Escribo esta entrada como reflexión propia, pero la comparto porque creo que es importante que tod@s hagamos esta reflexión...
"esos pasos que damos son los que seguirán"
EL VALOR DEL EJEMPLO
Nos pasamos la vida diciéndole a nuestros hijos lo que pueden y no pueden hacer, lo que deben y no deben hacer, porque es nuestra obligación y nuestro deber educarles, pero ¿es suficiente con esto? La verdad es que el tener mi segundo hijo, con tanta diferencia de años, y con tanta información como hay hoy en día, me ha hecho reflexionar mucho sobre cómo pedía (e incluso pido a veces las cosas), y en si soy coherente entre lo que digo y lo que hago, y no siempre es así, y ahí creo que es donde tengo más que aprender y cambiar, y pongo todo mi esfuerzo diario, hasta el punto de ver necesario transmitirlo.
Ya en una entrada antigua hablaba de la crianza respetuosa, y como el respeto hacia los demás era muy importante si lo que queríamos enseñar era respeto a nuestr@s hij@s. Pero hoy voy un poco más allá...He observado en mí misma cómo he pedido a mi hija mayor que no grite gritando, o que me hable bién hablándole mal. Es muy difícil hacer autocrítica, y encontrar otra manera de hacerlo, sobretodo cuando la persona a la que te diriges es una adolescente (cuando era pequeña era todo mucho más fácil, os lo aseguro, pero no puedo decir que nunca le había gritado porque mentiría). La cosa es que sé que no es la manera porque no le estoy dando buen ejemplo. Por otro lado, veo como ella respeta su entorno, la naturaleza, el mobiliario urbano, y no tira papeles al suelo, y esas pequeñas cosas con las que le hemos dado ejemplo desde siempre, además de ser muy educada con la gente de la calle (no todo van a ser cosas malas).
Con el peque, juego con la ventaja de haber hecho ya esta reflexión, y llevo desde que nació prácticamente intentando aplicarlo. No es fácil, y ahora que ya tiene 3 años a veces se hace cuesta arriba hablarle bién cuando él dice que no a todo y se pone a gritar, o enrabietado. Pero intento respirar hondo, y recordar que soy adulta, que él todavía no ha aprendido a controlarse, y me toca a mí tener paciencia y enseñarle cómo se hace con mi comportamiento.
UNA ÚLTIMA REFLEXIÓN...
Me veo en la obligación de hacer hincapié en algo que creo que es muy importante, a veces nos comportamos como si nuestr@s pequeñ@s no estuvieran ahí o no se enteraran, y son esponjas...Pensad en cómo habláis de los demás delante de ell@s...¿Criticáis al vecino, a vuestr@s amig@s...delante de ell@s? ¿Os metéis con el aspecto físico de otras personas en su presencia? ¿Insultáis a l@s famos@s de la tele o en los partidos de fútbol? Parece una tontería lo que estoy diciendo, pero ¿Cómo queréis que se comporten luego con compañer@s de clase? ¿Queréis que respeten la diversidad, o que se metan con otr@s niñ@s por el aspecto físico o por otras cosas incluso?
Ojo, que no se consiguen resultados de inmediato, hay que tener muuucha paciencia porque estas cosas siempre son a largo plazo, pero al esforzarnos en dar ejemplo estamos haciendo de ell@s personas más respetuosas, y encima nosotr@s también conseguimos mejorar y dar la mejor versión de nosotr@s mism@s.
¿Queréis que vuestr@s hij@s sean respetuos@s? Pues tenemos que empezar por serlo nosostros, porque no importa tanto lo que decimos, como lo que hacemos.
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