A muchos niños no les gusta leer, o eso dicen. Muchos, más de los que nos gustaría reconocer a maestros, padres y otros educadores, se les arruga la nariz cuando les aconsejan leer a diario. Otros, en cambio, devoran libros y se sumergen sin dificultad en las aventuras que encuentran entre sus páginas. Unos fácilmente entran en ese hábito que debería ser diario, sin embargo otros niños… quizás nunca lo llegarán a adquirir de verdad. Es posible que te preguntes qué es lo que anima tanto a unos y desencanta a otros. O quizás no acabes de entender por qué hay niñ@s a los que les apasiona leer mientras otros lo odian profundamente. Ante esta diversidad que origina cuestiones como éstas, y otras muchas que podría seguir formulando, no existe una única respuesta. Intervienen muchos factores desde los físicos a los socioculturales pero hay una respuesta claramente identificable: el ejemplo que damos los padres es crucial para transmitir el amor por la lectura.
Niños y adultos debemos leer a diario
El ritmo de vida acelerado que llevamos junto con la permanente conexión a nuestros smartphones o tabletas están limitando, e incluso eliminando, el tiempo que años atrás dedicábamos los padres a leer cuentos o libros a nuestros hijos. Este hábito tan importante para el desarrollo cognitivo y emocional de nuestros hijos se está abandonando en favor de otros menos “saludables” como ver la televisión o jugar con las consolas, de modo que impedimos que aprendan la importancia de leer a diario.
Al no dedicar un tiempo a la lectura impedimos que desarrollen habilidades lingüísticas imprescindibles para su competencia escolar como lo es la comprensión lectora, imprescindible en cualquier asignatura. Más allá de esta destreza, leer a diario ofrece más beneficios a nuestros hijos:
aumenta la capacidad de atención, concentración y memoria, creando nuevas conexiones neuronales que permiten nuevos aprendizajes;
fomenta la imaginación, la creatividad y el pensamiento crítico;
amplía el vocabulario, imprescindible para comunicarse de forma efectiva – cuanto mayor sea el número de vocablos que utilicemos, mayor será nuestra capacidad para comunicarnos-;
desarrolla destrezas de redacción y de expresión escrita y oral,
ayuda a conocer otras culturas y formas de ver el mundo por lo que los niños que leen a diario tienen mayores oportunidades de desarrollar valores como la tolerancia a la diversidad;
reduce el estrés, al poner la atención en una historia totalmente diferente a nuestro día a día alejamos los problemas por un instante y nos sentimos mejor;
despierta emociones por lo que es un instrumento ideal para la educación emocional, no solo en niños pequeños también es igual de útil en adultos;
favorece las relaciones sociales al ser un potente generador de temas de conversación;
…
Podríamos seguir enumerando otros muchos beneficios pero creemos que con estos ya deberíamos animarnos a leer a diario, dedicar un mínimo de 15 minutos a la lectura en voz alta para nuestros hijos (tengan la edad que tengan) y otros 30-60 minutos para una lectura propia. Es por ello que desde Mamá Psicóloga Infantil os propongo diferentes libros en la sección dedicada a “Libros y Manuales“, en la que encontraréis diferentes propuestas infantiles y juveniles que espero sean de vuestro interés.
Encontrar los libros más adecuados para vuestros hijos es una tarea interesante que podéis realizar yendo a las bibliotecas de vuestro barrio o visitando diferentes librerías especializadas. Si no tenéis tiempo o preferís hacerlo vía internet os recomiendo la que es para mí la mejor librería online: Boolino, con quien tengo el placer de colaborar. Si aún no la conocéis os invito a entrar y a revisar su gran y variado catálogo de libros clasificados por temáticas y edades.
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