Como muchos ya deben saber (y si no saben les cuento) la semana pasada estuve en Dinamarca, Copenhague acompañando y ayudando a mi hermana menor con su recién nacido. Llegué justo un día después que mi sobrino cumplió dos semanas de vida y estuve por 8 días. Fueron días intensos y hermosos (como lo son con los recién nacidos) y también muy ilustrativos pues, pude notar en (casi) primera mano las diferencias culturales que existen en el cuidado y trato de la madre y el recién nacido entre Perú y Dinamarca.
Como socióloga (y nana experta cama adentro) soy consciente que la socialización, cuidado y crianza de los niños así como el trato a las parturientas y puérperas varían de cultura en cultura según el contexto en el que estemos. Sin embargo, me sorprendió mucho notar de primera mano esas diferencias cuando llegué con todo mi conocimiento de madre de 3 limeñitos de clase alta, a cuidar a un bebé danés de clase media.
Lo que más me sorprendió fue el cuidado del recién nacido. En Lima, Perú en las clínicas privadas es parte del ritual que bañen al bebé al frente tuyo, es más el baño se suele dar el día que toca el alta de la clínica y así te llevas a tu recién nacido bien bañadito. Es una recomendación general bañar al bebé diariamente y siempre a la misma hora. Mejor aún si el baño lo haces parte de la rutina de sueño. En Dinamarca, la recomendación profesional es bañarlo 2 veces por semana pues los aceites y grasas naturales que segrega la piel del bebé lo protegen. Si la mamá quiere bañarlo un poquitín más o menos seguido, está bien. Personalmente, me hubiera gustado que me dijeran eso cuando era primeriza (y no una nana experta) y temblaba bañando a mi recién nacido mientras rezaba para que no le caiga agua en el cordón umbilical.
Algo súper interesante también, es el uso de los famosos guantecitos para que no se arañen la carita. Mi hijo mayor los odió desde el día uno y yo también, pero acá en Lima son tan comunes que le llevamos a mi hermana un par. La enfermera al ver al bebé con los guantes le dijo a mi hermana que le daba pena que su bebé los use pues las primeras semanas de vida los niños solo tienen tacto en las manos y la boca, y suelen chuparse las manitos para sentir. Además, las uñas del recién nacido no se cortan, se liman con aceite de bebé y créanme que con esto es suficiente (otra cosa que me hubiera gustado que me digan cuando nació mi primer hijo).
Finalmente, creo que lo que más nos sorprende a los limeños es el hecho que los bebés salen a la calle desde el día uno (obvio, siempre que la mamá quiera/pueda) pues hay una idea generalizada que al aire libre (no importa si es el más crudo invierno) los niños descansan mejor, se relajan más y el aire fresco los fortalece. Así que es común ver (sea invierno o verano) en parques, terrazas y zonas al aire libre a bebés tomando siesta bien comoditos en sus coches. Y eso no es todo, si la mamá y/o el papá quieren tomarse un café o comerse un snack la norma manda dejar a los bebés dentro del coche durmiendo fuera del local. ¿QUÉ hablas? Explícate. O sea, mientras mamá come en calma, el bebé se queda afuera del local con su monitor tomando su siesta. Cuando se levanta mamá sale a verlo (aunque créanme eso de las siestas más largas al aire libre es cierto). Y no ha habido casos de robos ni secuestros de niños por hacer esto.
¿Qué les parece? Hay muchas costumbres danesas en la crianza de bebés que creo que adoptaría feliz de la vida ¿Uds? O ¿quizá a alguna otra de algún otro lugar del mundo?