseo por el centro y a casa a descansar. Así que la foto no podría ser otra que las murallas de la ciudad, a la que después de esta visita, parece que le encontré algo que no supe ver de la otra vez...
Y tú ¿qué has hecho este fin de semana?