Hace ya tiempo que me di cuenta de que uno de los grandes "problemas" en mi casa con los niños eran los límites.
Bajo mi forma de verlo no establecer límites a los niños no significa que vaya a servir para que no haya conflictos. Que eduquemos a nuestros peques dentro de unos límites no implica que tengamos que ser autoritarios con ellos, pero sí es necesario hacerlo, es más, que conozcan los límites les da seguridad. Imagina una carretera sin límite de velocidad o señales de tráfico. No sé tú pero yo muy segura no me sentiría. Con los niños también pasa lo mismo. Necesitan unas "normas", o más bien prefiero llamarlo una guía por donde poderse mover y donde sepan lo que puede estar mal. Que les enseñe a diferenciar lo que significa la convivencia con los demás y el respeto mutuo entre otras muchas cosas que nosotros como padres queremos transmitirles.
Peeeeeeero, y es aquí cuando yo tengo que entonar el mea culpa, a veces nos pasamos con esos límites. Cierto es que es una barrera difícil de no traspasar, pero es algo importante que debemos valorar.
Digo que entono el mea culpa porque a veces me doy cuenta cuando acaba el día que me he pasado la tarde diciendo esto no que te caes, eso no que lo rompes, no déjalo que eso es de mayores, no corras tanto, no, no, no y no. El otro día hablando con mi amiga Nuria, educadora en disciplina positiva, hablábamos precisamente de las veces que les decimos que no.
Si me pongo en el lugar de mis hijos y pienso que si a cada paso que voy a dar me dicen que no, seguramente se me pondría bastante mal humor y mi comportamiento hacia quien me lo niega todo y hacia todo mi entorno en general seguro que es poco amable. Pues eso mismo les pasa a nuestros peques.
Muchas veces por protegerlos (o sobreprotegerlos) para que no se hagan daño, otras veces por comodidad nuestra y otras porque nos sale del alma ya que nuestro día está torcido, lo hacemos. Pero no te preocupes, si a ti te pasa estás a tiempo. Una vez detectado nuestro "error" es mucho más fácil cambiarlo.
Uno de los límites que más me cuesta que entiendan en casa es el hecho de que no salgan corriendo por la calle como si no hubiera un mañana, da igual que esté la carretera ahí en medio y los coches pasando, que ellos tienen muy claro lo que quieren hacer y no les importan esos coches. Ha tenido que pasar tiempo para que me diera cuenta de lo que pasaba. A mí eso de que salieran corriendo me ponía muy nerviosa y ese nerviosismo se lo transmitía a ellos. Me pasaba todo el rato diciendo las frases de no te sueltes, ven aquí, no corras, ten cuidado, y todas las de ese tipo que se te ocurran hasta que un día dije: ¿y si lo hago al contrario?. Eso fue lo que hice. Dejé de repetirles lo mismo y les di libertad. Cuando llegaba a un sitio con el coche a la hora de bajar normalmente era tener a uno de ellos agarrado de la mano mientras soltaba al otro de la silla con la mano libre que me quedaba para que el que ya estaba fuera no saliera disparado como un cohete (¿te suena la escena?). Lo que hice a partir de ese momento cuando aparcaba fue decirles con toda tranquilidad que estaba la carretera al lado y que iban a salir del coche ellos solos teniendo mucho cuidado porque podían venir coches. Se lo decía y les pedía por favor que me contestaran y explicasen como lo íbamos a hacer al bajar del coche. Decírselo así, implicándoles sin hacerlo como si fuera una orden sin más, funcionaba. Para mi sorpresa no tuve que salir corriendo detrás de ninguno de ellos. Es verdad que la primera vez que lo hice fue en un sitio donde no pasaban coches y no había gran peligro. Pero a partir de ahí todo fue ir practicando en distinta situaciones y a raíz de darles más libertad ellos solos han aprendido esos límites que yo me empeñaba en ponerles con el no hagas esto y no hagas lo otro.
"Por lo tanto los límites son muy necesarios, pero pasarnos el día negando sin más lo hace mucho más complicado".
"Será mucho más fácil que no se pase del límite que nosotros marcamos si les hacemos a ellos partícipes a la hora de decidir cual es el límite".
"Por otra parte, el sentirse libres les relaja. Libres dentro de esos límites que nosotros queremos marcar. Pero es bueno que nos preguntemos si no ponemos demasiados límites".
Hay cosas naturales que los niños hacen y están relacionadas con su edad, pretender cambiarlos no es bueno para ellos ni para nosotros. Por ejemplo las rabietas, aquí te cuento como lo gestioné el otro día. A veces entender que es un comportamiento normal para su edad nos relaja como padres y nos damos cuenta que nos hemos pasado con los límites. No pasa nada si bajamos un poquito el listón porque han sacado todos los juguetes de la casa y después son 3 horas las que se tiran recogiendo. Seguro que el próximo día se lo piensa antes de sacarlo todo. Para poner un límite de forma firme pero amable puedes preguntarle, si sabe que le va a costar mucho más recoger todos los juguetes y que si lo hace tendrá que dejar antes de jugar porque tardará más tiempo. Haciéndole esa pregunta le estás implicando y haciendo partícipe en ese límite y será él quien decida. Probablemente decida que sí, claro, está loco por jugar, pero seguramente que el próximo día cuando la situación se repita no saque todos esos juguetes y saque bastantes menos. Eso sí, sé firme, no recojas luego por él.
¿Qué puedes hacer si crees que pones demasiados límites para solucionarlo?. Localiza esos momentos en los que te repites con el "no" y sustitúyelos por frases positivas con opciones. Es verdad que en el momento no te van a salir pero si las tienes localizadas con la práctica irás mejorando. Lo que evitará que tus peques acaben el día enfadados por tanta negación.
Te pongo unos ejemplos:
No puedes jugar con la consola que es muy tarde. Lo sustituyes por "si juegas ahora con la consola se nos hace tarde para la cena, mejor lo dejamos para otro día más temprano y así llegamos a tiempo para leer antes de dormir". (Has eliminado el no y le estás dando opciones)
No te subas a ese muro que te caes. Lo sustituyo por ¿has visto que muro tan alto?, ¿Crees que si te caes te harías daño?. Aquí puedes darle la opción también de ir a un lugar donde no haya peligro, si es que puedes cumplirlo.
No te comas todas esas chuches. Esta es la típica que me sale mucho cuando salen de un cumple con la bolsita de las chuches. La podemos sustituir por "qué motón de chuches te han dado, ¿cómo las vas a repartir para tener chuches todos los días y que no te duela luego la tripa?. Decirlo así no falla. Eso de que van a tener chuches para varios días?. (Bueno quizás mamá se come alguna para que no haya para tantos días jeje)
Hay muchos ejemplos que seguro que se te ocurren a ti también y que te pasan a menudo.
No te puedes imaginar lo que cambia quitar el "no" de una frase.
¿Y tu eres de los que pones muchos límites o quizás te quedes corto?
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