Tenia pensado pasarlas de vacaciones con mi familia, en una de esas casa de madera rurales a tope, alejados de las fallas, de trabajo y de todos.
Pero he tenido la gran suerte de que se ha pasado toda la semana lloviendo, así que hemos decidido aprovechar para hacer algunos cambios en casa.
Había dicho que el objetivo era relajarme y desconectar? Bueno pues nada de eso está pasando. Pero eran cosas que también las teníamos que hacer.
Lo que me ha planteado estos días que, a pesar del berenjenal que tenemos en casa en este momento, me siento cómoda. Quizás debería ponerme las pilas en muchas cosas que hace un par de años me las veía hechas y ahora parece que no les encuentro momento. Y sin embargo al otro lado de la balanza se encuentran muchas más cosas de las que pensaba.
Y eso era algo que precisamente me asustaba cuando cumplí los treinta. Convertirme en madre y no tener tiempo para mí. Para superarme, para conseguir retos, para aprender, para entender, para llegar a mis metas... y aquí estoy.
Con proyectos de trabajo, proyectos de ocio, de viajes, proyectos de pareja, proyectos de futuro. Y es que quizás os parezca algo obvio, pero cuando atraviesas una temporada de muchos contratiempos, pierdes un poco el rumbo. Cuando tus objetivos se alejan y de repente son reemplazados por otros, crees que nunca vas a llegar donde querías.
Pero lejos de frustrarme , aquí estoy peleando por aguantar, por seguir adelante y no conformarme con salir del paso y ya está, sino acercarme otra vez a mi sueños.
Porque al fin y al cabo los proyectos se forman con la fuerza del entusiasmo. Con el afán de ser mejor.
Este año ha empezado cargado de noticias inesperadas. Como que el elevado coste de la reparación de mi coche tras una accidente y otros gastos que no contábamos hasta más adelante.
Pero supongo que todo depende de con lo que te quedes, todo depende de la frase que tachas y la subrayas en flúor en el texto.
Cuando acudimos a la Fe de Valencia, y escuchamos que Jaume tenia que ser operado de un bulto que tiene de nacimiento en la frente... dejé de escuchar. Mi mundo se venia abajo escuchando de fondo las complicaciones. He pasado unos meses en que nada me parecía importante.
Si tenéis dudas me preguntáis pero no busquéis en internet. Nos dijeron.
Ahora entiendo. Evidentemente buscas información pero la barbaridad de cosas que hay en la red te alejan de tu propia situación .
Después de varias visitas nos han dicho que solamente extraerán un quiste/ bulto sin más complicación porque tras algunas pruebas han descartado que roce ningún nervio. Y volvimos a respirar.
Esto te replantea absolutamente todo. Ves a al gente de tu alrededor de otra manera. Ves las cosas de manera coherente e incluso irritantemente absurda, porque en mi cabeza solo había espacio para encajar una noticia negativa.
Hemos entrado en lista de espera. Pero ahora las cosas por las que antes me preocupaba me parecen ridículas.
Pienso en el tiempo que perdemos siendo negativos...la oportunidades que dejamos escapar por no estar atentos, por no tener fuerzas, por dejarnos vencer...
Pienso en el tiempo que perdemos trabajando para los que no son capaces de ver tu esfuerzo a pesar de las puñaladas recibidas.
En las oportunidades laborales que dejamos escapar esperando ser mejor reconocidos en el puesto actual. Pero eso no pasa, si te vas te reemplazan. Así de sencillo, en las grandes empresas no importas a nadie.
Pienso en las veces que crees que ya no puedes aguantar más... y ahí estás.
Pienso en el tiempo que se nos va esperando a que la otra persona de el primer paso. En las discusiones estúpidas porque sabes que la otra persona ni siquiera te escucha. En las personas que te han estereotipado etiquetándote y a las que hemos etiquetado nosotros.
Pienso en lo contradictorio que se convierte todo algunas veces y a pesar de eso, encontramos la inspiración para salir a la calle y coger aire y volver de nuevo.
Quizás no somos lo fuertes que queremos ser en todo momento. Pero precisamente eso es lo difícil ; intentarlo.
En mi mundo hay mucha gente, pero sólo hay dos por las que todo tambalea. Quisiera darles lo mejor de mi... porque son mi total inspiración para seguir cuando creo que ya no puedo más.
Por eso, estos 33 quiero ganarlos en abrazos, en tranquilidad, en paz, en conversaciones, en sueños cumplidos, en buenos amigos, en disfrutar de las cosas que nos rodean, en viajes, en celebraciones... quiero meter todo ese tiempo en un saco de felicidad para que cuando mire atrás lo vea bien aprovechado.
Y quiero aprovecharlo sobretodo con mi hijo del que me declaro profundamente enamorada, que con esa tierna dulzura de sus abrazos hace que entre en un mundo mágico en el que cabemos solo el y yo.
Tengo la suerte de haber conocido a mi espartano. Es difícil recomponerse de tantos contratiempos seguidos, pero él significa tantas cosas en el lado bueno de la balanza que mi mundo es más fácil y coherente.
Esto es un tira y afloja, negociamos limites que forman parte de nuestra manera de ver el mundo, de nuestra manera de soñar, de construir nuestro futuro juntos, sinceros, unidos y encajando ideas dispares. Porque uno debe ser capaz de perseguir sueños... y de llegar a ellos. Y desde luego es más fácil si creen en ti, yo tengo esa suerte.
¿Se puede tener mayor tesoro que saber que lo importante está a tu lado ?