A menudo el recreo puede provocar ansiedad a los niños con discapacitados. El ¿porque? pues porque normalmente no participan en los juegos de recreo. Bien por su condición o bien por el rechazo de los demás niños en el juego. Se podría decir que el tiempo del patio de los niños en el colegio es el momento donde segregan más y es el menos inclusivo.
Dicho esto os preguntareis porque os cuento esto. Pues lo hago porque parte de que esto suceda erradica en el personal que trabaja en los colegios. Sobre todo en el profesorado de educación especial. Puedo deciros desde mi experiencia que en muchas ocasiones mi intención con los niños en la hora del patio ha sido que tengan tiempo de ocio.
Que se diviertan que sean uno más. Pues bien, me he encontrado en bastantes ocasiones con la negativa de la profesora de que los niños vayan a jugar con el resto. O de andar pidiendo permiso para que los niños se comporten como tal.
Este gesto hace que los niños se den cuenta de las cosas y terminen por no querer jugar. O simplemente quedarse mirando desde su silla o rinconcito. Algo que a mi personalmente me ha partido el alma. Sin embargo también tengo que decir, que he tenido la maravillosa oportunidad de trabajar con una profesora genial. Una seño muy guay que le gustaba la idea de hacer jugar a los niños y me ha dado oportunidades con los niños.
Con todo esto, quiero haceros ver que este también es un trabajo de un integrador social. También es competencia del TIS hacer sentir al niño uno más en el momento menos inclusivo del colegio. El recreo. A nosotros nos pagan por trabajar durante toda la mañana, no para que el momento del patio de los niños lo tomemos como vigilancia nada más. Deberíamos de ser más empáticos y ponernos en el lugar de los niños que tantas ganas tiene de vivir. Y jugar con ellos y si os limita alguna profesora como a mi. No seáis tontos/tontas como lo fui yo. Hablad con quien haga falta. Y que no os anulen como lo hicieron conmigo