Hoy quiero contaros lo que estamos sufriendo en casa, sí, sufriendo y con todas las letras. Tenemos una mico de 2 años, que aún no controla esfínteres que ha decidido por motu propio, que es hora de comenzar la Operación Pañal sin consultárselo a sus padres.
Ella decide cuando quiere quitarse el pañal sin comunicárnoslo antes, todo un amor de niña, se va al aseo, se quita el pañal y se vuelve a poner sus pantalones. ¿Cuándo nos damos cuenta? cuando encontramos regalos por la casa.
Al final del curso anterior, habían niños en su aula que estaban en proceso de la operación pañal, y Babymonster que es muy larga, se quedó con la historia: a esos niños se les quita el pañal y van a orinal a hacer pipí, pues yo, que soy más chula que un ocho, lo voy a hacer también y que mis padres se apañen como puedan.
En verano era "relativamente" fácil, solo llevaba el pañal en casa, por lo que en cuanto se lo quitaba, la teníamos muy vigilada, no hizo ni un pipí en el orinal, eso sí, se dedicó a ir marcando territorio cual perrillo por toda la casa. Hasta que alguien no se resbalaba o se sentaba en algo húmedo, no nos enterábamos (lo que dejó en entredicho que somos unos pésimos vigilantes).
Al llegar un poco las temperaturas más cálidas y al verse obligada a llevar pantalones, se relajó un poco, hasta que claro, ha vuelto a ver a sus compis (algunos mayores que ella) que están con la dichosa Operación Pañal.
Pero ¿qué sucedió ayer? pues lo que tenía que pasar tarde o temprano...
La niña ni corta ni perezosa, se fue a su aseo, se quitó su pañal y se subió sus vaqueros; su madre que andaba a la histeria con su hermana mayor que se negaba a cenar, no se percató de ello, hasta que tocó el momento de la puesta de pijama.
La pobre madre, desquiciada y agotada, tenía a la hija mayor llorando en la cocina negándose a comer, mientras estaba en el salón poniendo el pijama a la pequeña. Imaginaros la cara de esa exhausta madre, cuando saca el pantalón vaquero de las piernacas de su pequeña y empiezan a caer al sofá (benditas fundas!) y al suelo bolas de caca.
Era la gota que colmaba el vaso... o eso creía...
En un intento de "controlar" la situación, esta pobre madre, solo la empeoró: la niña tenía caca extendida por las piernas (de la que no se percató), se estaba tocando el culo mientras se reía cual "inocente", manos llenas de ... en fin. La puso en el suelo y se dio cuenta que su pestosa pequeña iba dejando huellas fétidas allá por donde iba.
Ahí no había suficientes toallitas para tal desaguisado, mientras la hija mayor seguía berreando porque no se quería comer la cena, la madre se quedaba petrificada pensando: ¿Cómo coño limpio tanta mierda? Sumándole a que el salón tiene la bombilla de la lámpara del techo rota, que solo estaba alumbrado por una lámpara con bombilla de baja potencia (que mi salón parece de enamorados con tanta luz tenue), la pobre madre se tuvo que tirar al suelo en busca de más regalos que hubiesen salido rodando de esos pantalones del demonio.
En tal situación, solo hay una cosa que salve a toda madre: la ducha, así que aún teniendo la pícara Babymonster, el último bocado de la cena en la boca, su madre la cogió en volandas y bajó a la pequeña a la ducha (no sin antes mancharse, obvio).
Con que cara subí a la cocina, que cuando me miró Minimonster, se comió la cena en dos bocados y dijo que se iba a dormir ya, que estaba cansada.
En resumen y para terminar...
Me gusta que Babymonster esté predispuesta a comenzar la operación pañal, me gusta esa iniciativa que tiene de comenzar algo tan engorroso sin comunicárselo previamente a sus padres, me alegraría de poder empezar a ahorrar unos eurillos de la compra tachando de una vez por todas los pañales de la lista; pero, hay que ser realistas, la niña solo dice "caca" cuando se ha cagao en lo alto, y el pipí ni se cosca. Nos hemos tirado todo el verano sentándonos en el aseo con ella (su padre, su hermana o yo, al borde de las almorranas de tanto esperar), para ver si la jodía echaba tres gotas de meao en el orinal de 50???, y la niña solo gastaba papel higiénico en un ataque de perrillo de Scotex.
Esta niña no está preparada para comenzar la operación pañal y menos sin el consentimiento de sus padres y hermana, así que no me queda otra que sentarme esta tarde con ella y hacerle firmar un contrato (mis dos abogados, elPadredelasFieras y Minimonster, estarán presentes y están de acuerdo) en el que deje constancia que ya no se va a quitar más el pañal, que no se va a cagar más por el salón y aún menos ir meando cual cachorro por las esquinas.
Que a su madre, por mucho que sea su madre, le da un asco tremendo ir limpiando mierdas por los suelos, que yo la quiero mucho, pero es mierda!
He dicho.