Cuando tienes uno o varios hijos y además trabajas, los demás esperan que seas perfecta, la mamá ideal que tiene todo a su alrededor perfecto, la casa, los niños, las comidas. Además tienes tu trabajo en el que tienes que cumplir, si tienes pareja la tienes que tener atendida, sino la tienes, da igual, porque te meterán prisa para buscar una y si consigues todo esto y sigues viva, ¿ para cuándo el segundo hijo?
Pues así estaba yo, con una niña pequeña que llevaba sólo un ratito a la guardería para empezar a buscar trabajo otra vez. Y digo sólo un ratito porque me sentía culpable por llevarla tan pequeñita y no quedarme con ella. Cuando la empecé a dejar la jornada completa casi me da algo. Me mataba por tener la casa más limpia que la de Don Limpio, por perder los kilos extras porque me tienen llamado literalmente gorda a los 3 meses de haber dado a luz y suma y sigue. Llegué a tal punto de desesperación y estrés que pensaba que era la peor madre del universo. Y ¿ por qué? Porque me dejaba influenciar por todo lo que leía de cómo debía sentirme, de como debía ser y estar y de todos los consejos que te dan a tu alrededor que terminan hundiéndote cada vez más.
¿ Y cómo se puede salir de ese círculo vicioso? Porque se puede y es más sencillo de lo que creemos.
Tienes que escucharte. Sentarte y pensar sinceramente qué es lo que quieres. ¿Quiéres disfrutar de tu hija toda la tarde haciendo magdalenas? pues las haces, el montón de ropa que está en el lavadero creo que puede esperar. Salir a dar una vuelta tal y como estás, pues listo, leggins, zapatillas y para la calle. La peque quiere jugar a la guerra de peluches pues ya ordenaremos antes de cenar el salón y listo.
Dar alguna contestación de esas que te dejan mejor que zamparte un buen trozo de pastel de chocolate también. Hoy en día no me hubiera quedado blanca y avergonzada porque me llamaran gorda a los tres meses del parto, le hubiera dicho que para mí es más importante estar a gusto con mi hija y mis lorzas que matándome en un gimnasio. Todo esto poco a poco lo ves con el tiempo y con un poco de ayuda.
Yo encontré pequeños grupos de mamás en internet con las que hablar, cada una con circunstancias y vidas diferentes pero con una cosas en común, estábamos hartas de lo que los demás esperan que seas.
Y sí soy una superwoman pero también una mala mamá porque hago lo que me gusta, lo que le gusta a mi peque y aprovecho todo ese positivismo para dedicar tiempo a mis intereses. Como esta semana que por fin me he apuntado a un reto de Azucena Caballero que era lo que deseaba hacer desde hace meses y meses.
Aprovechar el tiempo, disfrutarlo porque vuela y todo lo que disfrutemos con nuestros hijos ahora nunca habrá sido tiempo perdido sino tiempo bien invertido.