“Mi hija es muy chica. Mi hijo, muy chico.”
Emma es…
rosa, princesas, coronas, tutús, lazos, bebés, cocinitas,…
Martín es…
pelotas, tractores, coches, camiones,…
Emma es…
dulce, delicada, cuidadosa… cursi
Martín es…
lanzador de cosas, rompedor de cosas,… brutitoooo
En su educación no ha habido, al menos conscientemente, ningún tipo de condicionante hacia uno u otro sentido.
Podría ser que, con Emma, al ser la primera, hayamos podido crear un “mundo rosa”. Sin embargo, ese mismo mundo, es el que ha vivido Martín, ni más ni menos. Y las diferencias, en cuanto a gustos y comportamiento, son NOTABLES.
(No me malinterpretes. Digo todo esto teniendo muy claro, por supuesto, que Martín sólo tiene 15 meses).
Hace unas semanas lo hablaba con unos amigos. Comentaban que Martín y Emma se parecían mucho. Y me preguntaron si también se parecían en la forma de ser…
… Bueno, tienen muchas cosas similares pero, a Martín se le nota que es… ¡CHICO!
Es la forma que me salió para mostrar sus diferencias.
Nos reímos. Si nos oyeran dirían que eso es un comentario “sexista“…
¿Y por qué comento esto? Porque justo ahora, en época navideña, con su ataque incesante de anuncios de juguetes, se oyen muchos comentarios sobre lo bien o mal que lo hacen las empresas a la hora de presentarnos sus ofertas.
¿Por qué ponen a una niña con una cocinita?
¿Por qué es el niño el que conduce ese coche?
Seguramente, en alguna ocasión, he pensado lo mismo. Sin embargo, encontrándome ahora ante mis dos hijos, veo que no es ninguna atrocidad:
A mis hijos les gusta más así.
Ojo, eso no quita para que los niños sean felices jugando a ser papás o mamás (que les encanta). Ni que las niñas no pasen horas con una caja de herramientas (la que aquí escribe ha sido una pequeña “marimacho” que prefería jugar al fútbol con los “clips”, en lugar de pasear sus muñecas).
Todas las variaciones son perfectamente lógicas y aceptables, y necesarias.
Yo estoy encantada de tener en casa una princesa cursi y un futbolista “destroyer”…
Es un juego, y el juego es aprendizaje.
Nuestro papel como padres será que esos juegos se completen con educación. Que sus vivencias diarias les muestren la igualdad que, por suerte,
Nosotros somos quienes debemos evitar que esos juegos no se conviertan en peligrosos estereotipos sexistas…
Mientras sean así felices seguiré dejando que juegue tranquilos a lo que quieran… (eso sí, si puedo evitaré la sección más bélica de los juguetes. Eso de las pistolas no me gusta nada de nada).
¿Has preparado ya la carta de los Reyes? ;)
Y recuerda, para protestas, reclamaciones o quejas, o palabras bonitas de esas que tanto nos gustan, llama al #555 o, mejor, déjanos aquí tus comentarios ;)
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