“En palabras fui engendrado y parido, y con palabras me amamantó mi madre. Nada me dio sin palabras.”
José Manuel Briceño.
En el pasado, tuve la oportunidad de leer y escuchar que la nana o canción de cuna representaba el primer contacto del niño con la poesía. En esencia, se podría decir que la nana forma parte de los primeros contactos del niño con la palabra. Y la palabra no es más que ese maravilloso instrumento del que nos apropiamos progresivamente para nombrarnos a nosotros mismos y nombrar al mundo. ¿Qué seríamos sin las palabras?
La nana no sólo es palabra poética, es sobre todo palabra afectiva. Es en esto último donde se condensa su mayor poder y es precisamente de ello de lo que les quiero hablar en esta ocasión.
Resulta que hace poco tuve la oportunidad de crear un encuentro con madres y padres gestantes para hablar sobre los beneficios socioafectivos de la nana y el arrullo en el desarrollo del niño. Para ese encuentro preparé una breve información sobre la nana que hoy quiero compartir con ustedes. Mi ilusión es animarlos a cantarles nanas a sus hijos como una forma de consolidar el vínculo afectivo y al mismo tiempo de alimentar amorosamente el desarrollo psicológico de los mismos. Aquí les dejo lo que conversamos el día del encuentro.
¿Qué es una nana?
Es una canción popular, producto de nuestra tradición oral, que está destinada a calmar, arrullar o dormir al niño. La nana existe desde hace cientos de años y se ha venido transmitiendo de generación a generación. En todos los continentes del mundo hay nanas ancestrales que conservan temas en común y que tienen el mismo fin. En la actualidad, contamos con un sinfín de nanas antiguas y modernas para consolar y consentir a nuestros hijos.
Características de la nana
Es una canción breve, elaborada en lenguaje sencillo, sin dejar de ser poético, donde se nombra la vida cotidiana del niño: papá, mamá, hermanos, abuelos, teta, leche, cuna, sueño…
Ella representa la unión de voz, canto y movimiento de arrullo o balanceo que tanto disfruta y conforta al niño.
Su ritmo y cadencia suelen ser monótonos y repetitivos, simulando los latidos del corazón, a los cuales el niño está acostumbrado desde su estancia en el vientre materno.
Función de la nana
Está dirigida a que el niño concilie el sueño, se calme o se entretenga durante alguna actividad cotidiana.
Brinda protección, seguridad, calma y sobre todo amor. El movimiento de arrullo junto al ritmo que la compone hace que la nana sea un recurso afectivo y efectivo.
Beneficios emocionales y cognitivos de la nana
El arrullador cumple un importante papel en el desarrollo del niño, pues no sólo canta y se balancea para calmar, dormir o consentir al niño, sino que hace sentir su presencia, enviándole al niño el mensaje de “estoy disponible para ti”, “eres importante”.
La nana facilita el contexto perfecto para que tenga lugar aquello que en psicología llamamos la mirada especular. Esta se refiere al reflejo del niño en los ojos de la madre o del padre y a la fascinación del mismo con la imagen que los ojos le devuelven. Si los ojos de la madre transmiten admiración, enamoramiento y amor el niño será dotado de estas sensaciones que luego las reconocerá como parte de sí mismo y tendrán peso en el desarrollo de su identidad.
Aunque el niño no entiende nuestra canción va haciendo un registro de palabras y experiencias afectivas que serán pilares en la construcción de su Yo, autoestima y confianza en el mundo.
La nana desarrolla el vocabulario del niño y al ser el primer contacto con la palabra poética puede convertirse en un gran estímulo para que el niño desarrolle una relación amorosa y placentera con la lectura y los libros.
Recomendaciones para cantar una nana
Ajusta la voz y prepara el cuerpo. Canta bajito y cerquita, facilita el contacto de miradas y emplea los brazos como sostén, refugio y contención.
Debes estar relajado y en calma. Una nana no tendrá efecto si es es cantada con rabia, desesperación, miedo o ansiedad.
Observa la respuesta de tu hijo para que sepas cuál es su frase o pasaje favorito. Ése es el que repetirás cuando tu hijo lo pida o necesite.
Anímate a escribir y crear una nana para tu hijo. Usa como base el la melodía de una nana conocida y sobre ella agrega el tema que más te inspire. Puedes incluir el nombre de tu hijo en la canción creada. Imagínate el aporte adicional que tendrá para tu hijo el saber que fue creada una nana exclusivamente para él.
Como ven, lucen maravillosos los efectos que la nana puede tener sobre el niño y la relación entre madre, padre e hijo. Falta que se atrevan a probarlos y experimentarlos.
Para terminar, ¿recuerdan alguna nana o canción de cuna que les fue cantada durante su infancia? Compartan en los comentarios.
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