Con estos antecedentes, que Sara diera el salto a la literatura, era un paso natural para ella. En el libro Relaxing mum (of café con leche) cuenta el día a día de ser madre con su tono de humor habitual. En él, habla de como aceptar lo mejor y lo peor de la maternidad y echarnos unas risas.
El libro está estructurado en capítulos cortitos encabezados todos con una frase y una cita, algunas un poco locas porque lo mismo la autora cita a grandes filósofos, que películas, que chistes e incluso manuales de instrucciones. La idea es que lo podamos leer perfectamente a saltos o incluso en el baño si conseguimos darles esquinazo a los niños.
Para abrir boca, os dejo la reseña de la autora. Seguro que os entran unas ganas irresistibles de haceros con el libro:
Ni independizarte ni vivir en pareja. Es la maternidad lo que realmente pone nuestra vida patas arriba. Hasta ese momento habíamos visto a los niños desde la barrera (y éramos unas madres estupendas, porque nunca se es tan buena madre como cuando no se tienen hijos) pero cuando nos entregan a un bebé llorón y nos dicen que es nuestro pa siempre es cuando tenemos que coger aire y meternos al lío.
Ser madre es genial. Y un horror. Muy divertido. Agotador. Algo emocionante. Y rutinario. Ser madre es muchísimas cosas y lo curioso es que puede serlas todas a la vez o en el lapso de unas pocas horas. Está lleno de claroscuros, de luces, de sombras y de verdades a medias. La maternidad no es algo estático sino que es parte de nuestra vida, y nosotros no estamos siempre bien, o siempre mal sino que probablemente nuestro día a día sea una suma de todo.
Tomarnos la vida con humor no hará que la vida sea mejor, pero sí al menos la llevaremos de otra manera. No hay como no tomarse a una misma demasiado en serio para que las cosas nos pesen un poco menos.
Relaxing Mum es un libro en el que se habla de una maternidad con poco glamour, pero en la que todas nos podemos sentir identificadas porque al fin y al cabo quien más y quien menos ha experimentado estas cosas:
Cuando en la tienda te presentan el carrito y tú te piensas que está chupado… y llegas a tu casa y descubres aterrorizada que no tienes ni remota idea de cómo diablos lo plegaban y desplegaban tan fácilmente.
El horror de descubrir que a la hora de cuadrar las vacaciones ni aún sumando las de tu Avelino y las tuyas da para cubrir las de los niños. Ese drama.
Ese momento en el que eres consciente de que tus hijos tienen mucha más vida social que tú.
Que las excursiones de los niños de guardería consisten en ir a los mismos sitios a los que van siempre pero llevando gorra.
Que por muy molona que te creas hay un momento en que tus hijos comienzan a avergonzarse de ti.
Los virus de guardería. Ese horror que hace que los niños tengan una fiebre de la leche dos días y ya pero a ti te dejan tumbada diez días.
Que los sitios donde los niños se divierten son el infierno y además huelen a pies.
La clase de plástica que infravaloraste cuando ibas al colegio en realidad es a la que más partido le vas a sacar, al menos durante la infancia de tus hijos.
Que nadie está preparado para la adolescencia de los hijos y que te va a dar igual porque va a pasar igual.
Que las madres perfectas no existen y que todas nos limitamos a hacer lo que buenamente podemos.
Buen día a tod@s!!… Y buena lectura!!
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