Raro es el colegio en el que no se escuche el tema de los niños hiperactivos o el famoso TDA “transtorno por déficit de atención”. A menudo se lo escuchas a las madres angustiadas esperando a la salida del cole porque alguna maestra le ha comentado que debería llevar a su hijo al neurólogo. Je, je, y a veces no vale cualquier neurólogo, tiene que ser el neurólogo que tiene convenio con el colegio.
¿Cómo es posible que de repente hayan tantos niños con estas características? No es un tema sólo de España, se ha puesto de moda por todo el mundo ¿Será el tipo de comida?¿la forma de jugar? Los niños no comen el mismo tipo de comida en todos los sitios, ni tampoco juegan igual (por ejemplo en Inglaterra los niños juegan fuera de casa ya caiga el diluvio universal y en Valencia caen 4 gotas en el parque y sale todo el mundo corriendo) y sin embargo debe de haber algo en común que hace que la mayoría de sus niños sean hiperactivos.
“La carne que crece no puede estar quieta” le decía mi abuelo a mi madre. Parece que antiguamente eran más conscientes de que los niños son niños y que por lo tanto actúan como tal. Juegan, corren, saltan, te los llevas al parque para que quemen energía y a la vuelta a casa siguen jugando, corriendo y saltando.
¿Por qué ha cambiado tanto nuestra mentalidad sobre los niños? Aceptamos que el bebé nos tire la comida jugando desde la trona, se meta todo lo que encuentra a la boca y que se despierte a mitad de la noche pidiendo un biberón; vamos, cosas de bebés. Pero nos cuesta mucho más aceptar que cuando tú quieres descansar un domingo por la tarde, tu hijo quiere ir al parque; o que le cueste tanto quedarse sentado en su pupitre 2 horas seguidas mientras el profesor explica la lección (a decir verdad ni yo soy capaz de estar dos horas seguidas sentadas escuchando una charla).
Una vez, tomando una café en Chile con mis amigas, una de ellas que es psicóloga nos comentaba que estaba haciendo un estudio sobre el adultecimiento de los niños (esta palabra como tal no existe en la R.A.E., pero todos entendemos lo que nos quiere decir). Hay una tendencia en estos últimos tiempos de querer que los niños se comporten como adultos cuando no lo son, comentaba mi amiga. Vamos de visita a casa de alguien y premiamos el comportamiento del niño que se ha sentado en la silla y ni se le ha escuchado mientras nosotros estamos una hora hablado de nuestras cosas, y a decir verdad esa no es la actitud normal de un niño.
Toda la razón. Los niños son niños y por lo tanto no deberíamos pretender que actuaran como adultos. Con esto no quiero decir que no tengamos que enseñarlos a ser educados, a respetar y a tener paciencia. Lo que digo es que creo que les pedimos requisitos que no son propios de su edad.
Cuando Rocío tenía 5 años, en una tutoría con la profesora en uno de sus colegios en Chile, ésta me comentó muy seria: Rocío es muy inquieta, dispersa y desordenada; y añadió, le cuesta mucho concentrarse, normalmente eso es algo que se hereda de los padres. Imaginaros mi cara cuando escuché esto, no solo estaba encasillando a mi hija sino que además de rebote a Pablo y a mi nos tocó nuestra parte ¿Cómo pudo hacer ese comentario tan desafortunado? Tiene razón, le dije, Rocío se parece mucho a mí, es muy soñadora e imaginativa, si continua así será una gran creativa (como su madre) .
¿Qué esperan de niños de 5 años? ¿Qué estén calladitos con los brazos cruzados toda la mañana? Si queremos que se comporten así en la clase de mis hijos solo salvan a dos niños, los demás hiperactivos perdidos.
Particularmente pienso que es muy peligroso que el colegio tenga este tipo de pensamiento, ya que no saben darle la vuelta y ver las cosas positivas del niño y sacarles partido. A buenas, el colegio habrá encasillado a tu hijo, a malas es posible que te propongan medicar a tu hijo para que esté más calladito y concentrado y de paso no “incordie” a la profesora. Pues que se medique la profesora, que se tome algo por la noche para que descanse bien y al día siguiente se encuentre con la energía suficiente para enseñar a niños en crecimiento llenos de ganas de aprender activamente.
En algunos colegios de Inglaterra a los niños que les cuesta más concentrarse en clase se les hace llegar un poco antes y les organizan una actividades físicas. Parece que aquí hay un estudio que dice que los niños si hacen este tipo de actividades se concentran más en clase cuando está la profesora enseñando. En Canadá hay una escuela que ha instalado bici-pupitres para los niños hiperactivos que necesitan estar en constante movimiento, estén pedaleando! (os dejo aquí la noticia).
Aunque yo soy más partidaria de pensar que el TDA y todos estos niños hiperactivos no existen (como dice el mismo inventor del trastorno), existen padres frustrados que quieren hijos perfectos y profesores cansados y desmotivados que quieren niños que nos les compliquen la faena.
Los niños son activos, traviesos, dispersos, soñadores, gamberros, gritones, escandalosos, e incluso a veces pesados. Son niños y punto.