No hago más que escuchar "mi hijo es malo en X", "A mi hijo se le da mal X", "Esque mi hijo tiene que meter muchas horas para X", "Estamos estudiando X pero no hay manera de que se lo aprenda". Lo malo no es que lo digan, lo malo es que lo hacen delante del propio niño. ¿Como no va a hacer las cosas mal, si el propio adulto no le cree capaz de hacerlo?, ¿Como esperan que un niño se esfuerce si no le animan a hacerlo?, ¿ Si el niño les dice que se sabe la lección, porque no se lo creen?
(¿Porqué tu hijo va a esforzarse si tú crees que es subnormal?)
Hemos pasado de un punto a otro. Antes los padres creían que la educación era únicamente responsabilidad del profesor pero los padres de ahora creen que sus hijos tienen que ser los mejores en todo, aunque para ello les tengan que hacer sus deberes y trabajos, y cuando no entienden algo en lugar de buscar otra manera de expresarse, hacerles saber con total rotundidad lo ineptos que creen que son, con la vana esperanza de que los niños con esas crueles palabras se iluminen por la gracia divina y sean unos hachas.
(Quizá no es que el niño no entienda, sino que tú te explicas mal)
Luego está el contrario. Los piropos insultantes.
Estos mismos padres (cuyos hijos no es que sean tontos, sino que son menospreciados) para sentirse mejor tildan al resto de niños de listillos. No de forma aduladora, sino todo lo contrario. "Como tu hijo es taaaaan liiistoo", "Como tu hijo sieeeeempre saca buenas notas", "Como tu hijo sieeeempre se lo sabe todo". Repito lo antedicho, esto delante del niño, con lo que el niño llega un punto en el que se niega a sacar las notas que es capaz de sacar porque no quiere que se metan con él y porque no quiere ser diferente.
Conclusión: La mayoría de las veces los niños no son ni buenos ni malos estudiantes. Es el propio adulto el que no no es capaz de valorar ni de motivar al niño.