Hola, ¿que tal? Hoy te hablaré de un tema que me ha tocado de muy cerca. Soy una hiperactiva de lo más. Tengo la necesidad de hacer mil cosas para sentirme viva. Además tengo un flujo mental comparable a las Cataratas del Niágara. Vale, pero no es de mí que quiero hablar, sino de mi pequeño huracán… el que salió de mis entrañas y se parece a mi como dos gotas de agua. Desde los tres años, hemos (mi marido, la maestra de infantil y yo) observado que mi hijo tenía todas las papeletas de un niño con TDAH. Cuando cumplió seis años fue confirmado el diagnóstico: TDAH con Impulsividad.
Te lo diré así de claro: “No es fácil ser madre de un niño que sufre de TDAH con impulsividad.
1 – Primero: está la falta de tiempo (y ganas) que uno tiene de tratar con eso. Ha un niño con TDAH hay que dedicarle el doble del tiempo, paciencia, sabiduría y todo ello cuando ya sepas como ayudarle.
2 – Segundo: uno nunca estás preparado. Puedes haber sido como yo, que ha leído un montón de libros sobre educación infantil. Te lo digo: no estás preparado, nadie lo está. Pero, debes prepararte. Debes apechugar y seguir adelante, por amor a tu hijo, por amor a ti, por amor a tu familia y a la sociedad, porque todos se verán afectados por este problema.
3 – Tercero: Tu familia y tus amigos no están preparados. Así es. Hay muchos que no creen en la existencia del TDAH. Hay aún más gente que pensará (y muchos de lo dirán a la cara) que el problema está en que no sabes poner límites a tu hijo; que tu hijo es un consentido. Dejarán de invitarte a fiestas familiares; a salidas con amigos, a cumpleaños de los compañeros de colegio de tu hijo… vamos, que pasarán de ti y de tu hijo quilométricamente… porque nadie quiere estar o tener sus hijos cerca de un niño que pega… un niño que grita y dice cosas que no les parece “correcta.”
¿Te suena?
Bueno… amigo o amiga mía… las cosas pueden ponerse peor… así es… y aceptar esta realidad es la clave para a ayudar a tu hijo a mejorar. Acéptalo… todo puede pasar, a lo mejor llegará el día que te llamen en el cole porque tu hijo ha sido “extremadamente grosero con un maestro”. Pero, hay esperanza… HAY ESPERANZA.
Este verano mi hijo (que hará 7 años) me pidió para ir a un campamento de niños que organizaba la “iglesia” a la cual asisto. ¡Que duda cruel! Pero, su papá y yo accedimos a dejarle ir porque él estuvo haciendo un gran esfuerzo por portarse bien. Hace dos días encontré una de las monitoras del campamento que me lo dijo:
“Claudine, se nota que habéis trabajo mucho con Alejandro. Su conducta en el campamento fue muy buena, y hemos visto en el todo el trabajo y el tiempo que le habéis dedicado.
No tenéis idea de lo bien que uno se siente. ¡Qué alegría! Sin embargo, sé que aún tengo muchísimo trabajo por delante, y que además de los días de victoria, como este, vendrán otros días que no serán tan buenos.
Así que, lo que quiero hacer es compartir contigo algunas cosas que he hecho y que me fueron de gran ayuda. Tengo un lema que dice “Observo todo y retengo lo que es bueno” (Parafraseando a Pablo). Sí te sirve, cógelo:
1 – El Cambio empieza en ti: haz un repaso en tus conductas, cosas en tu vida que pueden ser tóxicas. Fue lo primero que he hecho (y aún lo sigo haciendo, porque siempre hay algo que mejorar). ¿Gritas demasiado? ¿Cumples lo que dices? ¿Pierdes la paciencia por todo? ¿Tienes tu tiempo organizado?
2 – Lo que no funciona no funciona: Hay cosas que funcionarán con otros niños pero con tu hijo no. Por ejemplo: Cuando mi hijo se portaba mal (como a los 3 o 4 años), le pegaba en el culete. Eso le dejaba aún más agresivo. Dejé de hacerlo. He visto que un abrazo le funcionaba más, o un castigo bien aplicado.
3. Comunicación con el Cole: Tener una buena relación con la administración del colegio y los profesores es fundamental. Pero, a veces es muy difícil, ¿verdad? Ellos tienen que saber que tu estás dando lo mejor de ti para ayudar a tu hijo. Por otro lado, ellos también tendrán que hacer su parte, y esto debes exigirles como contraprestación.
4. Trabajo familiar: No es solo un trabajo que lo deba hacer uno de los padres. Es un trabajo en equipo, porque la familia es un equipo, y todos deben estar involucrados. Todas las decisiones deben ser tomadas en conjunto por el padre y la madre. Cuando uno sienta su ánimo decaído el otro le animará. Eso es imprescindible.
4. Educación Emocional: A este apartado le dedicaré más espacio porque creo que es muy, muy importante.
Educación Emocional y Cuentoterapia
Establecer una comunicación efectiva con nuestros hijos es clave para la mejoría de su conducta. Para ello debemos saber como ellos mejor nos comprenden. He intentado de muchas formas explicarle a mi hijo que su conducta no era correcta, pero él no lograba comprender del todo.
La comprensión efectiva es aquella que produce un cambio interior que se revela en un cambio de conducta externa.
Pero, un día he visto que a través de los cuentos lograba que mi hijo comprendiera lo que yo intentaba enseñarle, y además empezaba en él un cambio cognitivo-conductual, o sea, un cambio en la menta que se reflejaba en su comportamiento.
Por esa razón hice una especialización en cuentoterapia y empecé a escribir cuentos infantiles.
Si quiere saber que es la cuentoterapia pincha aqui: Cuentoterapia ¿Qué es eso? La cuentoterapia es una excelente herramienta para ayudar en la educación emocional, y la educación emocional es imprescindible si deseas ver mejorar en tu hijo(a).
Los niños con TDAH suelen expresar de manera efusiva sus sentimentos: Si están felices, lo están a tope. Pero cuando están tristes, su dia les parece horrible, “el peor día de mi vida” como suele decir mi niño. A veces eres la “mejor mamá del mundo” a veces estás bastante lejos de eso.
Por eso debemos ayudarles a encontrar un equilibrio, y para ello está la educación emocional. Ahora vamos a ver cuales son los contenidos de la educación emocional.
1 – Conciencia Emocional:
Es la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en el que aparece. Es algo que debemos enseñar a nuestros hijos desde su temprana edad, de lo contrario serán como muchos adultos que no saben controlar sus sentimientos, porque no lo reconocen en el momento en que están sintiendo.
Si tienes conciencia de que la rabia está apoderándose de ti, como un volcán en erupción, entonces podrás saber como actuar para no estallar.
Además de saber identificar el sentimiento, también es importante comprender su intensidad, para así controlarlo antes de desborde.
2. Regulación Emocional:
Es la capacidad que nos permite controlar la expresión de nuestros sentimientos y emociones, adecuándolos al momento y al lugar. Eso, para un adulto que no ha trabajado la educación emocional en su vida, es bastante difícil, imagínalo en un niño con TDAH. Conseguir que un niño con TDAH controle su impulso de rabia, por ejemplo, en el momento que ya entró en “activación” es difícil, pero no es imposible. Un ejemplo real:
A mi marido le encanta pinchar a mi niño, me dice que eso le sirve de ejercicio para que pueda aprender a controlarse. Otro día, mi hijo quería decirnos algo, pero mi marido le interrumpía sistematicamente, y mi niño se puso super nervioso (¿Quién no se pondría?). Estaba a punto de estallar, pero entonces paró, respiró hondo y le dijo a su padre: – Por favor, papá, ¿me puedes dejar hablar? Mi marido le contestó: – Claro que sí, cariño, sigue.
Pero, antes que alcanzáramos este nivel, tuve que explicarle muchas veces a mi hijo como actuar delante de una situación así. “La respuesta blanda, apazigua el furor”.
3. Autonomía Emocional:
Es un conjunto de habilidades emocionales relacionadas con la autogestión de los sentimientos. Su objetivo es evitar la dependencia emocional. Ese es un paso muy importante dentro de la educación emocional, porque tu no podrás estar siempre al lado de tu hijo para ayudarle a controlarse. Un día (ya hace unos 3 años) estaba charlando con un amigo psicólogo y le dije que cuando mi hijo se ponía muy nervioso le daba un abrazo con mucho cariño y él se tranquilizaba. Entonces él me preguntó:
¿Qué hará tu hijo cuando no estés? ¿Cómo podrá solucionar su problema en un ambiente hostil donde nadie esté dispuesto a darle un abrazo?
Él tenía razón, yo debería preparar a mi hijo para auto-gestionar sus emociones. Es importante ayudar al niño a desarrollar su autoestima, auto-motivación y optimismo. Estas serán herramientas importantes en la persecución de la autonomía emocional.
4 – Competencia Social
Es la capacidad para reconocer las emociones en los demás y saber mantener relaciones interpersonales satisfactorias. Debemos enseñar a nuestros hijos a escuchar e interpretar la comunicación no verbal. La empatía es la clave de la competencia social
Otro día, un niño se tiró sobre mi hijo sin que este le hubiera provocado (eso según me lo han dicho otros niños). Le tiró contra el suelo y le rompió el labio. Ya en casa y pasado el susto, estuvimos hablando con nuestro hijo sobre la importancia de perdonar al niño que le hizo daño, y él nos respondió:
“No te preocupes, mamá, ya lo he perdonado. Además, eso me ha enseñado a ver como se sienten mis compañeros cuando yo les hago daño.”
Casi lloré de emoción. Que un niño de seis años te de una respuesta así… vaya… que vamos por el camino correcto.
En suma,
La educación emocional es como una semilla que plantas en tu hijo. De pronto no ves los resultados, pero si vas regándola día a día con perseverancia y fe, te garantizo que llegará en día en que la semilla brotará, se transformará en un precioso árbol que dará muchos frutos.
¿Por qué a través de los cuentos?
Los cuentos hablan al niño interior, porque llegan donde no alcanza la lógica e incluso nuestros consejos. Así es, los cuentos vencen la barrera de la razón, entran dentro de nuestro yo interior y hablan con él a través de las metáforas, produciendo un cambio de dentro hacia fuera.
Tengo un montón de material que ha ayudado a mi hijo a superar muchos problemas de ira, impulsividad etc, y quiero compartir este material contigo. Así que sube a este tren que nos vamos de viaje.
Si te a gustado lo que he compartido y quieres saber como utilizar los cuentos para la educación emocional de los niños, inscríbete en el blog para recibir más noticias. Estaré trayendo Cuentos muy chulos, tanto clásicos como contemporáneos, para los cuales estoy preparando material didáctico de apoyo. Te voy a enseñar como utilizarlos y verás que divertido y didáctico será.
También puedes conocer mi cuento “Carlota no quiere hablar” que fue escrito para introducir los niños en la educación emocional, además de ayudar en la comunicación de padres e hijos.
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