Por otro lado, sus hermanas no necesitan mucho estímulo. Ni bien las saludo y les pregunto “¿Qué tal te fue en el cole hoy?” Comienzan la narración de su día minuto a minuto. Sobre todo, la pequeñita. Ella cuenta todo lo que hizo en el día con lujo de detalles. Mi hija la segunda algunos días no tiene muchos deseos de compartir, pero se le suele pasar rápido y ya para la hora de dormir me sé todo su día con pelos y señales.
Soy consciente que el deseo de compartir el día a día no puede ser impuesto y que debo respetar la intimidad de mis hijos. Por eso cuando no quieren hablar no insisto, ni los presiono. Sin embargo, no puedo con mis neurosis de madre y quiero saber algo más que lo que trae un escueto “bien”- en verdad - quiero saber un MONTÓN MÁS de lo que trae un “bien”.
Como ya estoy un poco fastidiada de que mi hijo no me cuente nada del colegio sobre todo porque cuando me junto con mis mamigas especialmente las que tienen hijas mujeres me cuentan un montón de normas, procedimientos, detalles y hasta anécdotas de cosas que suceden en el colegio (algunas incluso en el salón de mi hijo) y de las que yo sé: NADA.; es que he investigado y he dado con esta lista de estrategias para que mi hijo (y tu hijo si el tuyo también es así) comparta un poco más que un “bien” cuando le pregunto ¿Qué tal te fue en el cole?
1. No le preguntes así a boca de jarro ¿Qué tal te fue hoy? Mejor empieza compartiendo algo interesante de tu día, así él/ella quizá también se anime a compartir. Esta técnica alguna vez me ha funcionado.
2. Hazle preguntas graciosas y ocurrentes del tipo: Si unos zombies entran al colegio, ¿a quién crees que se comerían primero? ¿por qué? ¿y al último? ¿por qué? O una que yo siempre le pregunto a mis hijos y me funciona es: ¿quién llevó la lonchera más rica hoy? No la pregunto mucho porque siempre me dan duro con mis loncheras.
3. Cuando era chica mi mamá fue a una charla en la que para mejorar la comunicación con sus hijas le recomendaron preguntarles por lo mejor y peor de su día. En un momento era divertido, pero luego que mi mamá lo preguntará TODOS los días nos empezó a molestar. Así, que yo recomendaría preguntarlo una vez a la semana.
4. También le puedes preguntar a tu hijo/a ¿quién es la persona más divertida del salón? ¿quién es la más graciosa? ¿quién es el/la más travieso? Pero, ojo con las respuestas. Hace poco le pregunté a mi hijo quién era el más bromista del salón y se quedó callado, mirando al piso y me respondió: “tú ya lo sabes”. Me quedé helada “¿eres tú? ¿eres tú? PLOP. Esa sí, que no me la esperaba.
5. Otra que me ha funcionado es comentar sobre el clima (sí, el clima nunca falla) al estilo de: hoy me he muerto de calor/frío todo el día, ¿qué tal tú en el colegio? Y siempre te cuentan un par de cosas más.
Finalmente, no importa si tu hijo no es muy conversador ni comparte mucho sobre el colegio. Lo importante es que tenga la confianza y seguridad para recurrir a ti en caso tenga algún problema. Que se sienta seguro que tú lo vas a apoyar. Eso pasó con mi hijo hace unas semanas atrás. Como siempre, no me contó nada de su día, pero a la hora de dormir me contó sobre un episodio feo que había tenido en el colegio y me pidió ayuda para solucionarlo. Por supuesto, así lo hice y ahora lo torturo un poco menos (sólo un poco) para que me cuente su día, porque sé que lo importante siempre me lo va a contar. Mi hijo no me cuenta nada