C es una intrepida. Llevaba unos meses un poco “acojonada” porque no paraba de subirse en los sitios más altos,haciendo el monito,tirándose por sitios que yo no podía controlar…no tiene miedo a nada y la verdad que aunque yo si tengo miedo la dejo hacer porque confío mucho en ella y porque me parece vital para su desarrollo darle autonomía,que se sienta capaz y logré las cosas por si misma.
El dia 20 de septiembre se cayó de una plataforma de un tobogán de 2m. A priori puede parecer que no es mucha altura,pero para una niña de 92 cm es una caída importante…al caer se le quedó la pierna enganchada en la tela de araña que accede a la plataforma y la torsión de su pierna derecha provocó una rotura de fémur importante.
A partir de ahí comenzó la pesadilla,la verdad que en esos momentos ni siquiera piensas que sea tan grave,creo que incluso pensé que ese día dormiríamos en casa. Qué ilusa.
Las placas confirmaron una rotura del cuello del fémur (rotura subtrocanterea) con desplazamiento.La iban a operar de urgencias esa misma noche. Cosa que finalmente no ocurrió porque no tenían las placas para una niña tan pequeña (23 meses).
Esa misma noche la ingresaron y la colgaron de las piernecitas.
Fue una noche muy dura,entre el shock,los espasmos y el dolor la pobre no podía conciliar el sueño. Los pocos minutos que conseguía dormir terminaban en llanto y angustia. Creo que C nunca me había necesitado tanto como me necesita ahora.
Dos dias despues,el 22 de septiembre la operaron,fue una operación larga (ya nos lo habían advertido). Le colocaron una placa y cinco tornillos y un yeso pelvipedico.
La operación fue un viernes y el lunes volvíamos a casa. Parece que todo había salido muy bien,la placa estaba alineada y el proceso de recuperación ya estaba en marcha.
No quiero extenderme mucho…habrá más post porque hay mucho que contar. Solo quiero insistir en que los niños NO son de goma,sus huesos se parten y aunque la recuperación es más rápida, el crecimiento también es un hándicap. Este trance nos va a acompañar mucho tiempo, una nueva operación para retirar la placa y un seguimiento hasta que sea adulta para controlar las posibles dismetrias (la pierna rota puede crecer más que la otra). Pero eso ya se verá con el tiempo. No ha sido solo un susto,ha sido un susto con seguimiento.
Para terminar,decir que ha sido lo más duro que he vivido en mi vida,ver sufrir a un hijo es muy doloroso y creo que a veces solo lo puede comprender quien tiene hijos. Dar las gracias a todas esas personas que nos han apoyado,que han llorado conmigo,que se han preocupado,que han empatizado de esa manera increíble,que con solo una mirada te demuestran una comprensión infinita. GRACIAS.