Desde que mi niña nació la he criado con respeto, apego y amor infinito. He colechado con ella hasta hace muy poco, la he llevado en brazos todo lo que quiso, he atendido todas sus necesidades a tiempo, caminó pasado el año, dejó el pañal de día y de noche cuando estuvo lista y me he esforzado por brindarle mi apoyo y cuidado en cada cosa que hacía y cada logro que alcanzaba. Ok, sí, soy una mamá gallina.
Es que no me entra en la cabeza eso de forzar a los niños a que pasen hacia etapas para las cuales aún no han madurado. Por ejemplo, me parece una forma de violencia bastante común y normalizada socialmente cuando se cree que estás criando a un niño independiente cuando lo dejas llorar solo en su cuna, para que aprenda a dormir solo.
Este año mi Cata empezó a ir a su colegio de niños grandes y si bien es cierto, el cambio no nos afectó en nada los primeros meses y es más, se adaptó súper bien a la nueva rutina y todo. Pero hay un evento que nos invita a cortar el cordón umbilical de manera definitiva: el CAMPAMENTO anual que organiza su cole en el que participan de manera obligatoria desde los niños de 4 años. Así es, Eco-Lover, dentro de poco mi Cata, se va con todo su salón a acampar de un día para otro, fuera de Lima y lejos de las alas de mamá.
Te soy sincera, desde que me enteré de esta actividad, tuve un poco de angustia, sin embargo, luego de conocer los objetivos de esta experiencia, me he quedado mucho más tranquila ya que lo que el colegio busca es que los chicos sean autónomos e independientes, con un autoestima alto, que desde pequeñitos practiquen los buenos hábitos de convivencia y que se relacionen con la naturaleza. Como ves, son demasiadas razones de peso como para seguir viendo a esta actividad con ojos de madre maniática asustada y me he dado cuenta más bien, que lo mejor que puedo hacer por mi niña, es brindarle todas las herramientas necesarias para que ella pueda valerse por sí misma, en el campamento y en la vida.
Es que muchos padres confundimos el cuidar, con sobreprotección. Hacemos las cosas por nuestros hijos, ya sea para que ellos no se esfuercen o porque pensamos que lo hacemos más rápido. ¡Gran error! Esto sólo corta las alas de la independencia de los niños, los sobreprotege y luego serán seres cómodos que no harán nada por sí mismos y crecerán con baja autoestima ya que no se sentirán capaces de hacer las cosas.
Si quieres seguir criando con amor y respeto, pero quieres que tu niño sea independiente, te sugiero:
Armarte de paciencia y calcula el tiempo. Todo lo que hacías con tu niño, ahora tomará mucho más tiempo que antes, toma las previsiones del caso. Ahora con mi Cata me levanto 15 minutos antes más en la mañana para que pueda ella sola vestirse.
Enséñale y guíalo. Siempre debes estar a su lado, acompañándolo cuando tenga que aprender a hacer algo. Puedes dividir las acciones en pasos pequeños hasta que sepa bien cómo hacerlo.
Que ayude en casa. A todos los niños les encanta ayudar en casa. Motiva a tu peque para que se sienta útil dándole algunas responsabilidades, como por ejemplo, poner/levantar la mesa, doblar su pijama, alimentar a su mascota, etc.
Que tome decisiones. Que tu niño sepa que puede el poder de decidir algunas cosas, como por ejemplo, la ropa y zapatos que usará. De esta manera entenderá las consecuencias de sus actos.
Nunca lo compares. Que Periquita ya se baña sola o que Pedrito ya se sabe atar las zapatillas solo, son frases que nunca debemos mencionar ya que en lugar de motivarlo, le bajamos el autoestima. Hay que respetar su individualidad.
Que cada vez haga más y más cosas solo. Poco a poco y sin presión vas retirando tu ayuda. Si ya come solo, que aprenda a cortar su carne, si ya se lava las manitos solo, que se lave la cara y los dientes solito.
Usa frases en positivo, guiándolo hacia el objetivo que queremos conseguir. Por ejemplo: ¿Y si lo haces de esta manera….? Mira con atención lo que has hecho, ¿qué puedes hacer para mejorarlo?
Y nunca olvides apapachar mucho a tu hijo, que reciba toneladas de afecto, que sepa que siempre va a tener el apoyo de sus padres de manera incondicional.
¡A seguir trabajando por una maternidad sostenible!
Virginia