Así clarito lo dice mi hijo. De un tiempo a esta parte lo repite y repite cual disco rayado. Se acuerda de toda su parentela: “mamá yo tengo pene, papá tiene pene, el abuelo tiene pene, el hermano tiene pene, pero tu mami…..tú tienes vagiiiiiiinaaaaaa”. Así, como todos los niños, sin tapujos, sin vergüenzas, a voz en cuello, en la casa, en la calle, en el parque, para que todos lo sepan, por si no se habían dado cuenta aún. Y claro, aunque me hace gracia, la vergüenza nadie me la quita.
¿Les ha pasado con sus hijos? A mi mucho últimamente. Es que según dicen los psicólogos a partir de los tres años los niñ@s son capaces de distinguir, a su manera, si algo es de un sexo o de otro: a ellos mismos, a las personas que le rodean, las actividades, juguetes.Además, a esta edad empiezan a desarrollar una memoria selectiva acordándose sólo de las cosas que consideran de su género, porque éstas les importan más.
Obviamente en el colegio les enseñan a diferenciarse entre niños y niñas y en casa nos toca a los padres hablar de estos temas con naturalidad y creo que desde pequeños es mejor llamar a las cosas o partes del cuerpo por su respectivo nombre. A ver con qué cosa nueva viene mi hijo. Seguro no falta mucho para la pregunta del millón: ¿De dónde vienen los niños? Ya les contaré.
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