Esta pareja hoy se ha cogido el día de fiesta y se ha ido a leer un cuento a los peques de la escuela de Emma
Les hemos contado El niño nuevo, de #LaurenChild, sobre como un hermano pequeño, al principio es una lata, pero luego… no está tan mal . Así que Martín no podía faltar.
Una experiencia muy divertida. Ya os la contaré.
Buenas noches
Como ya publiqué, así empezaba nuestro pasado Martes…
Y como prometí que contaría la experiencia, aquí la tenéis…
Cuenta cuentos
Cuando Emma era pequeña, y veíamos Caillou en bucle, en uno de los capítulos, “Enseñar y contar”, Caillou decidió llevar a su hermana pequeña Rosi a su escuela… Me gustó la idea y, al parecer, se me quedó grabada.
Así que, después de que me Emma me lo pidiese en varias ocasiones, me cogí el día libre y me apunté a la visita.
Antes ya lo había hecho papá y vino encantado de la experiencia.
Cuando aparecimos por la puerta, me emocionó ver la cara de felicidad de Emma (llevaba dos días diciendo que estaba nerviosa y muy contenta porque íbamos a ir a su clase).
Todos los niños estaban revolucionados. Se lanzaron a por Martín, literalmente, le cogían y pedían que se sentara a su lado.
Martín, agobiado, se puso en modo koala, se agarró a mi, y trató de hacerse invisible.
Así que me senté en una de esas mini sillas de las clases de infantil, con Martín en el regazo, y el resto de los niños a nuestro alrededor, sentados en el suelo (como en sus asambleas matinales)
Como el cuento tiene unas ilustraciones muy divertidas, y los pequeños Green son adorables (siempre disfrazados, como nos gusta en casa), lo escaneé, con idea de poner las diapositivas en el proyector y que todos pudieran verlo en la pantalla.
No me había tocado leer un cuento a tanto niño al mismo tiempo y dudaba que pudiera captar su atención solo con la lectura.
Pero, entre que la tutora no estaba ese día, y que no había demasiado tiempo, al final cogí el libro, girado hacia ellos, y comenzamos.
Créeme si te digo que leer un cuento a estos 15, se alaaaaaaaaarga: todos quieren hablar, comentar, preguntar,…
Por cada página que yo pasaba, ellos me ofrecían una avalancha de historias.
Me contaban cualquier anécdota. Levantaban la mano y decían lo primero que les venía a la cabeza: hermanos, no hermanos, familia, camisetas, juguetes… Así que, en lugar de los 5-10 minutos que puede costar leer este libro, tardamos media hora… o más…
Al final aplaudieron, siguieron hablando y riendo, nos dieron las gracias, besos y abrazos, y nos despidieron.
Ha sido una experiencia muy divertida. Emocionada de ver a Emma tan contenta por tenernos allí aunque sólo fuera un ratito de su mañana de Martes.
En la guarde
Para ser sincera, esta experiencia también nos la ofrecieron en la guardería (bueno, escuela infantil). De hecho más completa aún, ya que te permiten estar allí todo el día (incluso quedarte a comer)
Con Emma no me animé y me temo que tampoco lo haga con Martín. Conociéndolo, igual que en su día hubiera hecho Emma, se pasaría toda la mañana “enganchado” a mi, y no podría disfrutar de descubrir cómo es Martín “en sociedad”…
Un premio extra
Pero, si de algo he disfrutado, de verdad, con esta experiencia, es de pasar el día con Emma y Martín.
Pasar una mañana juntos no es habitual (vale, lo sé, no lo es para nadie)
Un paseo matutino con el peque, lectura del cuento en el cole, un cafecito en el bar a media mañana, recoger a Emma a la salida, un ratito en el parque (eso no lo perdonan ni aunque estén muertos de hambre) y comer los tres juntos, ¡en casa!
Parece una tontería pero, esa rutina tan sencilla, ¡la echaba tanto de menos!
No creo que pueda establecerlo como algo obligatorio, al menos, una vez al mes pero…
¡Habría que estudiarlo!
Y tú ¿has disfrutado de alguna experiencia de este tipo?
P.D. El Jueves prometo empezar a aburrir con el tema LA NUEVA CASA
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