Ida y vuelta. Día tras día. Más concretamente, seis de cada siete días de la semana. Es una de esas rutinas molestas y con un punto deprimente que borrarías del mapa, pero que forman parte de mi vida y, por tanto, se ha colado en el pic-cionario personal que vamos construyendo de la mano del Proyecto A-Z.
Este mes tocaba la letra I y no me queda más remedio que inmortalizar de algún modo el viaje de ida y vuelta que hago a diario de casa al trabajo y del trabajo a casa. No me molestan las rutinas ni me desagrada viajar en tren, pero el dichoso viajecito día tras día me resulta tedioso, anodino, incómodo...
A veces, me pongo los cascos y escucho a Sabina. Otras, van pasando por la pantalla de mi e-book las novelas de @BetaCoqueta. De fondo, el traqueteo del tren sobre las vías y el pitido del cierre de puertas. Alrededor, casi siempre las mismas caras. Esas a las que una ya no sabe si saludar o dejarlo estar. Somos desconocidos que pasan juntos una hora todos los días, sentados casi siempre en el mismo lugar.
¿Vosotros tenéis una rutina parecida? ¿Os gusta?
No dejéis de visitar al resto de participantes en el proyecto A-Z. Hay fotografías maravillosas