Muchas veces, las hembras de algunas especies de mamíferos tienden a comerse la placenta, el saco amniótico o el cordón umbilical después del parto, y esto resulta común. Nosotros y algunas especies son la excepción a esta práctica, pero ¿se está volviendo algo normal en los humanos?
Aunque la pregunta suene un poco desagradable, lo cierto es que la placentofagia (comerse la placenta) está ganando muchos adeptos y se está convirtiendo en toda una moda entre las celebridades.
Ya en el 2006 el actor Tom Cruise bromeó con este tema al asegurar que tras el nacimiento de su hija Suri se daría un gran banquete cuyo plato principal sería el cordón umbilical y la placenta, y Kim Kardashian preguntó a un quiropráctico si conocía a alguien que se hubiera comido su placenta en el primer capítulo de la nueva temporada del programa 'Keeping Up with the Kardashians'.
Investigando a través de internet encontramos diversos artículos que hablan de los supuestos beneficios de consumir la placenta: previene la depresión post-parto, aumenta la producción de leche, aumenta los niveles de energía de la madre y ayuda en la cicatrización de las heridas producidas por el parto, entre muchos otros beneficios.
La explicación es que la placenta es muy rica en estrógenos y progesterona y durante el embarazo acumula gran cantidad de vitaminas y minerales.
En la antigüedad las mujeres realizaban la placentofagia de modo natural Actualmente se usa más para fines cosméticos y hay quienes la usan como abono.
Fuente: emol.com
Imagen: hugrakka / flickr
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