Bueno, hacía mucho que os debía este post, os pido disculpas por adelantado; pero quería escribirlo después de haber pasado la etapa de pañal y poder escribirlo con perspectiva. Además, pienso que está bien subirlo “fuera de temporada”, ya sabéis, cuando no es verano ni mi hija tiene dos años y medio (modo ironía on)
Como en todas mis experiencias sobre la maternidad, esta es una más, mi experiencia. Os cuento cómo lo hemos hecho y los motivos. Espero que os sirvan
Si os acordáis, por allá Julio del año pasado os colgué una foto de Valentina en pañales (que removió mucho) y que dio para hablar tanto sobre la no operación pañal que me prometí escribir un día sobre ello. Además, lo más curioso del tema es que cuando publicaba esa foto, el amore y yo comentábamos “lo verde” que estaba Valentina y el poco interés que mostraba en usar el váter y deshacerse del pañal.
Pues bien, fue colgar la foto y ese mismo finde el amore se fue de despedida de soltero 3 días. No había salido por la puerta que Valentina me dijo: “mama, no quiero el pañal”. No me alarmó porque por aquel entonces a menudo nos lo pedía en casa. Supongo que para no tener tanto calor, o estar más cómoda desnuda. Y a menudo, me tocaba recoger los escapes que iba dejando. Cuando al cabo de un rato le dije de ir a merendar y le acerqué el pañal, me repitió que no, que ya no quería el pañal. Yo le dije que nos íbamos a ir fuera, a la calle, que allí no habría lavabo hasta llegar a la cafetería. Y ella que sí, que sí; que estaba convencida y que si tenía pipí me lo iba a pedir.
Y así fue, desde ese mismo día no quiso pañal nunca más. Ni para dormir la siesta. Se negaba en rotundo. Si hubiera querido ponerle el pañal, hubiera sido a la fuerza, cosa que evidentemente no pensábamos hacer. Y así fue como Valentina dejó el pañal, cuando ella se sintió preparada para hacerlo.
Y ahora me diréis: ¿entonces, no hay que hacer nada? ¿Qué se lo saque cuando quiera? ¡Estos padres de ahora que no hacemos nada y que los niños lo tienen que decidir todo!
No. No va por aquí la cosa. Antes de que Valentina decidiera que ya no quería pañal, nosotros le íbamos preguntando, íbamos hablando sobre el tema. “Creo que te has hecho pipí, ¿quieres que lo miremos? Hace mucho rato que no haces pipí, te apetece que lo hagamos en el orinal? Uy, huelo y creo que te has hecho pipí/caca, ¿lo miramos? Un día tu también harás el pipí en el vater”
De una manera muy natural, íbamos “entrando en materia”, haciendo evidencia a sus procesos naturales y observando cuál era su respuesta. Observando cómo respondía cuando le preguntábamos, si mostraba interés, si le molestaba cuando tenía el pañal lleno… También es cierto que el hecho de ser verano y de que estuviera más tiempo desnuda hacía que se diera cuenta que hacía pipí y que por lo tanto, empezara a mostrar interés.
Pero tenemos que tener presente que el control de los esfínteres es madurativo y que si el niño no está preparado, no podrá controlarlo. Del mismo modo que no andan, hasta el día que andan; no controlan el pipí hasta que lo marca su calendario madurativo.
“Pero es que es más cómodo en verano” Mmmm… pues sí y no. Primero de todo porque no estamos respetando su madurez, si no que nos estamos adaptando a la climatología y a que en pocos meses empezarán la escuela “y toca” dejar el pañal. Pero también os tengo que decir, según nuestra experiencia que las no rutinas de las vacaciones, no nos ayudaron nada de nada. Además las situaciones de “ahora estamos en la playa, bueno, va, no pasa nada si haces el pipí en la arena… pero ¡no, no! ahora ¡no hagas el pipí en la piscina! Fue un gran lío. De hecho recuerdo que en agosto cuando nos fuimos de vacaciones, después de estar 3 semanas controlando perfectamente todos y cada uno de los pipís, nos fuimos al apartamento de la playa y se pasó 3 días enteros sin hacer NI UNO EN SU SITIO. Fue tal el descontrol que hablamos con ella y aceptó ponerse de nuevo el pañal. Al llegar a casa y volver con la rutina, volvió a ubicarse y el primer día ya nos dijo que no le hacía falta. Así que aunque por la ropa sea una comodidad “cambiar los posibles escapes”, la no rutina puede jugar malas pasadas. Este punto es importante, ya que no pasa nada por echar marcha atrás. No pasa nada si probamos, vemos que no, y volvemos a lo de antes. No pasa nada si hay situaciones que lo requieren como un viaje largo, se ponen enfermos o lo que sea. Por ello es importante que no usemos la frase de “ahora eres mayor y por eso no llevas pañal”, más que nada por si la cosa no va bien y luego los tenemos que encoger. (modo ironía on de nuevo).
¿Y qué podemos hacer para ayudarles en este proceso? Pues tal y como os he comentado unas líneas más arriba, ir poniendo palabras a todo aquello que va sucediendo y haciéndoles siempre propuestas respetando su opinión. Podemos ir a comprar juntos un orinal, un adaptador, un alzador. Elementos que se hagan suyos y que se vayan familiarizando y jugando. De hecho, aprovecho para comentaros que la fisio nos dijo que por la postura que adoptan lo ideal es que lo niños hagan la caca siempre en el orinal ya que es mucho más fácil y no tienen que forzar y apretar como en el váter.
Tener muchísima paciencia, muchísima. Hay veces que se hace pesado y podemos perder los nervios. Así que vale la pena recordar que no lo hacen adrede, que es madurativo y que tenemos una oportunidad más para acompañarles con respeto y amor en una etapa muy importante para ellos. También a modo de TIP, os puedo compartir algo que a nosotros nos fue muuuuy bien (y es que el tema de la caca nos costó muchísimo más), nos hicimos el KIT que llevábamos a todas partes con: 3 mudas completas, toallitas húmedas y un rollo de bolsas para caca de perro para guardar las prendas sucias. Y por último, si os sentís desbordados, que no controláis la situación, que no sabéis cómo hacerlo: pedid ayuda. Nosotros antes de que naciera Julieta estábamos “cagados” (nunca mejor dicho) y nos fue genial hacer una mini sesión con Miriam Tirado para que nos ayudara con algunas cosas que no acabábamos de controlar. No tengáis miedo de pedir ayuda, de verdad.
Y ya que estoy metida de lleno, aprovecho y os enseño el kit completo que tienen en Abitare Kids (adaptador para el váter, orinal y alzador), en tres colores distintos, a unos precios buenísimos y que os recomiendo tener en casa cuando empecéis a notar que la etapa se acerca. Será una buena manera, sin forzar ni presionar, de empezar a visibilizar lo que está por llegar.
¿Cómo fue vuestra “operación pañal”? ¿Lo recordáis como algo fácil, bonito o complicado?
Post patrocinado por Abitare Kids