Hace un par de semanas me robaron el bolso. Fue de esos robos que te hacen cuestionarte muchas cosas, entre ellas la confianza en el mundo.
Fue una situación muy tensa que vivimos en familia, y que provocó que Sunflower se inquietara durante varios días, en los que me preguntaba a menudo: mamá, ¿por qué hay gente que roba?
¡Uf! Qué pregunta, ¿tú qué le contestarías?
Muchas personas le responderían sin dudar: “porque hay gente mala”.
Sin embargo, ¿es necesario transmitir a los niños pequeños una imagen negativa del mundo? Nosotros estamos convencidos de que no, y hoy te explico por qué y cuál fue nuestra respuesta.
Los sucesos
Estábamos en la cala S’Illot en Alcúdia, viendo el atardecer con los tíos de Sunflower que justo pasaban unos días de vacaciones en la isla.
Es uno de esos lugares mágicos que visitamos muchísimo, pues está muy cerca de nuestra casita de la playa y nos encanta ir todo el año.
Habíamos dejado el coche aparcado junto a la carretera como las decenas de veces que hemos hecho antes.
Y como tantas otras veces también, dejé mi bolso en el maletero, pensando que estaría seguro y que en la playa iba a ser un estorbo. Mi cuñada hizo lo mismo.
Al volver nos encontramos con el cristal de detrás roto y los bolsos no estaban.
Imagínate todo lo que una lleva en el bolso: cartera al completo, documentación, llaves, móvil, gafas de vista, de sol, neceser… cientos de cosas que se pueden reponer y otras que no, como esas fotos de carnet de cuando éramos jovenzuelos o la estampita que me había regalado mi abuela siendo una niña y que tenía una inscripción preciosa de su puño y letra: “Que la virgen te cubra con su manto, con amor, tu abuela”.
Son esos momentos de rabia y frustración en los que reaccionas con nervios aunque no quieras. Rápidamente nos pusimos a hacer llamadas como locos para cancelar las tarjetas y el móvil, a buscar el cuartel de la guardia civil para poner la denuncia…
Todo esto sucedió con Sunflower presente. Ella lloraba y no acababa de entender qué sucedía.
—¡Han robado a mi mamá! ¡El bolso de mi mamaaaá!! ¡Buaaaa!
—Tranquila cariño, esto es como una aventura, lo solucionaremos.
—Pero es una aventura muy poco divertida, ¡no me gusta esta aventura! ¡Quiero que se acabe! ¡Buaaaa!
—Ahora vamos a ver a unos señores policías a explicarles lo que ha pasado y luego enseguida nos iremos a casa y se acabará la aventura.
—No me gusta, ¡quiero que se acabe ya! ¡buaaaa!
¿Por qué hay gente que roba?
Esta fue la pregunta que se hacía Sunflower después de vivir el robo y así fue más o menos como se lo explicamos:
—Mamá, ¿por qué hay personas que roban?
—Son personas que necesitan cosas y piensan que las pueden coger de los demás.
—Pero eso no se hace.
—No, no se pueden coger las cosas de los demás sin permiso. Si se necesita alguna cosa de alguien hay que preguntarle primero si puedes cogerla.
—¿Y por qué no piden permiso?
— Porque se olvidan, necesitan tanto el dinero o el móvil o lo que sea, que lo cogen sin permiso, pero eso no está bien. Eso no se hace.
—No, eso está mal. Son malos.
—No son malos, han tenido vidas muy tristes y necesitan aprender a hacer las cosas mejor.
— Pero mamá, si necesitan dinero, ¿por qué no van al cajero?
—Porque el cajero no siempre te da dinero cariño, solo si has trabajado.
—Tú y papá sí que trabajáis, por eso el cajero os da dinero.
—Eso es.
Transmitir a los niños un sentido biófilo de la vida
Lo fácil habría sido decirle “hay gente muy mala que hace cosas malas”.
Pero mi hija tiene 5 años y no queremos educarla en el pesimismo, en el miedo ni la desconfianza hacia el mundo ni hacia los demás, queremos transmitirle un sentido positivo de la vida, lo que los expertos llaman “biofilia”.
Biofilia significa amor a la vida y lo vivo. Es un término que fue acuñado inicialmente por el biólogo especializado en evolución Edward O. Wilson, de la Universidad de Harvard, para crear una hipótesis que indica que el contacto con la naturaleza es esencial para el desarrollo psicológico humano.
Precisamente el discurso que pasó a la historia de Obama tan positivo, el famoso “Yes, We can” se considera muy biófilo y en parte su gran éxito se debió a ello.
Se trata de mostrarles a los niños pequeños (muy especialmente durante el primer septenio de vida), que la vida vale la pena, hay que amar la vida, la vida es bella y maravillosa.
Son muchos los psicólogos y expertos que afirman que uno de los factores protectores que ayudarán a que nuestros hijos/as tengan una vida adulta plena y satisfactoria es transmitirles un sentido positivo de la vida, no transmitirles pesimismo respecto al mundo.
Esta es nuestra opción.
Y sí, cuando sea más mayor le explicaré que las personas que roban (o hace cosas peores) lo hace desde la carencia (afectiva y/o física), desde la desesperación, el desamparo, desde la rabia y el enfado…. y que todo esto puede adoptar formas muy diversas: delito, adicciones, trastorno mental… pero que todo esto parte de una necesidad no cubierta de algún tipo, y que yo al menos, me compadezco de ellos.
Todo pasa por alguna razón
Y bueno, todo pasa por algo. Cuando nos suceden cosas así está bien pararse un momento para mirarse dentro y cuestionarse y si no, al menos pararse y observar qué sucede después, qué cambios en nuestra vida implica lo que nos ha pasado.
En mi caso, han sido algunas cosas. Una de ellas es que perdí un bolso que apreciaba, pero me ha llegado caído del cielo este otro, con un mensaje tan positivo que me encanta.
Ha sido un regalo de Lorena, que tiene una tiendecita de licencias en Vilanova i la Geltrú, la podéis encontrar en Facebook, y la semana que viene como su tienda cumple un año, organizaremos un sorteo bien bonito en el blog, de productos Mr. Wonderful, que ¿a quién no le gustan?
<<Les estoy pidiendo que crean. No solo en mi capacidad de traer el verdadero cambio a Washington, les estoy pidiendo que crean en la de ustedes – Barack Obama>>
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