Aunque el año comienza en el mes de Enero, el mes de Septiembre también implica en muchos aspectos el final de un ciclo y el inicio de otro nuevo.
En nuestro caso, iniciamos este nuevo ciclo a lo grande. Con el final de mi segundo embarazo, y por tanto con el nacimiento de nuestro segundo bebé. Los tres esperamos la llegada de una pequeña Hadita para finales de Octubre. Todos estamos muy emocionados, aunque un poco asustados (Superpapi y yo, claro, el Duendecillo es muy pequeño aún). Nos encontramos en un momento crítico, ya que rozando la semana 34 cruzamos los dedos esperando que nuestra pequeñaja no decidiera imitar a su hermano mayor (el Duendecillo nació en la semana 34). También estamos un poco preocupados por él y su reacción cuando nazca la nena. Pero de eso ya hablaré en otro post.
Hablando de la vuelta al cole, me encanta el mes de Septiembre. Siempre me ha entusiasmado el inicio de curso, la perspectiva de llegar a un cole nuevo, encontrar compañeros nuevos, un grupo o grupos de alumnos a los que ir conociendo a lo largo del año... la posibilidad de enfrentarme a nuevos retos...
Sin olvidar la penita que me da despedirme de los compañeros y niños que he dejado por el camino.
Así que la llegada del otoño marca el inicio de un mundo nuevo repleto de expectativas.
Mucha gente cree que los maestros empezamos la vuelta al cole con los niños, pero no. Empezamos el día uno de septiembre (bueno, este curso fue el día 3, porque el 1 era sábado). Eso significa que tenemos una semanita escasa sin niños para organizarnos y planificarnos. Una semana dedicada a organizar y reubicar el mobiliario de la clase, rellenar papeleo burocrático, examinar la información del alumnado, planificar las clases, reuniones con el equipo directivo, con los equipos docentes...
En definitiva, todo ese trabajo que no se ve, pero que constituye la base sobre la que construiremos nuestro año escolar.
Aparte de eso, me encanta entrar en mi clase por las mañanas, el silencio reinante, el olor a limpio, el aire fresco que llega a través de las ventanas…
Este año pasado participé en un curso de Formación en Mindfulness, y ahora intento aplicarlo cada día al inicio de la jornada. Sólo durante un minuto, me encierro en la clase sola, respiro hondo, y me centro en el momento presente. Me ayuda a prepararme para el día que tengo por delante.
Además, este inicio de ciclo lo he inaugurado con un nuevo Bujo (Bullet Journal), del que ya os hablé el curso pasado. Y estoy disfrutando, planificando y decorándolo.
Compré la libreta este verano, en una oferta que encontré por casualidad en un supermercado Lidl, y que iba totalmente acorde a lo que yo buscaba.
Aunque la estructura es bastante simple, voy decorándola paso a paso, a mi gusto, y adaptándola a mis necesidades en cada momento. De hecho, voy probando y cambiando las cosas que no me han funcionado, como por ejemplo el planning mensual, que empecé elaborándolo de una forma, y he acabado adoptando otro modelo.
Aquí os dejo una pequeña muestra de cómo está quedando.
¡Espero que os guste!
Y vosotros, ¿qué opináis de la vuelta al cole? Deja un comentario, nos encantará leerlo.
¡Feliz semana!