Preparados, listos, ya! Todo está preparado, análisis perfectos y nada me impide empezar la búsqueda. Y en ello estábamos, mi aplicación favorita me avisa de que se acerca mi ventana de fértil, y lo compruebo con un test de ovulación. Positivo!! El Señor J feliz de que esa semana vaya a ser plena, y aunque pienso que rompe un poco el romanticismo y la sorpresa, no me gusta dejar las cosas al azar, pero el azar no es nada comparado con lo que la naturaleza nos tiene preparado...
No soy de las que piensa que poniendo las piernas en alto vaya a conseguir algo, o que ciertas posturas sean más propicias, anda que no hay embarazos no deseados con la marcha atrás, con la regla y con diversos "métodos anticonceptivos" de dudosa fama. Lo que tenga que ser será, disfrutemos del proceso.
Los 10 días siguientes a nuestra semana fértil estuvimos de viaje, y aunque sé que sería pronto yo me llevé un test de embarazo por si ese viaje pudiera ser un recuerdo aún más especial. Pero uno de los últimos días, a las 5 de la mañana lo intenté, pero no acerté muy bien, no tenía recipiente donde hacerlo y estaba muy dormida, asique como no vi que apareciera nada, lo volví a meter en su envoltorio y lo guardé en mi neceser. No lo tuve muy en cuenta, y dudaba que pudiera haberme quedado a la primera.
Vuelta a casa. El mismo día que volvimos y deshacíamos maletas, neceser incluido, y mientras el Señor J bajaba al coche a por otro viaje, aparece el test fallido que me hice en el hotel. Casi me da un soponcio! Había una línea muy muy tenue, que aunque hubiera aparecido aquella mañana delante de mi cara, no la habría visto ni con lupa. Me senté del temblor de piernas que me dio. Cogí otro test nuevo, y aunque no tenía ganas de hacer pis, lo saqué de lo más profundo de mi vejiga. Positivo!, POSITIVAZO! Una línea clara y oscura que aparecía por primera vez ante mi. Todos mis planes de como quería enterarme se habían ido al traste, quería que la próxima vez estuviéramos los dos, o guardar el test y dárselo de sorpresa en una cena, muy idílico todo... Imposible. De repente mis ojos empezaron a chorrear de alegría, miedo, pánico, felicidad, incertidumbre, susto, positivismo, sorpresa, amor y un no se qué, que no sabía que hacer.
El susto que se llevó el Señor J fue mayúsculo. Entrar en ese momento y verme llorando como una magdalena, solo se le pasó por la cabeza que algo malo habría pasado, su cara fue un poema. En cuanto le dije que estaba embarazada entre lágrimas, (suerte que me entendió) fue genial, nos sentíamos los más afortunados del mundo. A la primera!
Me llegué a sentir mal por esas amigas que no podían, que andaban con tratamientos de reproducción asistida, o incluso alguna pareja había empezado trámites de adopción, y yo en unas semanas les diría que me había quedado embarazada a la primera.
Tenía cita ya programada con el ginecólogo hace semanas, por lo que solo me tocó esperar y disfrutar de todo lo que se me pasaba por la cabeza, estaba feliz y no había razones para asustarse más de lo debido, todo iba sobre ruedas.
Sin síntomas muy acusados, en unas 2 semanas nos confirmaron el embarazo con la primera ecografía, estaba de unas 5 semanas, nada que añadir, solo que sí había algo ahí creciendo. No aguanté a contárselo a la familia, lo grabé en vídeo, y la alegría fue máxima.
Fue la época más feliz de mi vida.
Señora S.