Comienza una nueva serie de post sobre viajes con niños y comenzamos contándoos nuestras vacaciones veraniegas. Para que el post no sea muy largo, he decidido que voy a dividirlo en los diferentes pueblecitos y ciudades que visitamos, para contaros lo que podéis ver si decidís viajar con niños. ¡Así que comenzamos con Baiona!
Baiona es una ciudad costera de Pontevedra que tiene un encanto natural. Debido a las circunstancias de nuestro viaje (decidimos viajar de noche para que los niños no sufrieran el viaje despiertos) llegamos a Baiona cuando estaba amaneciendo, siendo una experiencia muy chula para todos. Eso sí, necesitamos cambiarnos de ropa porque, aunque estuviéramos en agosto, Galicia no entiende de meses de verano y durante el amanecer hace fresquito.
Después de tomarnos un desayuno reponedor tras la noche viajando, fuimos a dar un paseo por la parte antigua de la cuidad, descubriendo calles y rincones con encanto. Con el paseo, nuestros pitufos se echaron una siestecita mochilera para recargar energía.
Continuamos paseando alrededor de la fortaleza, viendo las playas, el mar, los barcos, la gente haciendo deporte… y los niños se despertaron justo a tiempo para jugar, dar unos saltos desde la muralla y disfrutar del paisaje.
Y después nos fuimos a la una playita tranquila en la que poder poner nuestros cuerpos al sol y darnos un chapuzón. Fue el primer contacto de los niños con la arena de la playa y el mar, y disfrutaron tanto que seguro que repetimos. Si la experiencia con la playa es genial cuando tienes 11 meses, ¡qué os voy a decir si tienes 2 años largos!
Baiona nos gustó, nos gustó mucho porque tiene un encanto natural. Su paseo marítimo es bonito y está cuidado. Comimos nuestro picnic en él y disfrutamos de las vistas del mar chocando con las rocas. Nos impregnamos de su olor y seguro, seguro que repetimos.
¿Conocéis Baiona? ¿Cómo fue vuestra experiencia con niños?
¡Os leo en los comentarios!