Aprovechando que la lluvia dio una tregua el fin de semana pasado, decidimos descubrir ciudades cercanas a Reading. Como el tema de las princesas y los caballeros está muy de moda entre mis niños, pensamos que ir a visitar el Castillo de Windsor sería muy buena idea. ¡Y tanto que lo fue!
Antes de todo os comento algunas cosillas:
El tren en Inglaterra es caro, mucho más que en España. Y además falla menudo (puede que se retrase el tren o puede que se pare en mitad del recorrido). Esto es lo que pasa cuando no está subvencionado por el Estado. Pero aún así es muy cómodo para llegar a Windsor, ya que la estación de trenes está en el centro de la cuidad.
Llevar sándwiches para la hora de comer. Aunque está lleno de restaurantes y cafeterías, la hora punta en Windsor es peor que Benidorm en agosto. Puede que la mayoría de los establecimientos te digan que tiene mesa para dentro de un par de horas. Así que cómete un sándwich y continua la visita. Luego de un ratillo puedes aprovechar el que no esté tan lleno y tomarte un trozo de tarta y algo caliente (sobre todo en invierno).
Ciudad señorial donde las haya, Windsor es una de las zonas más deseadas para vivir en Inglaterra (el que pueda permitírselo, claro). Con una antigua estación de trenes que la conecta con las principales cuidades de Inglaterra, lo que también la hace que sea el sitio elegido por muchos turistas, esta ciudad de cuento tiene una de las residencias oficiales de la Reina de Inglaterra: el conocido castillo de Windsor.
Para poder hacer la visita al interior tienes que comprar la entrada de 25 €/adulto y 15 €/niño (un detalle interesante es que si te sellan la entrada al salir puedes volver a entrar a lo largo del siguiente año de forma gratuita), pero vale muchísimo la pena.
Una vez dentro puedes ver la decoración del castillo, comedores, aposentos de los reyes, zonas de trabajo y lo más esperado por lo niños: la casa de muñecas más famosa del mundo.
La casa de muñecas del castillo de Windsor fue construida en 1924. Es un castillo en miniatura lleno de obras de arte ya que los muebles que lo decoran son réplicas de los muebles del castillo. Nada está puesto al azar: libros y cuadros fueron creados y donados en su momento por artistas renombrados de esa época.
Los detalles del la casa de muñecas hace que sea más majestuoso si cabe. Tiene electricidad, agua fría y caliente y 2 elevadores, el reloj del salón principal da la hora e incluso suena el gramófono de la sala de descanso.
La reina María debía estar fascinada con su casita de muñecas.
* Como no dejan hacer fotos en el interior, os dejo esta que he encontrado en pinterest *
Otro de los atractivos de la vista al castillo fue el cambio de guardia. Ya sabemos que en Inglaterra son muy vistosos los cambios de guardia de sus soldados. Nico y Rocío quedaron muy impresionados al verlo tan de cerca.
Dicen que cuando ondea la bandera en el castillo es porque la Reina está alojada en él. Curiosamente el domingo que fuimos vimos la bandera ondeando. Por eso, y por las elegantes señoras que entraban en el castillo sobre las 17:30 cuando nosotros ya estábamos saliendo, deducimos que la Reina estaba organizando una fiesta del té en su interior, je je.
Cosas que nos quedan pendientes en Windsor: pasar el día en Legoland. Ya os he dicho que Windsor es genial para ir con niños.
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