Aprendió a andar con casi 15 meses, los dientes le empezaron a salir a partir de los seis meses y a los tres años le quité el pañal (aunque algunas noches todavía se sigue haciendo pis en la cama a pesar de que ya ha cumplido siete años).
Un niño de lo más normal.
No destaca por nada en especial. Aprendió a leer con seis años, no se le da bien el fútbol ni las matemáticas, y no tiene don para las manualidades artísticas en general.
Le gusta jugar con coches de carreras y también con las muñecas de sus hermanas. Construye su universo especial mezclando dos mundos totalmente opuestos y el resultado es sorprendente.
Pero su vida es de lo más normal.
Algunos de sus amigos ya destacan por saber idiomas, ser campeones infantiles de judo , jugar en el equipo de fútbol del barrio o leer libros de cien páginas en dos días.
Y su vida sigue siendo normal.
Pero dentro de esa normalidad hay un pequeño detalle sorprendente en él :Sabe pedir perdón y perdonar.
Quizás a los adultos nos pueda parecer algo absurdo, una pequeña mota dentro de nuestra vida diaria llena de competitividad, superación, ansiedades y frustraciones.
Una pequeña mota en un futuro hará grande a este niño que hoy pasa totalmente desapercibido en nuestra sociedad.
Esto es lo que hace que el alma de este niño no sea normal. Esto es lo que hace que este niño sea EXTRAORDINARIO.
.