Ante todo vaya por delante que no pretendo ser sexista con esto de hablar solo en femenino, pero me influyen dos circunstancias: que las maestras de mis hijos son mujeres, y que en todo esto jaleo, por un misterioso motivo que desconozco -probablemente porque los hombres son más listos y saben cuándo es mejor hacerse el invisible- solo estamos implicadas las madres. Así que mis disculpas al colectivo masculino.
Llega el final del curso y entre controles, actuaciones, fiestas, recogida de notas y todo lo que se supone cerrar el año escolar, es inevitable que llegue el temido momento de hacer el regalo a la seño. Temido por básicamente dos razones: ponerse de acuerdo en el regalo a hacer -con, como mínimo, otras 20 madres más- y por la pasta que toca soltar, que en algunos grupos de madres parece que si no se le pagan las vacaciones en Cancún, no es buen regalo.
Mira, yo estoy muy de acuerdo en dar un detalle a la seño de mis hijos. A la seño del mayor le tengo muchísimo cariño, es una mujer muy agradable que se ha esforzado al máximo por entender a mi hijo tal y como es, que no es fácil, lo ha ayudado a integrarse en el nuevo colegio y con sus compañeros, es cariñosa, se implica totalmente con sus alumnos más allá de su labor profesional y para mi eso es digno de agradecer. A la seño de la pequeña, simplemente por el hecho de que mi hija la adore, me basta, y me basta porque se que si mi hija tiene esos sentimientos hacia ella es porque su seño se lo ha ganado.
Así que por mi parte, bien a gusto sale de mi tener un detalle con ellas. Porque sí, vale que ya les pagan por hacer su trabajo, por supuesto pero ¿a quién no le gusta recibir un regalo en agradecimiento por su buen hacer?. Venga, se sincer@, si alguien va a tu trabajo con un detalle especialmente para ti, te vuelves loc@ de alegría, porque el sueldo es una satisfacción, sí, pero que reconozcan tu valía, tu implicación o tu buen hacer, es muy gratificante.
Pero una cosa es un detalle, y otra muy diferente es pasarse con el regalo, que parece que si no te gastas 300€ no es digno, cuando lo que realmente importa es la intención y el sentimiento que hay tras él, no su valor económico. Pero por desgracia parece que un regalo solo es bueno cuando es caro.
Ayer comentaba esto mismo en Facebook y me sorprendía ver cómo se va de madre este tema en algunos colegios o círculos de padres, leyendo cosas como que la consigna es poner 20€ por niño y la madre que no colabora la miran como si fuera un perro verde. Que oye, 20€ por alumno son la friolera de 500€,y yo con 500€ pago la hipoteca, la comunidad, la luz y aún me sobra para tomarme al menos un café. Joder, qué es más del subsidio por desempleo del que lamentablemente viven muchas familias.
Y yo, qué quieres que te diga, creo que esto se nos está yendo de las manos. Porque esto parece una puñetera competición por a ver quién
En realidad, los niños ni importa, ni se les tiene en cuenta ni se les pide opinión, total, son niños, ¿qué derecho tienen a decidir?.
En todo este cotarro siempre hay un reducido -y a veces no tan reducido- grupo de madres que llevan la voz cantante, o le hacen los coros a la solista de turno. Es como la capitana de las animadoras y su séquito, la más guay, la que tiene las mejores ideas, la más creativa, la abnegada voluntaria que hace el encomiable esfuerzo de recaudar el dinero y comprar el regalo como si estuviera salvando el mundo de una catástrofe nuclear, pero en el fondo le encanta toda esta movida. Porque, además, si la seño se emociona, el mérito es suyo por encima de todo aunque diga "el regalo es de todas, ¿eh?", pero en el fondo se está sacudiendo los hombros con sumo orgullo.
Las demás, o bien siguen la corriente por cómoda, o siguen la corriente por no discutir, que a veces es lo mejor. Luego está el muy reducido grupo de las disidentes, aquellas que no participan en el regalo común por motivos varios -y ole sus santos ovarios- y se quitan de enmedio.
Pero también hay alguna que otra voz que osa a dar su opinión en contra al dictamen inamovible de la organizadora en cuestión, que algunas veces logra remover conciencias y valorar otras opciones -poner menos dinero, regalos alternativos-, aunque por lo general se la acaba silenciando con un "es lo mejor", "siempre se ha hecho así", "es lo que a ella le gusta".
Esa última soy yo. Pero es que no he nacido para estar callada, y más cuando me toca el bolsillo. Que 10€ no es nada, pero es eso, más lo que me toca poner para la otra seño, más el disfraz del festival de fin de curso, más el vestuario de la actuación de ballet de fin de curso, más el regalo para la seño de ballet, más el regalo para la seño de música, entre otras cosas. ¡Joder, que se me va más dinero que a principio de curso en libros y material escolar!.
Cuando al economía aprieta, lo siento, pero no voy a gastar dinero innecesariamente para engordar la cuenta de un regalo. Hay que entender que no todas las familias pueden asumir estos gastos tan alegremente.
Imagino que así me habré ganado el mote de rancia, pero no me importa. No me parece procedente regalar a la seño un fin de semana de hotel con spa, ni un bolso de la marca "Chimpa y Mola" ni un vestido "Noesigual" porque es la maestra de mis hijos, no una amiga a la que tengo cariño, confianza y conozco sus gustos, porque ninguno de esos regalos representa a los niños, y porque se escapa de mi concepto de "detalle".
Igual que no me parece procedente invertir 250€ en un detalle de fin de curso cuando hay familias que no disponen de esa cantidad para comer.
Creo que hay que ser un poco coherente con todo en general, y un detalle bonito y emotivo no lo va a ser más por gastarse más dinero. Gastarse un pastón y regalar el mejor regalo, valga la redundancia, es puro postureo.
Creo que se pueden hacer buenos regalos, originales, creativos, que representen a los niños y sea un verdadero recuerdo de ellos, sin dejarse un pastizal de camino. Así que yo hice mis gestiones en base a las ideas que en un principio se planteaban, que no se trata de oponer resistencia por gusto sino de, si no estás de acuerdo, ofrecer alternativas.
Entre los regalos propuestos, que si una pulsera con el nombre de la seño y dedicatoria, un cuento personalizado, un álbum de fotos con mensajes de los niños, ofrecí mi ayuda buscando opciones bonitas y asequibles. Pero tras marear Mi Platera y a Regalos Personales preguntando por precio, tiempo de preparación, envío del pedido, cuándo es la fecha límite para pedir, si llegaría todo a tiempo, porque se que ambos trabajan de maravilla y son de total confianza, la respuesta fue un vacío total, como hablar para la nada.
Y no hay nada que más me reviente que molestar a la gente para nada, porque valoro sobremanera el tiempo de las personas.
La verdad es que poner interés en dar opciones para todos los gustos y posibilidades para que la respuesta sea ignorarte totalmente es desalentador y de lo único que te dan ganas es de descolgarte del grupo ir a tu puñetera bola. Con uno es lo que voy a hacer, con otro no lo hago porque eso supondría que mi hijo no aparezca para nada en el regalo y él no se lo merece, pero ganas me dan.
Así que a estas alturas de la película tengo ganas de mutar en el género masculino y hacer como que este tema no va conmigo, porque de verdad, qué tóxico puede llegar a ser. Y me da que conmigo se vendrían unas pocas de madres que opinan que una cosa es un detalle y otra muy diferente la carta a los Reyes Magos. El concepto "Regalo de la Seño" está alcanzando límites apoteósicos y a este paso vamos a tener que ahorrar para estar a la altura.
Eso, o ser de la panda de las rancias. Si te aptece, te voy haciendo hueco.