Nuestras primeras papillas
Posiblemente cuando eras una niña jugabas al famoso “juego de las casitas”, ¿lo recuerdas? Tú eras esa niña. Eras mamá, eras amiga y tenías un marido .Tu bebé era hermoso, lloraba un poquito y en cuanto tus brazos amorosos lo rodeaban, se calmaba. Dejaba de llorar como por arte de magia. En ese tiempo te daba tiempo de hacerte un bonito peinado y preparar la comidita para la llegada de los invitados. Eras muy feliz recreando tu YO del futuro ¿Alguna vez jugabas a las casitas sin la presencia de un bebé?
Desde que somos niñas, cada día, ingerimos unas dosis de papilla llamada “debo ser”. Con ella alimentamos nuestras emociones y enfocamos nuestro futuro hacia ser SuperWoman.
El “deber ser” se apodera de nosotras: debes ser buena niña, buena estudiante, muy amable, tranquila, buena amiga, buena hermana, buena hija. La sociedad en la que nos hemos criado moverá los hilos para que seamos un ser más, un número de una larga lista de niñas nacidas y cortadas por la misma tijera.
Si llevamos el camino correcto, en nuestra edad adulta lograremos el éxito, la envidia del resto, y en nuestro hogar pensarán que han hecho el mejor trabajo posible: su niña ha cumplido todas sus expectativas, es como el resto. Es normal.
Tal vez, en algunos momentos de la transición de niña a mujer, vamos… de tu adolescencia, te sentiste mal, usada, que no encajabas en esta sociedad o simplemente no sabías qué te deparaba el futuro. Seguramente intentaste rebelarte y ser diferente pero entonces, algo te hacía callar y volver por el buen camino. Siento aclararte que callar tu boca y apagar tus sueños es una de las funciones de tal alimento. Volvías porque estabas programada, “debias” seguir un camino perfectamente marcado como si de unas vías de tren se trataran.
Si has ingerido y digerido correctamente cada una de las papillas que la sociedad recomendó para ti, no te doy la enhorabuena, lo siento, eres una SuperWoman.
Tu cuerpo y tu mente han logrado digerir correctamente todo el veneno que estaba preparado para aquella niña número……
Y ahora… ¿que?
Deduzco, con mucha probabilidad, que ahora eres mamá. ¿Sigues jugando a las casitas?
En la casa, en el cole, en la tele y hasta en la SuperPop nos hicieron creer que un día lo tendríamos todo: estudios, trabajo, marido y familia… Que con el éxito profesional y los hijos nos íbamos a comer el mundo. Claro está, mientras seas delgada, vayas a la moda y seas súper simpática, extrovertida, amable, sonriente, servicial, coqueta, conformista, chistosa, organizada, sacrificada, ahorradora, estés bien encaminada,… Jajaja !vamos! una SuperWoman de libro.
Enhorabuena, las papillas también te han hecho una mujer hecha y derecha: probablemente has tenido una infancia y adolescencia feliz, tu entorno está muy orgulloso de ti, has encontrado ese trabajo que soñabas (o no) pero lo has conseguido, te da estabilidad y eso, hoy en día, es lo máximo. Encontraste un príncipe azul y tu hijo/a es lo más lindo que una madre pudo crear. ¿Qué más quieres? ¿No lo tienes todo?
He de suponer que si has llegado hasta aquí ha sido fruto de tu intoxicación social, y que, seguramente, tanto a ti como a mí, nos está quemando por dentro.
Ahora que lo tienes “todo”, quieres más, más y más… ¿Sabes por qué? Pues, porque no lo tienes todo. Posiblemente no tienes ni sueños que cumplir, o si. Tal vez sueñes que tu hijo/a será una persona de bien, que estudiará, tendrá una carrera, encontrará un trabajo cómodo, una pareja que lo adore y formará una bella familia…. JA JA JA y volvemos a empezar….
Pues sí amiga, un cuento de chinos el que nos hicieron tragar. No! Siendo una Superwoman no llega la felicidad, ni con el éxito profesional, ni con un sueldo que nos dé estabilidad, ni con que un hombre nos adore las 24 horas y lo siento, la plena felicidad tampoco llega con la llegada de nuestros hijos. Los hijos son maravillosos pero el papel de la Superwoman dentro de la maternidad es un verdadero castigo.La felicidad es mucho más que eso.
El verdadero éxito es no olvidar nunca quién eres, aprender a amarte por encima de todas las cosas.
No olvidar nunca que tu misión en este mundo no es agradar a los demás mientras te olvidas de tu propia existencia. Porque la vida no tiene sentido si se rige por un ir y venir de estresantes carreras, ni exigiéndonos para llegar a todo lo que nos impone la tóxica sociedad en que nos hemos criado. La felicidad es amor y paz en el mundo, pero, sobre todo, amor y respeto hacia tu propio ser, ese ser que es único, que aunque fuera cortado con la misma tijera y alimentado de la misma papilla, es tu ser con su propia esencia y tú más que nadie lo debes amar y respetar.
Si ya estás aquí y estas asintiendo con la cabeza mientras la estrujas a preguntas….
Quédate, no te marches, estamos creando una bonita comunidad de mujeres que una vez fueron olvidadas.
Poco a poco le buscaremos el sentido a nuestra vida y haremos juntas realidad nuestros sueños, no importa que ahora creas que ya no vale la pena, que tal vez el tren ya pasó o que no es el momento. Piensa que, si estás viva, todo, absolutamente todo, es posible.
Te cuento que yo un día me canse de “deber ser” y decidí ser Vanesa Expósito. Con un número ya asignado, con una enorme ingesta de papilla, pero con muchos sueños. Sueños que, poco a poco, voy haciendo realidad. Yo misma he sido mi gran descubrimiento… 26 años después de mi nacimiento, ¡casi nada!, pensarás. Desde que empecé en este camino de la desintoxicación emocional, he abierto mi mente, he explorado muchas partes de mi ser que creía inexistentes y he llegado a sentir el amor más verdadero que jamás pensé. Una inexplicable conexión conmigo misma que me ha llevado al verdadero, el amor propio.
Consejo:
Te aconsejo tener una libreta molona, de esas que inspiran abrirlas. Cada noche escribe en ella cómo te has sentido, analiza tu día y escribe algo que durante ese día, que te haya hecho sentir libre y feliz contigo misma. Ej: Caminando por la calle no he mirado al suelo como de costumbre. He levantado la mirada, he sentido el aire en mi cara, incluso, he sonreído a extraños). Cuando te quedes en blanco y no encuentres nada que escribir, aprovecha y escribe que sientes, qué te bloquea, qué cambiarías de ese día. Cada frase, cada gesto que reconozcas, será un paso para decirte Adiós SuperWoman.
Recuerda: Piensa que, si estás viva, todo, absolutamente todo, es posible.
¿En qué punto te encuentras en este momento? Te animo a dejar un comentario….