Cuando tenemos un bebé, muchas cosas cambian de golpe en nuestra vida, quizás demasiadas para tan poco tiempo, pero debemos estar alerta y prepararnos para que nada nos pille por sorpresa. Pues la llegada de un bebé recién nacido es la llegada de una vida más a casa, con todo lo que eso significa. Lloros, cambios de pañales, enfermedades, darle de comer? diferentes aspectos a los que no estamos acostumbrados, pero que por nuestro bien, más vale acostumbrarnos lo antes posible.
En este artículo nos vamos a centrar en la alimentación del bebé y en todo lo que le rodea. Lo primero que debemos tener en cuenta es que un recién nacido no puede comer lo mismo que nosotros. Parece mentira, pero hay mucha gente que no lo sabe.
Para empezar, hasta aproximadamente los seis meses de edad, tu bebé no podrá tomar nada que no sea leche materna. Fíjate en esto, porque únicamente puede tomar leche materna o leche de fórmula, ni si quiera leche de vaca de la que compramos en el supermercado. Su sistema digestivo todavía no está preparado y necesita los nutrientes necesarios que aportan este tipo de leches. Así que, aunque creas que tu bebé ya está listo para comenzar a comer otras cosas, no te apresures.
Pero no te preocupes, porque esto no será para siempre. En cuanto cumplan los seis meses de edad, ese será el momento en el que podremos comenzar a dar papillas, purés, potitos? Es muy importante que vayamos poco a poco y que incorporemos estos alimentos de menos a más, ya que tiene que acostumbrarse a ellos, y de lo contrario podría atragantarse. Para eso, los primeros alimentos deben estar convertidos en puré, que estén bien triturados o que sean pequeños alimentos que puedan coger con sus propios dedos.
Pero que pueda comenzar a tomar alimentos sólidos no significa que ya no debamos darle leche materna, que será imprescindible hasta que tu bebé cumpla un año o incluso un poquito más. La leche materna aporta una serie de vitaminas y proteínas que son muy beneficiosas para los más pequeños además de muy sencillas de tomar.
Pero, ¿y qué ocurre si nos vamos de viaje o simplemente no estamos en casa? En esas situaciones puede ser que sea algo complicado prepararles el biberón o darles de mamar, pero los especialistas ya se han puesto las pilas y tenemos en el mercado una gran variedad de artículos diseñados especialmente para estas situaciones. Este es el caso del calienta biberones portátil, el artículo preferido por los papás y mamás cuando van de viaje.
Es una verdadera solución para cuando te encuentras en el coche, en un restaurante o montada en el autobús y da la casualidad de que es la hora de la comida de tu bebé. Una situación que se puede convertir en un infierno, pero que si estamos preparados, puede ser un mero trámite de cinco minutos. Pues con los biberones portátiles, únicamente tendrás que preparar el biberón en casa, como siempre lo haces. Una vez lo tengas listo, simplemente tienes que llevarlo contigo. Cuanto el bebé esté hambriento y no aguante más sin comer, únicamente habrá que calentar el biberón en su calienta biberones y disfrutar del momento; en tan sólo unos segundos tendrás el biberón como recién hecho y a la temperatura ideal.
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