Todo lo que diga de mi pequeña I. es poco, porque con ella se me cae la baba. Es buena, amorosa, simpatiquísima; es un rayito y más lista que el hambre. Por desgracia para mí, también es súper independiente y resolutiva, así que veo que me queda poco de mami mami. Por eso le hice tan a gusto sus galletas, porque me encanta dar mimos a mis niñas y sentir que crecen un poquito más despacio. ¡Que nació ayer y de repente ya tiene seis años!
Para sorprenderla un poco, le hice un topper muy especial para poner en la tarta: una galleta de ella misma con su precioso pelito de oveja. Mala idea. No porque no le gustase, que le encantó. Sino porque no la sorprendí ni lo más mínimo: la vio mientras la horneaba y lo tuvo clarísimo. ¿He dicho ya que es un rayito? Mañana colgaré el tutorial del topper de galleta.
Feliz cumpleaños, mi preciosa. Tú sí que eres un arcoíris.