Como padres y madres debemos reflexionar sobre la forma en que estamos “dejando” a nuestros hijos utilizar los dispositivos móviles.
La tecnología nos ha traído muchos beneficios pero también nos ha cambiado los hábitos de vida y sobre todo la forma de comunicarnos, algo que según lo que vemos cada día, no sabemos controlar muy bien.
Soy una fiel defensora del uso de la tecnología y las redes sociales para crecer, para mejorar nuestra calidad de vida, para ser más productivos, para conectar con personas que quieran construir.
El título que escogí hace unos años cuando escribí el artículo fue este:
Niños dependientes del smartphone y padres liberados de niños.
Se que suena un poco violento el titulo, pero es la impresión que me da cuando en el colegio o en algún restaurante veo a padres que en el intento de que sus hijos les dejen hablar con amigas/os o “no molesten”, a la primera de cambio les dan el móvil para que se entretengan.
Cuando mis niños eran más pequeños, no cogían los móviles de ninguno de los dos
(mi marido y yo) ellos sabían y entendían que formaban parte de nuestro trabajo y pertenecía a los mayores, por supuesto jamás montaron una pataleta porque no se lo dimos.
Cuando veo a niños de 4 o 5 años que arrebatan el bolso de su madre o incluso le pegan para exigirle el móvil en la puerta del colegio, pienso: que no les exigirá o pedirá cuando tenga 5 o 10 años más.
Estos comportamientos, a mi parecer, no tiene otro nombre que: niño déjame en paz…
Pero hay algo que se llama educación y otra comunicación, ambas son fundamentales, yo diría pilares en el futuro comportamiento de un niño, si los padres no somos capaces de marcar límites y hacerles entender a nuestros hijos que cosas pueden hacer y cuales no, mal vamos.
Entiendo perfectamente que cuando salimos a comer fuera con pequeños, o vamos al médico o a algún lugar en el que los niños se aburren, ellos no tienen la misma capacidad de paciencia que un adulto y por tanto ellos intentan buscar una distracción o forma de llamar la atención, que no tiene porque ser: niño ve a molestar a la mesa de al lado o ve a correr por todo el recinto.
Como padres responsables debemos mantener un mínimo de atención con ellos antes y después de comer, podemos hablar, pintar, jugar al veo veo, etc… Porque para eso hemos sido padres ¿o no?
Si los niños entienden esto serán capaces de mantener un comportamiento adecuado a la situación. Esto ya lo hicieron nuestros padres y abuelos en su momento.
Es cierto que los juegos interactivos son de gran ayuda en ocasiones puntuales en los que la conversación se alarga y deseamos mantener una sobremesa algo más tranquila con familiares o amigos, entonces todos recurrimos a los juegos del móvil, tabletas o vídeo juegos, pero lo normal es que sea puntualmente y no por mucho tiempo.
Ahora veo a muchos padres y madres que dejan el teléfono a los más pequeños hasta cuando están de compras, o en el bar tomado una cerveza.
¿Qué estamos haciendo con nuestros futuros representantes de la sociedad?
Nos hemos parado a pensar que los jóvenes de hoy en día no hablan cara a cara con otras personas, que los niños que no son capaces de entender que hay lugares en los que hay que tener paciencia y esperar harán lo mismo cuando sean mayores.
Te suena la frase: “todos los excesos son malos”, en este caso es lo mismo. Es muy frecuente ver a niños de entre 9 y 14 años enganchados a los videojuegos, no saben hacer otra cosa.
Si bien es cierto que, tal y como comente al principio, los hábitos de la sociedad de hoy han cambiado, hay que marcar unos limites, por supuesto sin prohibir.
Educa a tus hijos en el uso de la tecnología, así como les llevas a las actividades extraescolares, porque quien no entienda que la tecnología llego para quedarse y que avanza mucho más rápido que nuestra capacidad de entendimiento, esta fuera de juego.
Redacción: CMC
Si te ha gustado, también te puede interesar…
Cómo configurar el control parental
Ni periscope ni hostias
Aplicaciones móviles y videojuegos para aprender