Me llamo Belén, tengo tres hijos aunque siempre digo 2+1 porqué los primeros son mellizos. Soy la pesada de prevención de profesión y crafty de afición.
1. Belén, descríbeme en tres palabras tu vida como madre.
Pues mi vida como madre va desde plena, porque mis hijos me llenan como nunca lo ha hecho nada, hasta muy cansada, y más estas semanas que vamos empalmando virus infantiles una semana tras otra.
2. Hoy vamos a hablar de un tema difícil: la infertilidad. Como madre que has pasado por un período en el que no te era posible concebir, cómo describirías con tus palabras este concepto.
Es una época de decepción constante, y en parte diría que hay que pasar por todos los estados de duelo para superarla.
Primero pasas por la fase de negación: No, yo no puedo tener problemas de fertilidad, que soy muy jóven y eso sólo le pasa a las mayores de 35. (Yo tenía 26 cuando empecé la búsqueda del embarazo).
Fase de enfado: te enfadas con el mundo. La gente se mete donde no le llaman y te preguntan si no te piensas a procrear y te cabreas, porque no es tan fácil. Y te enfadas contigo misma porque no consigues el objetivo que te has marcado.
Fase de negociación: lees mil y un foros y te pones a darle vueltas a lo que “estás haciendo mal” y buscas cómo corregir esa situación… Cambias de alimentación, te tomas cosas naturales, controlas tu temperatura basal, etc. Pero por mucho que cambies e intentes tampoco funciona.
Fase de depresión: has hecho las mil y una, pero la de rojo sigue apareciendo, y además con la guasa de que se te retrasa y llegas a hacerte un test de embarazo, que por supuesto da negativo, para que caigas aún más hondo.
Fase de aceptación: llega el día que vas a una revisión con tu ginecóloga, le comentas que llevas meses buscando un embarazo que no llega, y mientras le hablas eres tú misma la que se da cuenta que tienes un problema diagnosticado desde los 19 años y que eso es lo que no te permite quedarte embarazada. Has encontrado la causa y finalmente lo aceptas y te decides a dar los pasos que hagan falta para ser madre.
3. Actualmente tienes tres peques pero, debido a la infertilidad, llegar a este punto no ha sido fácil. ¿Cómo fue ese tiempo de búsqueda?
Tras pasar varios meses buscando sin ayuda, una conversación con la ginecóloga me abrió los ojos. Tras varios análisis empecé tratamientos de reproducción asistida.
Primero tres ciclos de omifin (hormonas para que crezcan los óvulos), aumentando la dosis en cada ciclo, más ovitrelle (hormonas para que se desprendan los óvulos y se efectúe la ovulación) y relaciones programadas (te controlan por ecografía y te dicen cuando tienes que mantener relaciones con el futuro padre).
Eso no funcionaba, así que empezó a hacerse pruebas mi marido, y resultó que a mi SOP le añadimos una calidad espermática cambiante (un día hay espermatozoides por un tubo, rápido y de morfología genial, y otro día apenas hay bichines y los que hay ni se mueven ni tienen una buena morfología).
Con todo esto pasamos a fecundación in vitro (FIV) directamente, porque si hacíamos inseminación artificial y justo ese día la calidad espermática era mala era perder el tiempo y el dinero.
Así que empezamos la FIV, con los pinchazos diarios, hiperestimulación ovárica, la extracción de 22 óvulos, la fecundación en proveta, ver cuántos óvulos se fencundaban, la transferencia de embriones frescos y una nueva decepción…
Esos preciosos embriones frescos de grandísima calidad no quisieron quedarse con nosotros.
Pero llegados aquí no íbamos a tirar la toalla, así que al mes siguiente íbamos a probar la transferencia de embriones congelados, mis frigobebés, esos dos blastocitos (embriones de 5 días de vida) sí que se quisieron quedar calentitos en el útero de mami y de ahí salieron A y X.
4. A los 19 años te diagnosticaron Síndrome del Ovario Poliquístico (SOP). ¿Cómo te tomaste esto? ¿Sabías que podría dificultar tu búsqueda en un futuro?
Desde que me vino la regla por primera vez que tuve retrasos en los periodos, reglas larguísimas y muy abundantes y dolorosas. Pero bueno, lo sobrellevaba y punto.
A los 19 decidí ir al gine por primera vez porqué ya tenía relaciones sexuales de manera habitual y aunque siempre tomaba medidas anticonceptivas, acababa sufriendo cada mes.
Una analítica y una ecografía confirmaron el SOP, porqué a parte de tener los ovarios repletos de folículos, tenía varios niveles hormonales alterados.
En ese momento no me planteé que pudiese afectarme en un futuro cuando decidiese ser madre, al contrario, quería dejar de sufrir por quedarme embarazada cuando no quería ser madre.
5. ¿Cuánto tiempo necesitasteis tu y tu pareja para poder concebir a los mellizos? ¿Fue más fácil la búsqueda del pequeño?
En total fueron 13 meses de búsqueda con los tratamientos incluidos. Con mis antecedentes y viendo lo que revelaban mis analíticas hormonales, la ginecóloga decidió que no tenía porqué esperar los típicos dos años de búsqueda sin resultados para empezar a probar tratamientos suaves.
En la consulta de fertilidad de la seguridad social casi se rieron de mí cuando fui diciendo que sólo llevaba medio año buscando, aunque llevaba el informe de mi gine. Según ellos era demasiado joven para empezar tratamientos por la seguridad social y me iba a tocar esperar en una magnífica lista de espera unos 7-8 años…
El pequeño llegó sin buscarlo, jejeje! Tras el embarazo de los mellizos, y según mi gine gracias a la lactancia prolongada en gran parte, mis niveles hormonales se pusieron en su sitio y los periodos empezaron a ser normales.
Y mira, la alineación de los astros quiso que N llegase a la familia.
6. ¿Crees que la sociedad está preparada para ayudar a parejas que no pueden tener hijos debido a la infertilidad? ¿O se nos “obliga” llegado un momento a tener descendencia?
Culturalmente creo que “choca” que una pareja no quiera tener hijos, aunque cada vez hay más que lo deciden así. Y a la vez se presiona a cualquiera que llega a los 30 o tiene pareja desde hace tiempo para que tenga hijos, aunque sea simplemente haciendo comentarios del tipo: a ver cuando os ponéis que sois los únicos, que se os pasa el arroz, que os vais a aburrir uno del otro antes de que lleguen los bebés… Bla bla bla…
7. Para finalizar, ¿Qué le dirías a todas las mujeres que quieren tener un pequeño pero no lo consiguen?
Que a veces un sprint se convierte en una carrera de fondo o de obstáculos, pero que la meta siempre llega y hay que seguir corriendo.
Una entrevista bastante dura pero con un final precioso. ¡Porque nunca hay que perder la esperanza! Gracias Belén, por contar con tanto optimismo tu historia sobre la infertilidad y por hacernos participes de ella.
¿Que te ha parecido esta entrevista sobre infertilidad? ¿Crees que la sociedad está preparada para ayudar a las personas que sufren por este motivo? ¡Cuéntame!
La entrada “La infertilidad es una época de decepción constante” aparece primero en Nannymoon.