Mi nombre es Teresa y vivo en Copenhaguedesde el 2009, cuando decidí mudarme por trabajo y por amor. Me dedico a la publicidad como Account Manager, aunque yo tenía (y sigo teniendo) vocación de periodista. Es por eso, que cuando nación mi hija Olivia en el 2014, decidí escribir mi blog para contar mis experiencias como madre española primeriza en otro país.
Ser mamá primeriza y en el extranjero no es fácil. Pero a decir verdad, creo que no lo es para ninguna, independientemente de donde se viva.
Cuando una decide convertirse en madre, son muchos los aspectos que cambian en tu vida. Crees que estás casi preparada (no digo totalmente porque siempre hay alguna duda), pero te mentalizas que esa pequeña personita que va a formar parte de tu vida va a trastocar un poco tus planes. Te preparas para no sorprenderte de los cambios físicos que tu cuerpo va a experimentar. Visualizas imágenes de cómo será tu bebé cuando lo tengas en tus brazos y sobre todo, de cómo tu día a día va a cambiar cuando tengas a un ser indefenso que dependa de ti totalmente.
Eso es lo que hice yo, tal vez porque me gusta tenerlo todo organizado y bajo control, pero cuando mi pequeña llegó a este mundo, créeme, no existen reglas ni guías. Sin embargo, hay ciertos factores en común, y el instinto maternal que salen de dentro de cada una, que te hacen conciliar (en la medida de lo posible) tu "nueva vida".
Imagen cortesía de Google
Si me preguntas cuál o cuáles son esos factores, yo te diría que el más básico es que tiene que salir de uno mismo. El segundo factor, es que haya un mutuoacuerdo y apoyo entre los padres para que la conciliación sea posible, porque esto es cosa de dos. Partiendo de estos dos puntos, el resto fluye por sí solo. Algunas de mis amigas me preguntan cómo lo llevo, o lo que hago para compaginarlo todo (o casi todo más bien). Con total sinceridad, lo que a lo mejor a mí me funcione, tal vez no se pueda aplicar a las circunstancias de otra mamá, pero estas son las pautas que yo sigo por si sirven de ayuda:
1. Priorizar: no se puede llegar a todo y no por eso se es peor madre. Cada domingo, intento ver cómo va a ser la semana y lo que tenemos que hacer. Elaboro una lista de prioridades y así sé lo que tiene mayor importancia y lo que no, para no agobiarnos.
2. Compartir el calendario: en casa tenemos un calendario donde podemos ver el horario laboral que cada uno tendrá en la semana. También incluimos si tenemos eventos u otras actividades. Los domingos por la tarde nos sentamos para revisarlo y ver lo que cada uno tiene que hacer. Si no, el caos está garantizado.
3. Las tareas del hogar al 50%: cuando alguno de nosotros estaba de baja maternal/paternal, el que estaba en casa podía encargarse de hacer cosas que el que trabajaba no podía (hacer la comprar, limpiar el piso, etc). Pero ahora que los dos estamos trabajando y no contamos con ayuda de los abuelos, hemos tenido que cambiar las rutinas (otra vez, y no será la última) para que la carga de responsabilidades y obligaciones sea más llevadera.
4. Tiempo off: recomiendo (por salud mental y física) que haya un ratito de relax, aunque sea 30 minutos. Sé que en nuestras vidas ajetreadas de mamis trabajadoras y blogueras suena a algo imposible, pero de verdad, si no hay un ratito para desconectar, las tensiones pueden aflorar y hacer las cosas cuesta arriba.
5. Saber decir no: a veces estamos tan metidas en actividades y rutinas que no nos damos cuenta que en ocasiones tenemos más cosas de las que podemos acaparar. Y aunque nos duela, hay que decir no. Somos humanos, no máquinas. Queremos estar a todo y agradar a todos. Pero si no sabemos decir no, luego entran los agobios y las frustraciones. Y créeme, de buenas maneras, las personas lo entenderán perfectamente.
6. Comunicación: en mi caso somos de distintos países y con diferencias culturales, y la comunicación es crucial en nuestro día a día. Si no decimos las cosas, no sabremos coordinarnos ni tampoco lo que el otro/a persona necesita de nosotros. Hay que hablar las cosas y no querer hacerlo todo por no molestar al prójimo. Yo no soy superwoman, pero tampoco aspiro serlo.
¿Qué os ha parecido? La verdad es que las experiencias de otras madres, a veces, nos ayudan a saber cómo debemos mejorar algún aspecto de nuestra vida. Y conocer otros trucos nunca está mal, así que desde aquí, Teresa, te damos las gracias.
¡Feliz lunes!