Amaneció nuestro cuarto día en la isla y seguía sin acompañarnos el tiempo... Nos quedaba la pequeña esperanza de que por la tarde pudiéramos estrenarnos en el baño si las predicciones meteorológicas se cumplían. Desde el hotel nos aconsejaron que fuéramos al sur por la tarde, donde igual el viento ya no soplaría tan fuerte.
Tocaba de nuevo visita cultural. Otra de las cosas que teníamos previsto visitar era el bonito pueblo de Binibèquer (en realidad, Binibèquer Vell). Es considerado uno de los lugares más bonitos de Menorca, aunque en realidad es todo un poco "fachada".
Perdidos por las callejuelas...
Resulta que este pueblo de pescadores fue construido en la década de los años 70 a imitación de un típico pueblecito de pescadores real. Aún sabiendo esto, es un lugar que vale la pena visitar.
Es muy agradable pasear por sus estrechas calles y deambular sin rumbo fijándote en los detalles de las construcciones... Es conveniente tener en cuenta que en algunos callejones el ir con cochecito es algo complicado (por no decir inviable).
Como servicios, en este pequeño poblado hay varios restaurantes y un supermercado. No hay ningún hotel, aunque mucha gente se instala aquí en los apartamentos. No obstante, durante el invierno es un lugar prácticamente desierto.
Saliendo del núcleo del pueblecito también es agradable pasear por los alrededores y morir de envidia al ver que algunos patios de casas acaban en el mar...
Tras el paseo fuimos a Es Mercadal a comer, a un restaurante que se ve desde la carretera y nos habían recomendado: Molí des Racó. Un sitio casero en el que se recomienda reservar y que, a un precio de menú razonable, se come muy, muy bien.
Después de comer, siguiendo las recomendaciones que nos habían hecho en el hotel, nos dirigimos hacia el sur de la isla, a ver si teníamos suerte y nos podíamos dar un chapuzón. Nuestro destino era Sant Tomàs, que, aunque seguramente no es una de las playas más espectaculares de la isla, nos permitió hacer el bautismo playero. Por suerte, la tarde se arregló y acabó haciendo muy buen tiempo. La enana por fin pudo rebozarse en arena tranquilamente, comérsela y toda la familia disfrutamos de una agradable tarde en la playa :)
Playa de Sant Tomàs
Día 5:Por fin amanecía un día perfecto para disfrutar de las playas! Ya nos quedaban pocos días de estar en la isla y teníamos que recuperar el tiempo perdido. Tocaba visitar Cala en Turqueta.
Cala en Turqueta
Para muchos es una de las mejores calas de la isla... y para nosotros también. Tiene unas aguas envidiables y una arena blanca que la hacen paradisíaca.
Se encuentra relativamente cerca de Ciutadella, únicamente hay que seguir los carteles indicadores desde el Camí de Sant Joan de Missa.
Una recomendación: Es una playa pequeñita y el párking también lo es, así que es conveniente ir tempranito. Nosotros llegamos antes de las 10 de la mañana y el párking ya estaba casi lleno. Por lo que sabemos, hay mucha gente que se queda sin poder disfrutarla...
Después de una mañana de playa fantástica, por la tarde hicimos una de las cosas que la gente debería hacer de forma obligatoria: ir a presenciar una puesta de sol. Nosotros escogimos Cala Blanca. Estábamos cerca, así que fuimos caminando.
Cala Blanca no es lo que se dice un lugar "idílico", sino que más bien parece un lugar hecho para el uso y disfrute de los extranjeros que visitan la isla al estilo de Benidorm, Salou... Pero bueno, nosotros no íbamos a interactuar con el ambiente; solo íbamos a ver la puesta de sol :P.
Como podéis ver en las fotos, lo cierto es que fue espectacular!