El primero fue con los niñ@s. Decidí poner las palabras que no les salen a lo que sienten, espacio y mirada en un mundo demasiado adultizado.
Ell@s que son la sociedad del mañana.
Ell@s que transitan una etapa tan vulnerable de construcción de su identidad y mundo interno.
Ell@s que merecen vivir una infancia RESPETADA de verdad de acciones y no solo de palabra.
Una infancia despreocupada, confiada, alegre y auténtica.
Me viene a la mente esa frase de: Es más fácil criar niños felices Que reparar adultos rotos.
¿Y porque parece costar tanto? ¿Quizá porque l@s que criamos somos adultos rotos? Rotos no creo, estropeados o dañados en mayor o menor medida sí.
Y esto me lleva al segundo compromiso que adquirí al convertirme en madre y descubrir lo tremendamente complicado que resulta convivir con las heridas de la infancia mientras criamos en dedicación de cuerpo y alma a nuestros hij@s.
Las madres. Ellas que tienen un papel taaaaaan enormemente importante y vital como es criar a sus hij@, esos que mañana gobernaran, operaran, enseñaran, nos defenderán…
Las madres que se enfrentan con sus heridas aún latentes a la mayor tarea de sus vidas, criar seres humanos.
Y entonces me encuentro en consulta a madres y familias, tooodas ellas valientes. Que piensan que son débiles por pedir ayuda y ¡al contrario! Cuánta fuerza veo yo.
No hace terapia quién tiene problemas. Problemas tenemos todos. Hace terapia quien quiere resolverlos”
Decidir mirar hacia dentro y ver que no estamos donde queremos estar, que no sabemos hacerlo de otra manera, que necesitamos ayuda y somos capaces de pedirla y ¡todavia mas! Somos capaces de seguir adelante, mejorando día a día.
Decidimos levantarnos y caminar en vez de lamentarnos. Perdonadme pero a mi parecer es un acto de valentía de los grandes.
Aceptar que no tuvimos la infancia que necesitábamos, que no queremos repetir patrones con nuestr@s hij@s. Pero que a veces se nos escapan y queremos cambiar eso. Es un acto de valentía, consciencia y responsabilidad.
Y es por eso, que acompaño a estas personas tan valientes y fuertes aunque ellas no lo sepan que lo son. Con total admiración y respeto. Sus avances son mis avances, sus éxitos me llenan de alegría y gratitud.
Ellas me escogen y yo las escojo a ellas. Juntas recorremos un trocito de nuestro camino y aprendemos unas de las otras.
Si tu también quieres dejar de cuestionarte, juzgarte y sentirte culpable como madre y mujer, sentir que no llegas a todo, agobiada y sin saber cómo cambiar tu situación. Quieres librarte de una vez por todas de las piedras emocionales que cargas en tu mochila desde hace años y así poder avanzar de manera tranquila y relajada contigo misma. Te invito a que te unas a todas las mamás que ya trabajan conmigo por su propio bienestar, en mi servicio online y presencial, para la Mamá y Mujer.
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